Pedro
Casquero Agundez conocido en el S.E.S. y en Badajoz como Pedro Casquero, nos ha
dejado.
A mí me encantaría
poderle trasmitir todo cuanto atesoraba esta gran Persona, pero el tremendo dolor
me engarrota y aun secándome los ojos de vez en cuando, quiero seguir su
ejemplo, de subirse en los momentos más difíciles, por lo que intentare expresar
algo de lo que siento, y aun con el corazón desgarrado quiero expresarles, con
el gran cariño que siempre ambos nos hemos procesado, estos grandes recuerdos
que siempre perduraran en mí.
Pedro, era
un hombre alegre, bondadoso, trabajador incansable, jamás escatimaba esfuerzo
por ayudar, pero al que fuera, creo que todos les debemos algo, solamente el
ser su amigo ya era un lujo.
Por mi
trabajo en el Hospital Infanta Cristina, como Informático, hemos tenido siempre
una gran relación, con independencia de nuestra gran amistad.
Como digo
trabajador nato, para el no existía el horario, cuantas y cuantas veces estando
yo de guardia localizada, han sido requeridos mis servicios a las cinco o seis
de la mañana y para ir a mi servicio, tenía que pasar por el suyo, hasta que
realizaron la obra nueva, pues como les digo, era raro pasar a esa hora y no encontrarlo
allí trabajando, lo ha dado todo por la Institución.
Tenía unos
grandes valores humanos y profesionales, hombre muy muy querido por todos, jamás
he oído un mal comentario sobre él, ha tratado siempre de intentar, que entre
todos los compañeros hubiera una buena armonía, él pensaba que todos tenían su
misma dosis de bondad y de paciencia.
Lucho por su
hijo Manuel, con Síndrome de Down, a
quien perdió, siendo Manuel un joven cariñoso y muy pegado a sus padres, que lo
dieron todo por el hasta su fallecimiento.
En el año
207 yo me jubile por una enfermedad cardíaca, cosa que no influyo para nada en nuestra
amistad. que hemos mantenido hasta el momento de su muerte, tan es así, que el día
antes de marchar a Marbella de vacaciones, donde ha fallecido, estuvimos
desayunado los dos.
Ahora estaba
muy feliz disfrutando de su nieta de casi un año y ese último día todo el
desayuno giro en torno a ella.
Dios ha
decidido llamarlo y parece, no se, a veces suceden cosas… Tras mi jubilación y
en plan de entretenimiento, he escrito varios libros sobre temas de Informática y
precisamente ayer tarde tuve en la mano el último libro que publique y que tuve
el gran orgullo de dedicárselo a él, cuya dedicatoria está impresa en el citado
libro y habiéndole dado un ejemplar del mismo, que se guardaba con gran
estima.
Cuando nos
deja una persona, siempre parece que se sacan nada más que las cosas buenas, es
que Pedro no tenía malas, se ha distinguido siempre como una persona, honesta,
trabajadora, muy amigo de sus amigos, sencillo, lleno de valores y virtudes,
entre las que destaco su gran afán de ayudar a los demás.
Si pudiéramos
hacer una escalera con todas las personas a las que has ayudado, llegaríamos al
Cielo.
Pero a Dios
no le hace falta la escalera y ya te tiene a su lado, desde aquí, donde tantísimas
veces hemos estado juntos y mirando hacia arriba solo me resta enviarte un gran
abrazo y decirte: ¡¡¡Pedro seguiremos siendo amigos!!!