"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

sábado, 21 de septiembre de 2013

Libertad religiosa

Autor: Carolina Crespo Fernández

El Cristianismo es, sin duda, la religión mayoritaria, pero también la más perseguida. Cada año mueren cien mil cristianos a causa de profesar su fe. Hoy, se habla mucho de los derechos humanos; todos los aceptan, pero no todos los cumplen. Desde Occidente, tenemos la responsabilidad y el deber de denunciar las injusticias que sufren los seres humanos a los que se les priva del derecho a la libertad religiosa. Nadie habla de cristianofobia en los foros de derechos humanos. A la izquierda ideológica no le interesa, ya que ella es la primera interesada en acabar con la misma en Occidente, y la derecha se olvida de que en esta persecución en Oriente hay víctimas cristianas. 


Hay tres focos en la falta de libertad religiosa en el mundo: el primero es el radicalismo islámico (Irán, Irak, Pakistán, Egipto, Nigeria, etc.); otro es el comunismo (China, Cuba, Corea del Norte); y el tercer foco es el nacionalismo beligerante (guerra de Bosnia e India). Los opresores son siempre los radicales de religiones que conciben a las otras creencias como una amenaza para la suya propia; en otros casos, como en China, el opresor es el Estado, que propicia el cruel enfrentamiento entre la iglesia patriótica y la Iglesia fiel a Roma, para debilitar a ambas y así fortalecer su poder.

Occidente no puede seguir siendo cómplice de esta dramática e insostenible situación que viven nuestros hermanos en la fe –muchos de los cuales se convierten en mártires–, y a la hora de diseñar sus relaciones internacionales con los gobiernos opresores deben tener en cuenta esta situación que viven los cristianos. Un ejemplo claro, es el de China; todo Occidente se relaciona con este país, sin exigirle el más mínimo cumplimiento de los derechos humanos ¿A qué espera la comunidad internacional para centrar su atención en estos conflictos en los que se están violando los derechos humanos? Olvídense de los beneficios económicos e implíquense en la persecución y discriminación que sufren tantos millones de seres humanos por causa de sus creencias religiosas.
La comunidad internacional y la sociedad civil tiene el deber de elevar su voz para que la persecución anticristiana no acabe convirtiéndose en una situación normal en el paisaje informativo.

2 comentarios:

  1. Interesante y cierto. Es muy buena tarea la de informar sobre los cristianos perseguidos, para rezar más por ellos y poner todos los medios al alcance de cada uno para que cesen esas persecuciones.
    Un abrazo, Manolo

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    1. Gracias Pablo.
      Me encantan siempre los artículos de Carolina y suele tratar temas interesantes.
      Un gran abrazo para ti.
      Manolo Murillo.

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