Reflexiones para el cristiano de hoy
Nada es
estable en el mundo de lo terreno. Todo puede cambiar en un instante.
La vida es
como un pórtico. Lo importante está tras la puerta. Lo presente prepara la
entrada, mientras esperamos la llegada del Esposo.
En el
pórtico se suceden días de ventura y días de desgracia. Nada es estable en el
mundo de lo terreno. Todo puede cambiar en un instante.
La mirada se
dirige hacia la puerta. Cuando se abra, si seré aceptado al banquete de bodas
del Cordero, la alegría será completa.
¿Cómo vivir
ahora? ¿Cómo afrontar las dificultades de cada día? ¿Cómo resistir a las
tentaciones del Maligno? ¿Cómo promover el bien entre mis hermanos?
No resulta
fácil mantenerse fieles. Mil voces de sirenas nos aturden y nos invitan a una
vida de engaños y de falsas alegrías. La tentación nos acecha sin descanso.
Por eso,
necesito recordar que existe un Amor verdadero. Dios, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, ha desvelado el maravilloso designio de su misericordia. La fe se
convierte en maní que alimenta durante el tiempo de la espera.
Un día se
abrirá el pórtico y empezará el banquete de la vida eterna. Ese día la alegría
de Dios será nuestra alegría, y será una alegría plena y verdadera (cf. Jn
18,1-13).
Por: P.
Fernando Pascual LC
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