"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

sábado, 20 de febrero de 2021

DEL EVANGELIO. -

Autor: José María Murillo Garcia 


Jesús curó al leproso, así, en un abrir y cerrar de ojos, lo curó, le dio la mano y lo dejó feliz y contento y dando gracias por su sanación.

Jesús, era Dios, y podía hacerlo, nosotros también podemos y debemos, tender la mano, aunque con guantes y mascarilla, pero con la mano tendida no sólo a los necesitados, la mano tendida a todos, son nuestros hermanos, los más desfavorecidos en su mayoría, para ellos la solución es económica, falta de trabajo, falta de vivienda, y los problemas derivados de esta situaciones, es triste que esto suceda, pero con una aportación de capital no muy desorbitado se soluciona, pero también hay otros hermanos, que con trabajo y vivienda, se encuentran mal, y más en estos momentos de pandemia que forzosamente nos obliga a estar aislados.

La situación de los aislados es verdaderamente difícil, en los momentos que el hombre se aísla y pierde el contacto con amigos y familiares, se individualiza, cuando falta cercanía, nos atrofiamos, creamos nuestra pequeña parcela y por miedo a perder lo que aún nos queda, llegamos a ser agresivos con los que no se relaciona con nosotros, o piensan de distinta manera.

La gran ayuda hoy, creo que sería el acercamiento, el que todos sientan que la sociedad está con ellos, que la sociedad no solo los quiere, sino que los quiere ver disfrutar, estar contentos. En una palabra ayudarle a pasar estos malos ratos, que hoy por la pandemia y ayer por el tipo de sociedad, están haciendo vulnerables a cientos de personas.

Todos podemos y debemos, aportar algo que de alegría y ganas de vivir con esperanzas a tantas personas que lucharon y trabajaron para dejar una comunidad más próspera, más unida, más real, en una palabra, más feliz.


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