Y esto la Iglesia
Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son compañeros de camino, hacen la historia
con nosotros.
Autor: SS Francisco.
"Vamos alegres a la casa del Señor",
El sacramento no es un rito mágico, sino el encuentro con Jesús que nos espera.
Jesús nos espera siempre, esta es la humildad de Dios.
En la historia del Pueblo de Dios, hay "buenos momentos que dan
alegría", y también momentos malos "de dolor, de martirio, de
pecado"
Y sea en los momentos malos, como en los buenos tiempos, una cosa es siempre la
misma: ¡el Señor está allí, nunca abandona a su pueblo! Porque el Señor, aquel
día del pecado, del primer pecado, ha tomado una decisión, hizo una elección:
hacer historia con su pueblo. Y Dios, que no tiene historia, porque es eterno,
ha querido hacer historia, caminar cerca de su pueblo. Pero más aún:
convertirse en uno de nosotros, y como uno de nosotros, caminar con nosotros,
en Jesús. Y esto nos habla de la humildad de Dios.
He aquí, pues, que la grandeza de Dios, es su humildad: Ha querido caminar con
su pueblo. Y cuando su pueblo se alejaba de Él por el pecado, con la
idolatría", Él estaba allí" esperando. Y también Jesús, viene con
esta actitud de humildad. Él quiere caminar con el pueblo de Dios, caminar con
los pecadores; incluso caminar con los soberbios. El Señor, dijo, ha hecho
mucho para ayudar a estos corazones soberbios de los fariseos.
Dios siempre está listo.
Dios está a nuestro lado.
Dios camina con nosotros, es humilde, siempre nos espera. Jesús siempre nos
espera. Esta es la humildad de Dios. Y la Iglesia canta con alegría esta
humildad de Dios que nos acompaña, como lo hacemos con el Salmo: Vamos alegres a la casa del Señor
Vamos con alegría porque Él nos acompaña, Él está con nosotros. Y el Señor
Jesús, incluso en nuestra vida personal nos acompaña: con los sacramentos. El
sacramento no es un ritual de magia: se trata de un encuentro con Jesucristo,
nos encontramos con el Señor. Es Él quien está al lado de nosotros y nos acompaña".
Jesús se hace "compañero de camino". También el Espíritu Santo, nos
acompaña y nos enseña todo lo que no sabemos, en el corazón y nos recuerda todo
lo que Jesús nos enseñó. Y así nos hace sentir la belleza del buen camino.
Y esto la Iglesia Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son compañeros de camino,
hacen la historia con nosotros.
lo celebra con gran alegría, incluso en la Eucaristía, donde se canta el amor
tan grande de Dios que ha querido ser humilde, que ha querido ser compañero de
viaje de todos nosotros, que ha querido también Él hacerse historia con
nosotros.
Y si Él entró en nuestra Historia, entremos también nosotros un poco en la
historia de Dios, o por lo menos pidámosle la gracia de dejar escribir nuestra
historia por Él: que Él escriba nuestra historia. Es algo seguro.
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