"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

martes, 11 de julio de 2017

Como pareja y como padres



Con padres generosos, los hijos serán generosos
Una verdadera familia es el lugar de formación donde se aprende a vivir las grandes virtudes

Es importante y necesario, por el bienestar de la pareja y el ejemplo como formación de cada uno de los hijos, como seres humanos practicar, ambos, y como medio de vida: el agradecimiento (gratitud), respeto mutuo entre pareja y de los hijos hacia los padres y entre los mismos hermanos.

La solidaridad, el estimulo, el reconocimiento de los errores, siempre será parte de la formación familiar.

Una persona agradecida, bondadosa, alegre, respetuosa, positiva…siempre será agradable. Una persona violenta, resentida, frustradas, orgullosa, que piensa que todo lo merece y por eso no agradece, es soberbia y egoísta es una persona poco agradable.
 
Es importante reflexionar:

Una casa donde nadie se preocupa por la formación y superación personal (en los aspectos: espiritual, moral e intelectual) y familiar. Una casa donde nadie sabe agradecer, donde no se conoce el respeto, no existe la solidaridad, el estimulo y el reconocimiento; donde no existe la armonía de dos seres diferentes pero necesarios y complementarios.
Donde se intenta substituir a la madre o al padre, por dos mamás o dos papás, eso será una casa, pero jamás será un hogar. Porque un hogar lo construyen unidos (no solo juntos) una mujer como esposa, compañera, amiga, hermana y un hombre como esposo, compañero, amigo y hermano.

Evitemos el exterminio por la modernidad contra natura. Sin la relación afectiva entre un hombre y una mujer, y la unión de voluntades, en legítimo matrimonio, no habrá procreación que es uno de los objetivos de la unión sacramental. Todos somos fruto  de una relación de un hombre y una mujer.

La existencia y la presencia de dos seres complementarios y necesarios en todos los aspectos, jamás podrán ser substituidos.

Podrá haber una casa. Una “familia”… pero no un HOGAR
Una verdadera  familia es el lugar de formación donde se aprende a vivir las grandes virtudes; el lugar querido por Dios para formar al ser humano; el lugar donde nos instruimos para ser personas; el lugar donde aprendemos a amar y a ser amados, a ser generosos, fieles, honestos y responsables. (P. Sergio G. Román | Fuente: Desde la fe)
 
La familia, es una comunidad de fe, esperanza y caridad. Por eso le podemos llamar Iglesia doméstica. (El Pontificio Consejo para la Familia)


La persona necesita vivir en familia, tener un hogar, un nido al que volver cuando sale a la calle, donde haya calor y protección (Llucià Pou Sabaté | Fuente: Catholic.net)

Calor de hogar, que hay que mantener con arte, para estar “a gusto”. Con todas las letras. “A gusto” se escribe con la A de alegría, G de generosidad, U de utilidad, S de satisfacción, T de tolerancia y O de orden. Así se mide la “temperatura” y el calor no se nos escapa por las rendijas de gritos y discusiones. En primer lugar, de este clima de entrega a los demás, surge el gozo, la alegría que salpica a los demás, que se expresa en la mirada, puerta del mundo interior. Es un jardín donde crece la planta de la generosidad, cuando el marido llega cansado no se refugia en el telediario sino que va a recibir las novedades de la mujer y cada uno de los hijos. Donde todos colaboran y se sienten útiles, y por esto satisfechos. Y hay tolerancia, porque se sabe que hay cosas importantes y otras que no lo son, y se saben distinguir unas de otras, y ceder en aquello que es opinable e intrascendente y allí nadie pretende tener siempre la última palabra en cualquier asunto. Y orden, también material aunque sin que sea una manía para ocultar el desorden interior.

Esta es la vocación de nido, que no es hotel donde descansar, pero tampoco cárcel donde desarrollar un sentimiento posesivo y chantajes emotivos: es el lugar donde se está lo justo para nacer, para crecer, y para aprender a volar: para perderle miedo a la altura, y lanzarse finalmente al cielo. (Llucià Pou Sabaté | Fuente: Catholic.net)

En el hogar se aprende
La generosidad se enseña con el ejemplo, la constancia, el esfuerzo, con delicadeza y amor, y sobre todo, todo hecho con naturalidad y alegría. (Salvador Casadevall | Fuente: Catholic.net)

Es frecuente escuchar que los hijos aprenden de sus padres y padres que aprenden de sus hijos. Existe un lenguaje no verbal, que sustituye o acompaña nuestras palabras. Es el clima que creamos a nuestro alrededor, ordinariamente a través de cosas muy pequeñas como, por ejemplo, una sonrisa cordial o una mirada de aprecio. (Julia Burggraf)

Con padres generosos, los hijos serán generosos. (Salvador Casadevall | Fuente: Catholic.net)

En la familia es el mejor  ámbito para ser concebido, para nacer, para crecer, para envejecer y para morir con la dignidad propia de la persona humana. (Salvador Casadevall | Fuente: Catholic.net)

La base de la familia y de toda sociedad es el amor, entrega, alianza y consagración en  matrimonio de un hombre y una mujer en libre y absoluto consentimiento.
Por: Francisco Mario Morales




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