Meditaciones de las letanías del Rosario. Rezarlas con
devoción es como ir llenando un cántaro, el de nuestro corazón, de más amor,
alegría y admiración.
Rosa mística
Esta letanía la comprenden quienes aman las flores y son capaces de extasiarse
ante alguna de ellas. Pues, bien, María es una flor bellísima, la más bella de
todas. ¿Te gustan las flores, una rosa, un clavel...? María es una rosa que no
se marchita, perfumada siempre, que nos hace mirarla, quererla como la flor más
hermosa. La mejor rosa que ha producido la tierra.
Todas las bellas flores acaban marchitándose, no pueden mantener su encanto
sino por un tiempo reducido. María ha florecido en el jardín del cielo y no se
marchitará jamás. Por eso produce una ilusión perenne, un éxtasis eterno, una
ternura inacabable.
Torre de David
La comparación se refiere a la muralla que rodea y defiende la ciudadela de
Jerusalén, la Ciudad Santa. Una torre en la muralla es la parte mas fuerte. Así
se quiere comparar a María como un bastión inexpugnable en la Iglesia, la nueva
Jerusalén, una fuerza imbatible contra los enemigos de Dios y de nosotros,
sobre todo del enemigo eterno de Dios y de los hombres, el Diablo. Contra la
Torre de David nada puede el Demonio. Lo sabe desde hace mucho tiempo. Por eso
él odia a María con todas sus fuerzas y a los hijos de María. Contra Ella y
contra Dios nada puede, pero sí puede contra sus hijos. Ahí se centra su
venganza. Se podría decir que ahí está la debilidad de Dios y de la Santísima
Virgen. Pero depende de nosotros. Si estamos cerca de María no hay nada que
temer. Si nos alejamos de Ella, hay que temer todo, y con razón.
Torre de marfil
El marfil es un elemento muy valioso, muy cotizado. Esto pone en serio peligro
de extinción a los pobres elefantes que lo producen en sus colmillos. Se quiere
significar que María está hecha de material precioso, de virtudes celestiales,
de santidad, de pureza.
Casa de oro
Nuevamente se habla de un mineral precioso, el rey de los metales, el oro. Si
una casa se construye completamente de oro, su valor es incalculable. Queremos
decir que María vale más que el oro, vale tanto que no tiene precio en los
mercados. Por ninguna criatura ha apostado Dios tanto como por María. La valora
tanto que la ha hecho su Madre. Y nos valora tanto que la ha hecho nuestra
Madre. Aquí podemos comprender el amor de Dios a nosotros. La casa de oro se
llama María de Nazareth y se llama nuestra Madre.
Arca de la alianza
El Arca antigua de la Alianza era respetada fuertemente por los judíos, por una
razón; encerraba las dos tablas de los mandamientos que Dios había revelado a
Moisés. María encerró no las tablas de los mandamientos sino a Dios mismo, el
autor de la Antigua y de la Nueva Alianza. De ahí que la veneración hacia Ella
se alarga y se eleva casi hasta el infinito.
Rezar las letanías con devoción es como ir llenando un cántaro, el de nuestro
corazón, de más amor, alegría y admiración. Al final, el cántaro se ha llenado
de todas esas hermosas realidades. ¡Qué diferencia de los que las rezan sin
amor, distraídos! Su cántaro se llena de nada.
Puerta del cielo
Si el cielo es la felicidad eterna, el lugar donde reside Dios y donde estamos
destinados a vivir felices por toda la eternidad, la puerta de entrada es muy
importante. Resulta que la puerta se llama María. Al cielo se entra por María.
Quien ama a María, quien le tiene gran devoción, tiene el boleto asegurado y la
puerta abierta para entrar.
Su sí a Dios abrió la puerta que estaba cerrada. Ella nos abrirá la puerta de
la felicidad eterna; nos dará un abrazo cariñoso. y nos presentará a Jesús y al
Padre. ¡Cuanta ilusión me da el pensar en ese momento!
A medida que conocemos a la Virgen, nos vamos enterando de su gran importancia
en esta vida y en la otra vida. María nos es completamente necesaria e
indispensable. Y los que opinan de otra manera, muy su opinión, que respetamos,
pero andan muy equivocados.
Abrir la puerta, y encontrarnos con María Santísima es el comienzo del cielo,
su preludio, el inicio del éxtasis eterno que comienza...pero no terminará
jamás...
Estrella de la mañana
Lucero que precede a la salida del Sol, de Jesús. Estrella del Mar, que orienta
a los que andan perdidos. Me llama mucho la atención la devoción que tienen a
la Virgen los marineros de muchos puertos. Ellos saben de tormentas, de
difíciles momentos pasados en alta mar. Por eso saben también invocar con todas
sus fuerzas a la Estrella del Mar.
Salud de los enfermos
María lleva en sus manos y en su corazón la salud, tan necesaria para vivir en
plenitud. Por eso, uno de los momentos en que más se invoca a María por parte
de todos sus hijos es en la enfermedad. Uno de los momentos en que más
necesitamos invocar a María es en los momentos de dolor. Y cuando más se acerca
a sus hijos como buena madre es en esos dolorosos momentos...
Salud de los enfermos del alma. Sabe curar enfermedades del cuerpo, pero sobre
todo del alma. Ella sabe otorgar algo tan grande como la salud, la paciencia y
el amor en la enfermedad. Como buena Madre está a la cabecera de sus hijos
enfermos. Y sobre todo en la hora de la muerte. Todos los buenos cristianos
mueren en brazos de su Madre, de María. Y morir así, no es triste, todo lo
contrario. Cada uno de nosotros nos preparamos la propia muerte. Si queremos
morir en brazos de María, digámoselo.
Refugio de los pecadores
Es muy importante que lo sepan todos. El pecador se siente muy solo,
terriblemente lejos de Dios y de los hombres. Pero hay un refugio seguro, donde
vive una persona muy querida, muy nuestra, tan nuestra que es nuestra Madre.
También en el pecado sigue siendo nuestra Madre. Es cuando más la necesitamos,
cuando Ella sabe que la necesitamos más. A cuantos ha salvado, incluso en el
último instante. No desesperes, mientras exista María.
Un recado urgente, un S.O.S. para todos los que han perdido la esperanza:
Mientras exista María Santísima, hay remedio para todos los males, hay perdón
para todos los pecados. De todos los títulos hermosos que tiene María, este es
el más querido y más aprovechado precisamente por ellos, los pecadores.
Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Quien reza
frecuentemente el rosario hace esta petición miles de veces y quien hace una
petición miles de veces, la consigue. Mira por donde el rezo del rosario tanto
tendrá que ver con nuestra salvación eterna.
Todos conocemos aquella bella reflexión :"Yo les cierro la puerta...pero
tu Madre les abre la ventana”. Si tienes miedo de Dios, no lo tengas de María.
La Virgen María, la Immaculada, la Madre de Dios no tiene repugnancia de besar
las llagas purulentas de sus hijos enfermos.
Autor: P Mariano de Blas LC
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