Autor:
Carolina Crespo Fernández
Al segundo día del comienzo del cónclave, tras dos
fumatas negras y tres votaciones, llegaba la esperada noticia. Eran las 19:06
horas del miércoles 13 de marzo de 2.013. En ese momento ya todos queríamos al
nuevo Papa pero estábamos ansiosos de conocer su rostro. Las miradas de la
gente concentrada en la Plaza de San Pedro y de las miles de personas que
seguían este acontecimiento histórico a través de los medios de comunicación se
dirigían hacia el balcón central de la Basílica de San Pedro . Eran las 20:10
h. cuando el cardenal protodiácono Jean –Louis Tauran anunciaba desde Roma al mundo entero:”Habemus Papam. Eminentissimum ac reverendissimum Dominum Georgium Marium
Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Bergoglio”. La sorpresa que causó el nombre del papa
electo demostraba que quien elige al
succesor de Pedro son los cardenles, pero asistidos por el Espíritu Santo. El mismo
Papa parecía desbordado por la situación; sin duda, tras revestirse de Cristo,
comprendió rápidamente ante aquella
Plaza de San Pedro repleta que su corazón comenzaba a dilatarse hasta abarcar el mundo entero. El Papa quedó
unos segundos en silencio, con los brazos caídos, sin fuerza. Era consciente
que de ahora en adelante no sólo veremos a un personaje público relevante, sino
al rostro de Jesús enviado para apacentar a sus ovejas. Desde un primer
momento, quiso dejar claro que es Cristo quien debe ser el centro de atención,
no el Papa.
Hermoso fue el gesto de elevar una plegaria por el Papa emérito,
quien siguió la ceremonia desde Castelgandolfo y que llamó a su sucesor nada
más saber la noticia de su elección.
Desde el primer momento, el Papa nos dio claros ejemplos
de humildad. Con sencillez nos puso a rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un
Gloria; sobrecogedor fue el momento en que se inclinó y nos pedía unos segundos
de silencio y de oración por él,”porque lo necesitaba”. Antes de bendecir al
pueblo, nos pidió que le bendijésemos a él. Y así lo hicimos; los más
privilegiados “in situ” y los demás desde nuestros hogares.
Desde el primer momento, quedó patente que la devoción
a María –como lo había sido en sus
predecesores- era muy importante en su vida, con cariño especial hacia la advocación
de la Virgen de los nudos, que representa a la Inmaculada Concepción con la luna bajo sus
pies. Ella no sólo desata los nudos, sino que aplasta con su pie la causa de
todos ellos. La Virgen, como buena Madre, conoce muy bien los nudos que nos atan a los problemas y que a veces parecen no
tener solución. Al día siguiente de su elección
visitó en la Basílica de Santa María la Mayor a la Salus Populi
Romani para poner a sus pies la nueva
etapa de la Iglesia:” La Salus Populi Romani
es la mamá que nos da salud en el crecimiento, para afrontar y superar
los problemas y en hacernos libres para las opciones definitivas; la mamá que
nos enseñó a ser fecundos en el bien, en la alegría, en la esperanza, a no
perder jamás la esperanza.” El 13 de mayo el Papa consagraba su pontificado a
Nuestra Señora de Fátima; el 13 es, sin duda, muy especial en la vida de su
S.S. Francisco. Un día 13 fue ordenado sacerdote y un día 13 de marzo del año
2.013 era elegido el 266 sucesor de Pedro.
Cada Papa tiende a desarrollar su propio estilo que se
condensa en una frase que resume el mensaje que quieren comunicar a la Iglesia
y a la Humanidad. Juan Pablo II escogió como lema ”NO TENGÁIS MIEDO”, que era
una invitación a los católicos ,
especialmente a los jóvenes, a recuperar el coraje para proclamar el Evangelio.
Benedicto XVI escogió el lema “RAZÓN Y FE”, sosteniendo que la razón humana y
la fe divina son interdependientes. El Papa Francisco ha decidido conservar su
lema de obispo:”MISERANDO ATQUE ELIGENDO, MIRANDO CON MISERICORDIA LO ELIGIÓ.”
El Papa no cesa en la importancia de
predicar a un Dios que tiene rostro, a
un Dios que es
Amor:”El Señor nunca se cansa de perdonar, nunca. Nosotros somos los que nos
cansamos de pedirle perdón. Es insistente en la necesidad de representar a
Cristo con imágenes que rebosan misericordia y ternura.
Sin duda, Francisco es un Papa de gestos: una persona atenta, afectiva, que se
emociona, una persona que se hace querer
porque se da a los demás. Pero, también
es el papa de las palabras: es un gran comunicador, pide oraciones, urge a hablar de Cristo, a ser sus seguidores. Y
encima convence, porque predica con el ejemplo.
El Papa Francisco siempre ha tenido una gran devoción a
Santa Teresita de Lisieux y a San José, custodio de María y de Jesús. Siendo
cardenal tenía la costumbre de incluir unas estampitas de estos santos en las
cartas que enviaba. En la mesita de su
habitación no faltaba la estampita de Santa Teresita con un jarrón de rosas
blancas. Su ministerio petrino lo quiso comenzar el 19 de marzo, festividad de
San José, hombre valiente, trabajador, humilde y lleno de ternura.
Emocionante fue la visita de Francisco al Papa emérito;
el Pontífice le regaló un icono de la
Virgen de la Humildad. Francisco le dijo a Benedicto XVI:”Cuando la vi, pensé
en usted. Gracias por la humildad durante su pontificado. Nos ha dado un gran
ejemplo de humildad y de ternura.” No hay ruptura con sus predecesores: él ha
tendido su mano a los pobres, a los discapacitados, a los marginados, a los
olvidados y a los alejados de la Iglesia.
Para los jóvenes , sus enseñanzas han de brillar como
rayos que disipan la oscuridad de este futuro incierto e ilumine el sendero de
la vida en una etapa trascendental como es la juventud.”No seáis nunca hombres
y mujeres tristes; un cristiano jamás puede serlo. Nunca os dejéis vencer por
el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de
haber encontrado a una persona, a Jesús, que está entre nosotros; con él nunca
estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aún cuando el camino de la vida tropìeza con problemas y obstáculos que parecen
insuperables, y hay tantos(…) No os dejéis robar la esperanza, no dejéis robar
la esperanza, esa que nos da Jesús.”
A los jóvenes- en edad y espíritu-, invita Francisco a
participar en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en la
ciudad brasileña de Rio de Janeiro del 23 al 28 de julio bajo el lema “Id y
haced discípulos de todos los pueblos.”Queridos amigos, también yo me pongo en
camino con vosotros. Ahora estamos ya cerca de la próxima de esta peregrinación de la cruz de Cristo.
Aguardo con alegría el mes de julio, en Rio de Janeiro.” Porque estamos
arraigados y edificados en Cristo, nos mantenemos firmes en la fe ; y la
permanencia firme en la fe determina que debemos tomar muy en serio ese mandato
del Señor.
El Papa, al igual que Juan Pablo II y Benedicto XVI, se
muestra especialmente cercano a los jóvenes, que son quienes tienen en sus
manos el futuro de la Iglesia y de la Humanidad. Los jóvenes deben aspirar con
su compromiso, generosidad y valentía a
edificar un mundo mejor, a ser luz del mundo que ilumine y transforme el
entorno donde se mueven:"Queridos jóvenes, no enterréis vuestros talentos,
los dones que Dios os ha regalado. No tengáis miedo de soñar cosas
grandes".
¡Viva el Papa!
Precioso, Manolo. Gracias por compartir el texto hermoso de Carolina.
ResponderEliminarBesos para todos. Mary
Gracias Mary, la verdad que es muy bonito, me encantan todos sus artículos.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Manolo.