Las prácticas religiosas son necesarias, pero si no surgen del corazón,
pueden estar al servicio de nuestro egoísmo.
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Todo hombre, aunque
sea muy religioso, siente que su actuar y su vida no siempre están en paz y
reconciliación con Dios; se da cuenta de que a veces no está religado a Dios,
sino que ha roto su relación con Él. Dejarse reconciliar es volver a aceptar
nuestra condición "religiosa" y establecer con Dios las
relaciones auténticas: no de enemistad o de odio, sino de amor y de amistad;
no de separación o apartamiento, sino de cercanía e intimidad.
Las prácticas religiosas son necesarias, pero si no surgen del corazón, del
recinto interior del hombre, fácilmente son manipulables al servicio de
nuestros objetivos egoístas. Jesucristo quiere ofrecer al hombre un recto uso
de estos actos.
Continuamos con las últimas 8 reflexiones para que hagas de esta Cuaresma, un
momento diferente en tu vida..
1. Siéntete a gusto en tu Iglesia, pide por ella, por el Papa, los
obispos, los sacerdotes. En medio del desierto que estamos viviendo, también
el maligno nos invita a dudar, a abandonar alejándonos de ellos. Ni sus representantes
son tan buenos como quisieran ni, por supuesto, tan mediocres como algunos
nos los pintan.
2. Haz oración, no pienses que es difícil, es cuestión de decidirse.
Si fueras a un médico, te diría que el funcionamiento del corazón es muy
difícil de explicar, pero el paciente, sin saber tanto, siente que en su
interior se mueve con dos movimientos. La oración es el palpitar de Dios con
el hombre y del hombre con Dios.
3. Bríndate generosamente, haz algo, aunque sea pequeño, en favor de
alguna causa; pero sobre todo, cuando lo realices, ofréceselo a Dios; no te
conviertas en un simple miembro de una "ONG". Como cristiano, la
fuente de tú hacer el bien está en Dios y no en el altruismo que no rompe las
barreras horizontales.
4. Busca la paz, trabaja por ella en lugares tan cercanos como el
trabajo, la escuela o la familia. ¿De qué nos sirve añorar la paz en el
mundo, si luego somos incapaces de conseguirla en nuestros pequeños campos de
batalla?
5. Si hace tiempo que no frecuentas el Sacramento de la Confesión, haz
un esfuerzo; nuestra vida necesita un contraste, un consejo, una palabra
oportuna. Alguien que, en nombre de Jesús, vaya al fondo de nosotros, nos
cure y nos perdone. A veces, hasta una copa limpia necesita de una mano que
la deje resplandeciente.
6. Guarda vigilia y ayuna, nunca como hoy están tan de moda diversas
recetas para adelgazar: no comer y hacer mucho ejercicio; pero la Cuaresma
nos dice que para hacer fuerte el espíritu, es necesario -en el nombre de
Jesús- estos signos (guarda, vigila y ayuna) que denotan algo muy importante:
LO HACEMOS PORQUE JESÚS LO VIVIÓ PRIMERO Y FORTALECIÓ PARA TOMAR
DECISIONES TRASCENDENTES. Lo contrario, en el fondo, es debilidad de fe.
7. No te avergüences de ser católico y cristiano. ¿Por qué todo el
mundo dice lo que quiere y nosotros hemos de ser tan prudentemente peligrosos
con nuestro silencio?, ¿por qué tan tolerantes con otras religiones y tan
poco respetuosos con la nuestra?, las raíces de nuestra tierra, recuérdalo,
revívelo y manifiéstalo, son cristianas. ¡De ti depende!
8. Si vives bien y, además, arropado por el dinero, piensa que es una
bendición de Dios. Comparte, algo por lo menos, con los necesitados.
Una organización católica, tu parroquia, etc., serán el mejor cauce y el más
seguro camino, para -no solamente hacer limosna- sino además promover la
justicia y el amor.
Estos días que vivirás de Cuaresma es la invitación a alejarte del ruido de
la vida diaria para sumergirte en la presencia de Dios: Él quiere
transmitirnos, cada día, una palabra que penetra en las profundidades de
nuestro espíritu, donde discierne el bien y el mal. (cf Hb 4, 12) y fortalece
la voluntad de seguir al Señor.
Autor: P. Dennis
Doren LC
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"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)
domingo, 16 de marzo de 2014
Haz la diferencia en esta Cuaresma
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