Además
de la gran confianza que María mostró en su Hijo, ella fue el medio que Dios
usó para dar comienzo a la manifestación de Jesús.
Ojalá
puedas leer en el Evangelio Jn 2, 1-12, cuando María le pide a su Hijo que les
falta el vino en una boda donde fueron invitado en Caná.
A mí me llama poderosamente la atención ese detalle de María de acercarse a
visitar a su prima santa Isabel tras tener conocimiento de su estado de
gestación, también su fina observación en las bodas de Caná, en una situación
de tanto embarazo para aquellos jóvenes esposos. Todo ello habla de un corazón
amable, sencillo, bondadoso, atento, comprensivo, servicial en nuestra madre
del cielo".
Una contemplación superficial del episodio de la boda de Caná nos dice que lo
más milagroso fue el hecho de que Jesús mostró su dominio absoluto sobre la
materia, convirtiendo agua en vino. Sin embargo, el Evangelista nos da a
entender que no fue así al decir "Así,
en Caná de Galilea, dio Jesús comienzó a sus señales. Y manifestó su gloria, y
creyeron en él sus discípulos" (Jn 2, 11).
Según el Evangelista la finalidad intrínseca de este milagro fue el convencer a
sus discípulos que Él era lo que decía que era: el Hijo de Dios. Así manifestó
su "gloria" que era su divinidad, pues María le obligó a "hacer
llegar su hora" de mostrar su gloria o divinidad.
Independientemente de la gran confianza que María mostró en su Hijo, como hemos
comentado antes, está el hecho de que ella fue el medio que Dios usó para dar
comienzo a la manifestación de Jesús de Nazaret como su Hijo. Aquí María
aparece como aquella que hace conocer a Cristo. Uno podría pensar que tal vez
su misión fuese solamente traer al Hijo al mundo y después dejarlo manifestarse
como le pareciera mejor. Dios en su providencia quería hacer las cosas de otra
manera: quería dar a conocer a su Hijo al mundo por medio de su Madre. Nosotros
podemos no estar de acuerdo con esta metodología, pero no se puede negar que Él
quiso adoptarla para manifestar a su Hijo.
Parece ser que el Padre sigue usando esta metodología para dar a conocer a su
Hijo. Son elocuentes las múltiples apariciones de la Virgen en estos dos
últimos siglos. Pensemos en Lourdes, Fátima...
Autor:
P. Fintan Kelly.
Estupendo. También los servidores de las bodas, que llenaron las tinajas completamente: si hubieran sido "rácanos", el vino habría sido menos abundante. Si ponemos lo que está de nuestra parte, la Virgen intercede y Dios lo multiplica, como la simiente caída en buena tierra
ResponderEliminarLa verdad que no se como agradecerle, primero que lea mi blog y segundo que tenga la delicadeza de dejar un comentario y tan ilustrado y bonito como este.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Manuel Murillo