¿Puedes
dar a otros esa fe, esa visión de la vida, ese amor a Dios que tú tienes?
¿Tienes
fe para repartir, es decir, tienes tanta abundancia que te sobra, y, por consiguiente,
puedes dar a otros esa fe, esa visión de la vida, ese amor a Dios que tú
tienes? ¿O es una fe que apenas te alcanza?
Como cuando uno va a comprar en el mercado, y se le antoja llevarse muchas
cosas; pero, a la hora de sacar la cartera, se da cuenta de que no le alcanza,
y empieza a dejar un objeto aquí, y luego otro, y luego otro, y se lleva
solamente unas cuantas cosas porque no le alcanza el dinero.
¿Eres tú de ésos? ¿De los que son católicos a ratos? Quizás el domingo un
momento. Quizás en algún evento especial de la vida. Pero luego hay horas, días
y meses en que parece que ya no crees. Parece que no tienes un fuerte sostén
espiritual. Parece que andas sin brújula en la vida.
Se necesita hoy gente que esté llena, llena de esa fe, llena de ese amor, llena
de esperanza para repartir; porque hay más pobres, más mendigos del espíritu
que mendigos de un pedazo de pan. Hay mucha hambre de fe, mucha hambre de Dios,
y se requiere gente que la tenga en abundancia para repartirla.
Cuando el nivel de fe baja
en el mundo, sube el nivel de la desesperación. ¿Por qué habrá hoy tantos
desesperados?
Autor: P Mariano de Blas LC.
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