Ninguna relación puede funcionar si no aceptamos a las personas como realmente
son en su vida pública. Como seres humanos tendemos a querer cambiar a los
demás y hacerlos a la manera que a nosotros nos parecen que deben ser.
Es cierto que debemos ser una influencia positiva para los demás; no hay nada
malo que imitemos lo bueno de ellos y que ellos, a su vez, imiten lo bueno de
nosotros, pero los cambios que se realizan en una persona deben hacerse porque
ella así lo desea y no por nuestro afán de cambiarla.
Hay seres humanos que no tienen amigos, porque quieren que las personas con
quienes se relacionan sean perfectas, pero, hasta donde se sabe, aún no nació
la persona perfecta, solamente el ente perfecto es Dios.
Todos tenemos defectos. Muchos de nuestros defectos son productos de la
herencia de nuestros padres y abuelos, la educación, el medio. Cuando una
persona confía en nosotros y nos demuestra su afecto, debemos ver lo positivo
que hay en ella y la oportunidad de enriquecernos aprendiendo de sus virtudes y
aceptándola con sus defectos, que son muchos.
Muchas de las grandes amistades que han existido se han formado entre personas
totalmente diferentes tanto en carácter como en pensamiento, y muy diferentes
entre sí. El cine y la televisión, a través de su historia, han creado a los
personajes de muchas de sus series basados en este simple principio.
Es importante entender que todos somos diferentes y que la verdadera amistad
consiste en armonizar nuestras diferencia y apreciar más a fondo lo mejor de
nuestros amigos, aceptando aquello que no es placentero, pero que forma parte
de su carácter y personalidad.
La lealtad es quizás la característica, por excelencia, de una buena amistad.
Algunas veces, por trabajo, estudios u otras preocupaciones, no es posible
muchas veces ver a los amigos con la frecuencia que quisiéramos. Llamar a
nuestros amigos por lo menos para saludarlos ó escribirles, y saber cómo están
tanto de salud como por su familia, es una forma de lealtad; obviamente
olvidarnos de ellos es una deslealtad de nuestra parte.
Quizás la forma clásica de demostrar lealtad hacia nuestros amigos, es impedir
a toda costa que otras personas hablen mal de nuestros amigos, cuando no están
presentes y no se pueden defender de ese ataque. Esto no es fácil. Es necesario
armarse de valor para decirle a quien habla mal, que se detenga en ese momento,
y que si tiene que decir algo de nuestro amigo ó amiga, que lo diga de frente a
las personas que insultó.
También se demuestra la lealtad estando con nuestros amigos ó amigas en las
buenas ó en las malas. Especialmente si están enfermas. Es más, la verdadera
amistad se demuestra en los momentos de prueba, en los momentos más difíciles.
Es muy común que cuando una persona vive en la prosperidad le sobren amigos.
Esto es fácilmente observable entre los artistas de cine, los deportistas
famosos, y otras personas que hacen vida pública y ganan por supuesto mucho
dinero. Pero, ¿qué sucede cuando se acaba el dinero? La gran mayoría de los
pseudo amigos desaparecen de la faz de la tierra. En una verdadera amistad no
hay interés material, el único interés que prevalece es el que se tiene por la
persona misma. Interés por disfrutar juntos lo positivo de la vida; interés por
crecer juntos; interés por aprender juntos; interés por disfrutar de la
compañía de los amigos sin importar si son ricos ó pobres, si te pueden dar
algo ó no.
Muchas personas tienen amigos sólo para su beneficio propio. El interés genuino
se manifiesta en las personas, no en las cosas materiales.
Como amigos podemos sentir empatía y solidarizarnos especialmente con el
sufrimiento de quienes queremos de verdad. Los verdaderos y auténticos amigos
tienen la capacidad de entender y compartir los problemas, los sentimientos,
las alegrías, en fin, las emociones en sí mismas, pero sin hacer juicios.
Cualquier alegría es mucho más grande, cuando se comparte con alguien;
cualquier tristeza es más llevadera cuando se puede descargar en un amigo ó una
amiga.
El término “amigo” falsamente e inadecuadamente empleado en las Redes Sociales,
done la palabra correcta seria “Contacto” ¿O acaso todo los que hoy, por
ejemplo en Facebook, figuran como Amigos, podemos considerarlos como tales? Si
solo lo hemos conocido telemáticamente y los introducimos en esa lista mal
llamada amigos, sin conocer en profundidad nada de ellos. Así vienen luego los
fracasos, bloqueos y ese sin fin de cosas negativas que todos hemos sufrido en
una Red Social. Valoremos más la palabra Amigo y asignémosla a quien de verdad
lo merece. Reitero en las Redes Cambiemos la palabra amigos por contactos y de
entre esos contactos tendremos tal vez, un pequeño ramillete de verdaderos
Amigos.
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