Es bien cierto que hoy
día, al menos en España donde el verano ocupa, sobre todo, los meses de julio y
agosto, las vacaciones no son, ya, privilegio de tales meses sino que suele ser
común que se distribuyan a lo largo del año. Sin embargo y, en general, podemos
decir que ahora mismo, casi ya, el periodo vacacional por excelencia va a dar
comienzo.
El 8 de julio de 2007,
Benedicto XVI dijo que el tiempo de vacaciones es uno que lo es de “justo
descanso” porque “Gracias al descanso recuperamos las fuerzas para el camino de
nuestra vida” urgido, él mismo, con tales fuerzas y tales nuevas energías para
seguir con su labor al frente de la Iglesia católica.
Las vacaciones son, pues,
tiempo de descanso. Pero no pueden ser tiempo para olvidar a Dios ni para
dejarlo de lado ni para hacer como si, en tales momentos, no nos mirara o
mirara para otro lado. Dios, muy al contrario, nunca deja de cuidar a su
descendencia, criaturas creadas por Quien podía hacerlo.
A este respecto, Fray
Nelson nos ofrece estos diez útiles consejos que nos ayudan a no prescindir de
Dios en las vacaciones. Son los que siguen y que no deberíamos olvidar y, en
cuanto sea posible a nuestro corazón, llevar a cabo:
1.- Vive la naturaleza
En la playa, en la
montaña, en la serranía, descubre la presencia de Dios. Alábale por haberla
hecho tan hermosa.
2.- Vive tu nombre y
condición de cristiano
No te avergüences en
verano de ser cristiano. Falsearías tu identidad.
3.- Vive el domingo
En vacaciones, el domingo
sigue siendo el día del Señor y Dios no se va de vacaciones. Acude a la
Eucaristía dominical. Tienes además más tiempo libre.
4.- Vive la familia
Dialoga, juega, goza con
ellos sin prisas. Reza en familia. Asiste al templo también con ellos.
5.- Vive la vida
La vida es el gran don de
Dios. No hagas peligrar tu propia vida y evita riesgos a la vida de los demás.
6.- Vive la amistad
Desde la escucha, la
confianza, la ayuda, el diálogo, el enriquecimiento y el respecto a la dignidad
sagrada de las demás personas.
7.- Vive la justicia
No esperes que todo te lo
den hecho. Otros trabajan para que tú tengas vacaciones. Ellos también tienen
sus derechos. Respétales y respeta sus bienes.
8.- Vive la verdad
Evita la hipocresía, la
mentira, la crítica, la presunción engañosa e interesada o la vanagloria.
9.- Vive la limpieza de
corazón
Supera la codicia, el
egoísmo y el hedonismo. Vacación no equivale a permisividad.
10.- Vive la solidaridad
No lo quieras todo para
ti. Piensa en quienes no tienen vacaciones, porque ni siquiera tienen el pan de
cada día. La caridad tampoco toma vacaciones.
Y, como no podemos dar
comienzo unas vacaciones sin encomendarnos a Quien, en verdad, nos protege, la
“Plegaria para unas vacaciones cristianas” abunda en lo, hasta aquí, dicho.
Señor Jesús, tú dijiste a
tus discípulos
“venid conmigo a un lugar
apartado y descansad un poco”,
te pedimos por nuestras
vacaciones.
El afán de cada día
multiplica nuestra vida
de quehaceres, urgencias,
agobios, prisas e impaciencias.
Necesitamos el reposo y
sosiego.
Necesitamos la paz y el
diálogo.
Necesitamos el encuentro
y la ternura.
Necesitamos la
oxigenación del cuerpo y del alma.
Necesitamos descansar.
Necesitamos las vacaciones.
Bendice, Señor, nuestras
vacaciones.
Haz que sean tiempo
fecundo para la vida de familia,
para el encuentro con
nosotros mismos y con los demás,
para la brisa suave de la
amistad y del diálogo,
para el ejercicio físico
que siempre rejuvenece,
para la lectura que
siempre enriquece
para las visitas
culturales que siempre abren horizontes,
para la fiesta auténtica
que llena el corazón del hombre.
Haz que nuestras
vacaciones de verano sean tiempo santo
para nuestra búsqueda
constante de Ti,
para el reencuentro con
nuestras raíces cristianas,
para los espacios de
oración y reflexión,
para compartir la fe y el
testimonio,
para la práctica de tu
Ley y la de tu Iglesia,
para la escucha de tu
Palabra,
para participar en la
mesa de tu eucaristía.
Tú vienes siempre a
nosotros.
Tú siempre te haces el
encontradizo.
Tus caminos buscan siempre
los nuestros.
Haz que en las vacaciones
de verano,
sepamos remar mar adentro
y te encontremos a Ti,
el Pescador, el Pastor,
el Salvador, el Hermano, el Amigo,
y encontremos a nuestros
hermanos.
Juntos realizaremos la
gran travesía de nuestras vidas.
En tu nombre, Señor,
también en vacaciones,
quiero estar dispuesto a
remar mar adentro.
Ayúdame. Te necesito,
también en vacaciones.
AMÉN.
A todas las personas que
puedan leer este artículo les deseo unas provechosas y gozosas vacaciones en
Cristo Nuestro Señor.
Eleuterio Fernández
Guzmán. Licenciado en Derecho
Fuente: Análisis Digital
Enlace al artículo original: http://www.analisisdigital.org/2011/06/30/verano-con-dios-que-no-se-va-de-vacaciones/
Para leer el
Evangelio de hoy, comentado, por favor pulse aquí
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