Testimonios de un
encuentro personal con Dios.
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André Frossard,
pensador francés del siglo XX, fue educado sin fe, en un ambiente familiar en
que se pensaba que era anticuado
oponerse a los creyentes, luchar contra la religión. La religión no tenía
ningún valor. Él mismo declaraba: Éramos
ateos perfectos, de esos que ni se preguntan por su ateísmo... El ateísmo
perfecto no era ya el que negaba la existencia de Dios, sino aquel que ni
siquiera se planteaba el problema.
Una tarde, Willemin lo invita a cenar con él. Antes quiere rezar en una
iglesia. Cogen el coche y vagan por las calles de París. En ese momento de su
vida, todo le va bien, goza
de buena salud y es feliz. Al entrar en la iglesia, observa a un grupo de
religiosas que están rezando ante Jesús sacramentado, y a varios fieles. De
repente le ocurre algo extraño.
Ve unos cirios, su mirada pasa de la sombra a la luz y ve una serie de
prodigios que en un momento le cambian la vida. Comienza una vida espiritual,
el cielo se abre y encuentra la verdad acompañada de una gran alegría. Y
encuentra una nueva familia: la Iglesia, que lo acompañará en su nuevo
caminar. Siente una gran presencia de Dios. Dice: Todo está dominado por la presencia, más allá y a través de una
inmensa asamblea, de Aquel cuyo nombre jamás podría escribir sin que me
viniese el temor de herir su ternura, ante Quien tengo la dicha de ser un
niño perdonado, que se despierta para saber que todo es un regalo.
Ha sido un momento breve. André sale a la calle con su amigo, que lo observa
con preocupación.
Pero ¿qué te pasa?
Soy católico... responde. Willemin está atónito, apostólico y romano.
Willemin no comprende qué ha ocurrido, ve los ojos de André desorbitados,
misteriosos. Dios existe, y todo es verdad.
El milagro se prolonga durante un mes. Cada
mañana volvía a encontrar, con éxtasis, esa luz que hacía palidecer el día,
esa dulzura que nunca habría de olvidar y que es toda mi ciencia teológica.
Cuando deja de repetirse el prodigio, André Frossard, acude a un sacerdote y
se instruye sobre las verdades fundamentales de la fe cristiana. Quiere ser
bautizado, quiere ser miembro de la Iglesia. Y André repetirá a lo largo de
su vida: Dios existe. Yo me encontré
con Él.
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"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)
domingo, 17 de noviembre de 2013
Dios existe yo me encontré con Él
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La historia de Frossard es apasionante, como lo son todas las conversiones. Tú la has aprovechado muy bien. Enhorabuena, Manolo, y u fuerte abrazo.
ResponderEliminarUn millón de gracias Pablo y un gran abrazo.
EliminarManolo.