El
exorcismo constituye una antigua y particular forma de oración que la Iglesia
emplea contra el poder del diablo
Un video del Papa
Francisco, quien impuso sus manos sobre un hombre enfermo después de la
Eucaristía de Pentecostés, ha causado un notable revuelo internacional. Según
expertos contactados por la productora Tv2000, de la Conferencia Episcopal
Italiana, el Pontífice habría realizado una oración de liberación o un
exorcismo sobre esta persona. Los medios de comunicación divulgaron sobre todo
esta última palabra, el exorcismo, y la noticia dio la vuelta al mundo.
Presentamos algunos datos concisos de lo que sucedió y de lo que es un
exorcismo y la diferencia con la oración de liberación.
Solo un sacerdote autorizado por su obispo puede hacer exorcizar, pero los
laicos pueden con prudencia orar por liberación privadamente.
Los hechos
La escena que ha atraído la atención de los medios de comunicación ocurrió al
término de la Eucaristía de Pentecostés, y en el video se aprecia al Papa
Francisco quien se acercó, escoltado por dos hombres de seguridad, para saludar
a varios enfermos en silla de ruedas. Uno de ellos estaba acompañado por un
sacerdote, quien llevaba una carpeta con documentos y presenta el paciente al Santo
Padre.
El Santo Padre Francisco entonces impuso sus dos manos sobre la frente del
hombre y oró en silencio, visiblemente concentrado. El hombre se sacudió un
poco, sostenido por el sacerdote, y abrió su boca respirando agitadamente, lo
cual alertó a uno de los hombres de seguridad, quien llamó la atención de su
compañero y lo hizo acercarse al Papa en caso de alguna eventualidad. Tras la
corta oración, de menos de un minuto, el Santo Padre se despidió de ambos y
continuó saludando a los enfermos.
La idea de un exorcismo hecho por del Papa Francisco fue aclarada por el Padre
Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, quien afirmó que el Santo
Padre "no tuvo ninguna intención de llevar a cabo un exorcismo, sino
simplemente orar por una persona que sufría que le fue presentada". La
aclaración del sacerdote coincide con las disposiciones de la Iglesia, que
prescribe un ritual para el exorcismo propiamente dicho, con acciones y
oraciones que se desarrollan en un orden específico.
(es.gaudiumpress.org)
El Papa Francisco y el supuesto exorcismo
Por el P. José Antonio Fortea
Hoy todo el mundo me ha preguntado por el supuesto exorcismo del Papa
Francisco. ¿Es un exorcismo o no?
Mi respuesta es que no, no es un exorcismo. Indudablemente, el acompañante de
la persona en silla de ruedas le ha dicho que se trataba de un poseído, o el
mismo Papa se ha dado cuenta de que aquello no parecía una enfermedad. Entonces
el Papa ha decidido orar un poco más. Probablemente, al ver de qué se trataba,
el Papa se ha dirigido internamente al demonio. Pero una cosa tan breve, tan
simple, no podemos llamarla un exorcismo, es una simple plegaria, con toda la
generalidad y ambigüedad que tiene la palabra plegaria.
Cuando yo voy a dar charlas en iglesias en distintos países, mucha gente me
pide que le dé la bendición. Entre esa gente, de vez en cuando, hay alguna
persona que reacciona como lo hace el que está sentado en la silla de ruedas.
¿Lo que he hecho yo es un exorcismo? La respuesta es no. He hecho una plegaria
y se ha producido esa reacción.
Cuántas veces he pensado que si alguien grabara en vídeo mis bendiciones e
imposiciones de manos, cuando aparece un caso así, los que lo vean pensarán que
he hecho un exorcismo. Cuando mi voluntad es no hacer ningún exorcismo. Pues
eso es lo que le ha ocurrido al Papa.
Una cosa es un exorcismo, otra es una breve bendición o plegaria. Incluso si el
Papa quería expulsar al demonio, su acción no cabe que se la califique de
exorcismo. La acción del Papa no prejuzga el estado de esa persona. Y si el
Papa hubiera querido hacer un exorcismo, sin duda lo hubiera hecho en
condiciones, con tiempo y con una intensidad diversa que la que hemos visto en
esa plegaria. Los periodistas deberían decir en sus titulares que el Papa ha
hecho una brevísima plegaria sobre un supuesto poseso.
El exorcismo en el
Catecismo de la Iglesia Católica
El exorcismo es una antigua y particular forma de oración que hace un ministro
ordenado de la Iglesia, en nombre de Jesucristo y por el poder que Jesucristo
ha otorgado a su Iglesia para liberar del poder de Satanás, demonio. Por lo
tanto no es oración personal sino de la Iglesia.
Los exorcismos pueden ser simples o solemnes.
El exorcismo simple se reza en el rito del bautismo.
El exorcismo solemne es un sacramental que sólo puede ser válidamente celebrado
por un sacerdote con el permiso del Ordinario (obispo) del lugar. El obispo da
permiso al sacerdote para cada caso o puede, con el permiso de la Santa Sede,
formalmente otorgar a un sacerdote el oficio de exorcista. En ese caso el
sacerdote está facultado para exorcizar y no necesita un permiso particular
para cada caso.
Solo el exorcista con la debida licencia puede verificar la verdadera posesión
diabólica. Es un proceso difícil en el que se deben descartar causas naturales.
Según el Padre Amorth, exorcista de Roma, el poder de expulsar demonios que
Jesús confirió a todos los creyentes conserva toda validez. Es un poder general
basado en la fe y en la oración, y puede ser ejercido por individuos o
comunidades sin ninguna autorización. Sin embargo, en este caso, se trata de
plegarias de liberación, y no se deben llamar exorcismos. Sólo al sacerdote
autorizado, además de al obispo exorcizante, corresponde el nombre de
exorcista.
En algunas diócesis hay laicos que han sido preparados para el ministerio de
liberación (no exorcismo) bajo la dirección de un sacerdote. La liberación es
oración para liberar de la opresión del demonio pero sin utilizar el rito de
exorcismo. Nadie debe ejercer este ministerio sin autorización de la Iglesia.
Jesús vino a liberarnos del poder de Satanás y darnos la gracia de ser hijos de
Dios.
Jesús impartió su poder liberador a sus discípulos para que ellos y sus
sucesores continuaran la misión de liberación y exorcismo en su nombre. Por lo
tanto el protagonista en el exorcismo es Dios a través de su ministro y no el
demonio.
El exorcista ante todo busca llevar la persona atribulada a un encuentro con
Jesús. Para ello es necesario apertura a los canales de gracia en la Iglesia:
la confesión, la eucaristía, la meditación de la Palabra, la comunidad, la catequesis...
Es un camino de fe en al que se invita también a la familia Cf. Mc 9, 14-29.
Necesidad de diagnóstico y la prudencia
Actualmente muchos viven una fe supersticiosa o de superstición y muchos
tienden a no hacerse responsables, no saben afrontar el sufrimiento y atribuyen
todo trastorno físico o espiritual a la acción del demonio. Pero frecuentemente
el remedio es una verdadera y sincera confesión. Cuando en cambio se percibe
aversión a lo sagrado, enfermedades desconocidas o incluso síntomas difíciles
de identificar, es posible que sea necesario el exorcismo. La presencia
demoníaca de cualquier forma hay que diagnosticarla en cada caso. En cambio
debería haber más dedicación a la ascesis, a la oración, a la penitencia. La
mentalidad popular ha exagerado los poderes de Satanás, que son los de un ángel
común.
En la vida diaria para defenderse del mal basta con ser coherentes con el
Evangelio, no tener miedo de testimoniar la propia fe y cuidar la propia
relación con Dios. A veces es Dios mismo quien permite que algunos sean vejados
u obsesionados; piénsese en algunos santos. Pero en estos casos nos hallamos
ante planes divinos para nosotros impenetrables. (Corazones.org)
El rito de exorcismo de
1999
El Padre Amorth, exorcista oficial de Roma, se lamenta de que por tres siglos,
los exorcismos fueron casi abandonados por la Iglesia. Juan Pablo II, volvió a
recordar la importancia de estos. Durante la audiencia pública del 3 de Junio
de 1998, El Papa Juan Pablo II habló de los deberes del exorcista y en 1999 se
publicó el rito de exorcismo que remplaza al del 1614.
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos,
presentó el nuevo rito de exorcismos en enero del 1999. El prefecto de dicha
congregación, el Cardenal Medina, enseñó en dicha ocasión los siguientes
puntos:
¿QUÉ ES EL EXORCISMO?
"El exorcismo es una antigua y particular forma de oración que la Iglesia
emplea contra el poder del diablo".
Catecismo #1673:
"Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de
Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del
maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó (cf.
Mc 1:25s), de El tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar. (cf. Mc
3:15; 6:7.13; 16:17). En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la
celebración del Bautismo. El exorcismo solemne sólo puede ser practicado por un
sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con
prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia. El
exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco
gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia."
"Muy distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo
cuidado pertenece a la ciencia médica. Por tanto, es importante asegurarse,
antes de celebrar el exorcismo, de que se trata de una presencia del Maligno y
no de una enfermedad." (cf. CIC can. 1172).
En que se fundamenta: El exorcismo tiene como punto de partida la fe de
la Iglesia, según la cual existen Satanás y los otros espíritus malignos. La
doctrina católica nos enseña que los demonios son ángeles caídos a causa de sus
pecados, que son seres espirituales de gran inteligencia y poder".
¿Por qué hace falta?: La capacidad del hombre de acoger a Dios "es
ofuscada por el pecado, y a veces el mal ocupa el puesto en el que Dios quiere
vivir. Por eso, Jesucristo ha venido a liberar al hombre del dominio del mal y
del pecado. (...) Jesucristo expulsaba los demonios y liberaba a los hombres de
las posesiones de los espíritus malignos para hacerse espacio en el
hombre".
¿Cuánto poder tiene Satanás? "El poder de Satanás no es
infinito", sin embargo el que Dios permita que seamos tentados "es un
gran misterio".
¿Cómo nos influencia el demonio? "El influjo nefasto del demonio y
de sus secuaces es habitualmente ejercitado por medio del engaño, la mentira y
la confusión. Así como Jesús es la Verdad, el diablo es el mentiroso por
excelencia. Desde siempre, desde el inicio, la mentira ha sido su estrategia
preferida".
¿Ha cambiado la doctrina de la Iglesia sobre el exorcismo? No ha
cambiado. Solo han habido algunos cambios en el lenguaje del rito. "Entre
el rito anterior y el nuevo hay una gran continuidad; no existe un cambio
radical. El lenguaje es más sobrio; hay menos adjetivos, pero la expresión de
la fe en el poder de Dios para expulsar al demonio es la misma en ambos
casos".
Criterios para discernir posesión diabólica según el nuevo ritual del
exorcismo.
La principal es:
-Aversión vehemente hacia Dios, la Virgen, los Santos, la cruz y las imágenes
sagradas.
Junto con esta pueden darse otros fenómenos que por si solos podrían ser don de
Dios pero en el caso de posesión se manifiestan para el mal:
-El hablar con muchas palabras de lenguas desconocidas o entenderlas.
-Hacer presentes cosas distantes o escondidas.
-Demostrar más fuerzas de lo normal.
¿Puede el demonio tener influencia sobre lugares, objetos y personas?
Si. Esta realidad se reconoce en el ritual de exorcismos.
¿Hay diferentes formas de influencia demoníaca además de la posesión?
Si. En el presente ritual se encuentran el rito el exorcismo propiamente dicho
y las oraciones que hay que recitar públicamente cuando se juzga prudentemente
que existe una influencia de Satanás sobre lugares, objetos o personas, sin
llegar a la fase de una posesión verdadera y propia. Además, existe una serie
de oraciones que los fieles deben rezar privadamente cuando tienen fundadas
sospechas de que son sometidos a influencias diabólicas.
¿Quién puede practicar el exorcismo? En la pregunta anterior vimos que
el nuevo ritual contiene oraciones que los fieles pueden rezar cuando están
sometidos a influencias diabólicas. Sin embargo, "Para practicar el
exorcismo es necesaria la autorización del obispo diocesano, que puede ser
concedida para un caso específico o de un modo general y permanente al
sacerdote que ejercita el ministerio de exorcista en la diócesis".
¿Por qué un nuevo ritual? En el último capítulo del ritual romano se
ilustraban las indicaciones y el texto litúrgico de los exorcismos, pero se
quedó sin ser revisado después del Concilio Vaticano II. Tras un trabajo de 10
años, en enero de 1999 se hizo oficial el texto actual aprobado por el
Pontífice.
Autor:
Varios.
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