"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

sábado, 26 de septiembre de 2020

EXPRESANDO EL AMOR


¿No es verdad que a veces somos tímidos para expresar el amor que sentimos?
¿Puede ser que por no "avergonzar" a la otra persona o por no avergonzarnos a nosotros mismos dudamos en decir : "TE QUIERO".
Y tratamos de decirlo con otras frases como: "CUÍDATE"..."NO MANEJES RÁPIDO" "PÓRTATE BIEN"...
Acaso no son diferentes formas de decir "TE QUIERO, eres importante para mí"... o "Me importas, no quiero que estés mal?
A veces, en verdad, somos extraños: la única cosa que queremos decir, es la única cosa que no decimos. Y, muchas veces no lo comunicamos del todo y la otra persona se siente ignorada y no querida.
Por esto, debemos ESCUCHAR AL AMOR en las palabras que las otras personas nos dicen. Las palabras explícitas son necesarias, pero con frecuencia, la manera de decir las cosas es aún más importante.
Un apodo dicho cariñosamente porta mayor afecto y amor que los sentimientos que son expresados de manera poco sincera.
Un abrazo o un beso impulsivos dicen: "TE AMO", aún cuando las palabras digan algo diferente.
Cualquier expresión de preocupación de una persona por otra dice: "TE QUIERO".
El problema de escuchar al amor es que no siempre entendemos el lenguaje de amor que la otra persona está usando.
Lo cierto es que rara vez escuchamos; oímos las palabras, pero no escuchamos las acciones que acompañan esas palabras o en las expresiones del rostro.
Normalmente solo escuchamos el rechazo o el malentendido. No vemos el amor que está allí, debajo de la superficie aún cuando las palabras sean amargas.
"Si escuchamos atentamente, nos daremos cuenta que somos más amados de lo que pensamos"

 


 

 

viernes, 25 de septiembre de 2020

NO RENUNCIES


No renuncies...cuando el camino que llevas te parezca cuesta arriba.

Cuando quieras sonreír y sólo suspiras, cuando el tiempo te presiona, descansa si es posible, pero no renuncies.

La vida es clara en sus virajes que muchos soportan y otros esquivan.

Muchas veces la meta está más cerca de lo que parece...

Muchas veces el luchador se da por vencido, cuando está a punto de alcanzar la victoria y aprende, ya tarde que estaba a punto de lograrlo.

Por lo tanto, no abandones la lucha aunque te golpee fuerte.

Cuando las cosas parecen peor, es precisamente cuando no se

debe renunciar.

 


 

 

jueves, 24 de septiembre de 2020

LA PAUSA

 


En una pausa no hay música, pero la música se produce con ella.
En la melodía de toda nuestra vida, la música se interrumpe aquí y allá por las pausas y pensamos tontamente que hemos llegado al fin de la melodía.
¿Cómo lee el músico la pausa?
Mírale mover el compás con un cálculo invariable y pasar a la nota próxima con tal precisión y firmeza como si no hubiese habido interrupción alguna.
Es nuestro deber aprender la melodía y no desmayar en las pausas. Ellas no tienen que ser pasadas ligeramente por alto, ni ser omitidas, ni para destruir la melodía ni cambiar la nota tónica.
Si nos decimos con tristeza: No hay música en una pausa, no olvidemos que con ella se produce.
El hacer música es un proceso lento y penoso en esta vida.
Adaptación de un texto del libro "Manantiales en el Desierto"
Enfermedades, proyectos que se paralizan, interrupciones en nuestras tareas que nos hacen dudar si podremos continuar, ausencias que nos congelan, seres queridos que desean partir y que nos hacen sentir que la vida se quebró...
Pausas... Muchas pausas y luego la melodía sigue. A veces no tan afinada, otras llena de fuerzas...
Una canción que por momentos tiene estrofas del Himno a la Alegría y en otros de la Canción del Adiós...
De pausa en pausa la música sigue y con el tiempo llega a convertirse en la mejor sinfonía.
Notas que van y vienen y a veces salpican...
Y en éso nuevamente una pausa interrumpe nuestra obra...
Podemos decidir dejar de componer esta canción de la vida o podemos en esas pausas buscar los acordes mejores para seguir cantando, fuertes, sin que nos tiemble la voz, con ansias, aún cuando por momentos nuestra melodía pueda parecerse a un grito...
Quizás algunas personas puedan componer su obra sin reparar demasiado en ella en cambio el mejor músico es el que logra encontrar en cada pausa la esencia que le permite componer un himno a la vida.

 


 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

EL SACO DE PLUMAS


Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.

Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:

"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?",

a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".

El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.

Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado",

a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil.

Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste.

Sal a la calle y búscalas".

El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.

Al volver, el hombre sabio le dijo:

"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".

"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón".



 

 

martes, 22 de septiembre de 2020

CON ALAS DE LIBERTAD, REALIDAD Y SUEÑO

 


Cuando cierro los ojos comienzo a ver, como si recorriera una distancia infinita a una velocidad inimaginable, como si la realidad me permitiera abstraerme mas allá, en un viaje remontado por mis alas, para poder comprenderla en profundidad.

Sumergida en realidades y pensamientos, nadando para no ahogarme en ellos, pierde impulso mi esencia y mojo las alas de mi vuelo.

De repente, surge entre las aguas una oportunidad que no percibí antes, la cual, como un tronco en medio del océano, me permite salir del agua por un momento, para descubrir el paisaje, mirar hacia el cielo, respirar, secar mi alas...

En ese instante, impulsada por cierta magia inexplicable, remonto vuelo y diviso el todo de mi reciente experiencia, de mi nado sin rumbo.

Entonces veo el camino desde lo alto, con claridad, y descubro lo maravilloso que fue sentir el agua fresca en mi corazón ardiente, ávido de emociones, y que en el vuelo, aunque el viento me refresque, me acerco al sol, que quema mi alma cuando se pierde del recipiente al cual pertenece, el que permite sentir tantos sentires.

En ese momento decido regresar a mi camino, ya no para nadar sin rumbo sino para fusionar mi alma al cuerpo que me tocó ocupar y nadar volando entre el agua y el cielo, ahora sin sumergirme, sino divisando el horizonte.

Quizás el día en que descubrí mis alas, remonté un vuelo tan elevado que, el camino de mi vida, se tornó tan pequeño que parecía insignificante.

Sin embargo el caminar ocultando mis alas provocaba que viera tan lejano el cielo, que mi vida parecía a medias.

Y así sucedía, desde tan alto o sumergida.

En lo alto mis ojos no veían, solo soñaban; en lo profundo mis alas no volaban, se mojaban.

Creo que es tiempo de volar sobre el horizonte agitando las alas para divisar el paisaje y nadar sobre la superficie.

Cuando abro los ojos comienzo a ver, recorriendo una distancia infinita a una velocidad imaginable, como si los sueños me permitieran abstraerme más aquí, en una vida con alas que me permiten caminar para vivirla con profundidad y disfrutar la magia en momentos que, explicarlos sería perder la razón y vivirlos, encontrar libertad.