Sabes
que quiere y sabes que puede; por eso de un momento a otro sentirás sanos tu
cuerpo y tu alma si tienes fe.
Si quieres puedes curarme.
Esta breve y sincera oración quería decir muchas cosas a Jesús: "¿Qué te
cuesta, qué le cuesta a quien ha creado un mundo de la nada curar un cuerpo
enfermo?"
Hoy te presentas ante Él con el cuerpo y el alma enfermos: Eres la impotencia
suplicante de rodillas ante el que lo puede todo. Si quieres... ¿Querrás?
¿Tendrás que pensar mucho si devuelves la salud a un desgraciado? ¿Puede tu
amor resistir que un alma salida de tus manos en un gesto de amor, se pierda
para siempre? ¿Querrás? ¿Puedes curarme?
Más que decírselo a Él, que lo sabe muy bien, debes decirlo y gritarlo a ti
mismo, para estar cada vez más seguro de que puede, de que no le cuesta. Si te
piden fe, di que la tienes; no tienes salud pero tienes fe, toda la que
necesita el milagro para hacerse realidad, pero auméntala hasta que se
convierta en un grano de mostaza; entonces moverás montañas.
Si quieres, puedes curarme.
Sabes que quiere y sabes que puede; por eso de un momento a otro sentirás sanos
tu cuerpo y tu alma. Quiero,
queda limpio" esas palabras anhela tu alma.
Y quedó curado el leproso. Así quieres quedar tú curado, el otro leproso del
alma. Quieres sentirte limpio y puro, sentir tu alma de niño, como cuando salió
de sus manos un día que te amó infinitamente.
Autor: P. Mariano de Blas LC.
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