"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

sábado, 2 de enero de 2016

En la familia unida los hijos alcanzan la madurez de su existencia

Angelus del Papa en la solemnidad de la Sagrada Familia: las familias, una auténtica escuela del Evangelio. 27 de diciembre de 2015

Por: Papa Francisco 


«En el clima de alegría, que es propio de la Navidad, celebramos en este domingo la fiesta de la Sagrada Familia. Recuerdo el gran encuentro de Filadelfia, en septiembre pasado; las tantas familias que he encontrado en los viajes apostólicos, y las de todo el mundo. Quisiera saludarlas a todas con afecto y reconocimiento, en especial en este tiempo nuestro, en el que la familia está sometida a incomprensiones y dificultades de diversos tipos que la debilitan.
El Evangelio de hoy invita a las familias a percibir la luz de esperanza que mana de la casa de Nazaret, en la cual se ha desarrollado en la alegría la infancia de Jesús, el cual – dice San Lucas -  «iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y de los hombres» (2,52). El núcleo familiar de Jesús, María y José es para todo creyente, y en especial para las familias, una auténtica escuela del Evangelio. Aquí admiramos el cumplimiento del plan divino de hacer de la familia una especial comunidad de vida y de amor. Aquí aprendemos que todo núcleo familiar cristiano está llamado a ser 'Iglesia doméstica’, para hacer resplandecer las virtudes evangélicas y volverse fermento de bien en la sociedad. Los rasgos típicos de la Sagrada Familia son: recogimiento y oración, mutua comprensión y respeto, espíritu de sacrificio, trabajo y solidaridad.
Del ejemplo y del testimonio de la Sagrada Familia, cada familia puede aprender indicaciones preciosas para el estilo y las opciones de vida, y puede tomar fortaleza y sabiduría para el camino de cada día. La Virgen y San José enseñan a acoger a los hijos como don de Dios, a generarlos y educarlos cooperando de forma maravillosa con la obra del Creador y donando al mundo, en cada niño, una sonrisa nueva. Es en la familia unida que los hijos alcanzan la madurez de su existencia, viviendo la experiencia significativa y eficaz del amor gratuito, de la ternura, del respeto recíproco, de la comprensión mutua, del perdón y de la alegría.
Quisiera detenerme sobre todo en la alegría. La verdadera alegría que se experimenta en la familia no es algo casual y fortuito. Es una alegría que es fruto de la armonía profunda entre las personas, que hace saborear la belleza de estar juntos, de sostenernos mutuamente en el camino de la vida. Pero como cimiento de todo está la presencia de Dios, su amor acogedor, misericordioso y paciente hacia todos. Si no se abre la puerta de la familia a la presencia de Dios y a su amor, la familia pierde la armonía, prevalecen los individualismos y se apaga la alegría. Sin embargo, la familia que vive la alegría de la fe, la comunica espontáneamente, es sal de la tierra y luz del mundo, es levadura para toda la sociedad.
Que Jesús, María y José bendigan y protejan a todas las familias del mundo, para que en ellas reinen la serenidad y la alegría, la justicia y la paz, que Cristo naciendo ha traído como don para la humanidad».

 Fuente: es.radiovaticana.va 

viernes, 1 de enero de 2016

El primer día del año...para María, Madre de Dios

Pongamos hoy nuestra vida en manos de María Santísima. Ella pondrá el año que termina en manos del Padre Misericordioso, y el que comienza en manos del Hijo Providente. 

Hoy celebramos una fiesta que hace referencia al título más sorprendente que puede tener una criatura humana: Madre Dios... Lo cual significa que el Salvador del mundo no sólo nació "en" ella, sino "de" ella. El Hijo formado de sus entrañas es el mismísimo Hijo Dios, nacido en la carne.

El Evangelio nos narra los acontecimientos de la Navidad, remarcando la imposición del nombre, dado por el ángel antes de la Concepción: JESÚS (que significa YHWH [nombre sagrado e inefable de Dios en el A.T.] salva); nombre puesto por orden divina... misterioso, cargado de significado salvífico [con todo y por todo lo que significa el "nombre" para los semitas] (ver a este respecto lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica al explicar el II mandamiento...).

La invocación de ese nombre trae la salvación. Nosotros tenemos el nombre del Señor sobre nosotros: somos cristianos... ¡No lo digamos con tanta ligereza!

Así, se abre el año con esa fórmula que pide la bendición y el favor de Dios. Él nunca se la ha negado la humanidad; pero con Cristo esta Bendición es irrevocable.

Comienza el año civil; y se lo celebra de diversos modos:

1. En estas fiestas, se suele hacer mucho ruido (bailes, fuegos artificiales, pirotecnia,...) mucho ruido ¿Y "pocas nueces"...?
2. Para muchos, las fiestas están cargadas de melancolía (paso de los años; "los que ya se han ido"; nostalgias; recuerdos...). Muchos desean "que las fiestas pasen pronto"...
3. Para los pobres (que no son pocos), el dolor de no poder participar de las alegrías festivas... o de hacerlo con muchas limitaciones.

Pensemos cómo vivimos interiormente las fiestas. Sin interioridad, todo lo otro es vacío, pura exterioridad e hipocresía: festejamos... nada.
¿Cuál es el motivo para alegramos por las fiestas? El Amor de Dios, experimentado en estos días como una fuerza que quiere renovarnos incesantemente. Navidad es el comienzo de una nueva creación (Dios a hecho con el hombre una Alianza Eterna: Cristo).

Todo comienzo de algo (también el del año civil) debe remitirnos a este comienzo: al de la Alianza Nueva y Eterna... (la que no pasará jamás, y por ende radicalmente diversa de lo que no permanece, lo que es pasajero, transitorio (tiempo; apariencias; exterioridades)... Éste es el fundamento de nuestra Paz, cuya Jornada mundial cada año celebramos precisamente hoy.

Volvamos a mirar las cosas que nos rodean, pero con esta perspectiva: pensemos en las cosas que se fueron con el año y los años que pasaron... y pongámoslas en manos Dios. Pero sepamos que todo lo que hayamos hecho con amor, y por amor tiene un valor que permanece, y está "eternizado" en la presencia del Señor.

Todo lo hecho por amor, aunque pequeño, aunque los demás no lo noten, ha sido tomado en cuenta por Dios, y lo encontraremos renovado en Él.
También las personas que se han ido... Y así, nuestros lazos de amor, lejos de perderse, serán renovados y glorificados en la Resurrección.

"Nada se pierde, todo se transforma..." también en el orden espiritual.

Frente al año viejo, y al nuevo, tengamos una mirada de Fe: evaluemos desde el amor que hemos puesto y hemos de poner para hacer las cosas.
El tiempo pasa, pero el amor permanece; y allí debemos encontrar el motivo de nuestra alegría: en el amor vivido y en el "por vivir".

"En el atardecer de la vida e juzgará el Amor”, nos recuerda San Juan de la Cruz.

Un nuevo año ha "atardecido"...
Un año más de vida... y un año menos para llegar al cielo.
Un año con sus alegrías... y sus amarguras.
En vista a los acontecimientos de la vida de cada uno de ustedes, quiero hoy recordarles nuevamente que con todos sus engaños, trampas y sueños rotos, éste sigue siendo mundo hermoso, que vale la pena vivir como camino al cielo.

En este valle de lágrimas, la alegría que da el Espíritu Santo es más fuerte que cualquier pena... Esa alegría profunda, serena, misteriosa, radiante... (quien la conoce, entiende lo que estoy diciendo... y a quien no la conoce, le repito con el salmo 33: "prueben y vean qué bueno es el Señor...").

Pongamos hoy nuevamente nuestra vida en manos de María Santísima. Ella pondrá el año que termina en manos del Padre Misericordioso, y la en el que comienza en manos del Hijo Providente... ella que es Soberana de los Ángeles, pero mucho más aún es nuestra: sangre y dolor de nuestra raza humana.
Amén.


Por: P Juan Pablo Esquivel

jueves, 31 de diciembre de 2015

Deseo dormir en paz la última noche del año

Quiero asomarme a la ventana de mi casa y mirar hacia atrás, hacia ese camino que he recorrido durante todo el año.

Se fue un año más.

Al final del año es conveniente hacer un balance de los 365 días, para ver qué se hizo con ese año de vida. Conviene también saldar todas las deudas que se tienen con Dios y con los demás.

Quiero asomarme a la ventana de mi casa y mirar hacia atrás, hacia ese largo camino que he recorrido durante todo el año.

Si algo puedo ver, es que cada día de ese año transcurrido estuvo lleno del amor de Dios. Estoy en deuda con Él; por eso mi primera palabra al final del año es: ¡Gracias!.

Pero, al lado de tantas bondades de ese Dios, está la triste historia de la ingratitud y la mediocridad para con ese gran amigo. Por eso la segunda palabra tiene que ser: "¡Perdóname todos los errores, todas las mediocridades!. ¡Yo sé que me perdonas!"

Pero hay una tercera palabra que quiero decir: "Te pido un gran año para hacer con el una gran tarea, ayúdame a que este año que empieza sea mejor, que valga la pena vivir. Conviértelo en un gran año. Que aquello de "próspero año nuevo" no se quede en una ironía, sino en una verdad.

También quiero, al final del año, saldar cuentas con mi prójimo, quiero sacar de mi espíritu, arrancar, tirar todos los rencores, odios, resentimientos hacia mis hermanos. Quiero terminar el año bien con todos. Quiero poder decir que no tengo malos sentimientos hacia ningún ser humano.

Es hora de pedir perdón a todos los que en el camino he herido, molestado, desairado. A los que tenían derecho a esperar una respuesta y no se la di, a los que necesitaban una palabra de aliento y me quedé con ella. A los que encontré tirados en el camino de la vida, desesperados, tristes, vacíos de Dios y de ilusión, y pasé de largo porque tenía mucha prisa. Quiero pedirles perdón.

Deseo dormir en paz la última noche del año y despertar con el alma renovada para emprender la nueva jornada de este año que comienza.

Es importante recordar que este año será lo que cada uno haga con él. ¿Será el mejor o será el peor? ¿Será uno de tantos, ni bueno ni malo, sino todo lo contrario? De cada uno de nosotros depende.

Dios que te da ese año nuevo es el que más ardientemente te dice: ¡FELIZ AÑO 2016!

Al Dios que me dio la vida, ¡gracias!.
Al Dios de mis días felices, ¡gracias!.
Al Amor de mis amores, ¡gracias!.
Puesto que al final de la vida me examinarán del amor, perdóname por no haber amado lo suficiente, y concédeme morir de amor.


Por: P Mariano de Blas

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Momentos para recordar del año 2015

Un año que termina lleno de actividades y noticias de la Iglesia que se han nacido de las enseñanzas del Santo Padre

El año 2015 ha estado lleno de actividades y noticias de la Iglesia, la mayoría de las cuales han nacido y se han visto reflejadas en las enseñanzas del Santo Padre. Recordemos algunos de estos eventos, documentos y viajes de Papa Francisco y nos sirva para volver, en 2016, sobre los hechos más relevantes del año que termina.

Enero

Homilía del Papa en la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios. 1 enero 2015










Homilía del Papa Francisco en la Santa Misa del día de la Epifanía del Señor. 6 enero 2015





Papa Francisco en su homilía en la solemnidad del Bautismo de Jesús. 1 enero 2015





Catequesis del Papa sobre su viaje a Asia y textos de todas las homilías y discursos. 21 enero 2015




Febrero

Consistorio público ordinario del 14 de febrero de 2015 con detalles de todos los cardenales




Homilía del Papa en la XIX Jornada de la Vida Consagrada, en la Fiesta de la Presentación del Señor. 2-2-2015




Mensaje del Papa para la Cuaresma 2015. Pidamos a Cristo un corazón misericordioso como el suyo




Marzo

Papa Francisco anunció un Jubileo extraordinario que tendrá en el centro la misericordia de Dios. 13 marzo 2015




Catequesis del Papa Francisco: Oración por el Sínodo de la familia. 25 de marzo de 2015




Abril

Mensaje pascual y bendición del Papa al mundo entero. Domingo de Resurrección, 5 abril 2015




Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia




Mayo

Homilía del Papa Francisco en la Santa Misa de Pentecostés. 24 mayo 2015





Angelus del Papa en el domingo de la Santísima Trinidad: El misterio de amor del Dios Vivo. 31 de mayo de 2015




Junio

Homilía del Papa en la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo. 4 de junio de 2015





El P. Lombardi resalta el significado del viaje a Sarajevo: Paz, diálogo y esperanza, las claves de la Visita del Papa




Cultivar y custodiar con responsabilidad la creación, con especial atención a los más pobres, que son los que más sufren las consecuencias de los daños ambientales




Homilía del Santo Padre Francisco en la misa multitudinaria en Turín. 21 junio 2015




Julio

El corazón del testimonio y del mensaje del Papa en América: fe versus ideología (mirada a posteriori)




Agosto

Angelus del Papa en solemnidad de la Asunción de María: El que cree, tiene Vida eterna. 15 de agosto de 2015




Septiembre

Un balance del viaje papal: Siembra de gracia y de savia, vitalidad evangelizadora y sacudida misionera y de misericordia




Despedida del Papa Francisco y todos los discursos y homilías de su visita a los Estados Unidos. 27 septiembre 2015




Octubre

Toda la información acerca del Sínodo de obispos sobre la familia




Noviembre

Angelus del Papa en la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo: el fracaso del pecado. 22 de noviembre de 2015





Especial: un balance de la visita papal a Kenia, Uganda y República Centroafricana con todos los discursos y homilías. 30 noviembre 2015



Diciembre

En el solemne rito de apertura estaba presente el Papa emérito Benedicto XVI y fue el primero en entrar por la Puerta Santa después del Papa




Homilía del Papa Francisco en la Santa Misa en la Fiesta de la Virgen de Guadalupe. 12 de diciembre de 2015




Es la Navidad del Año Santo de la Misericordia, por eso deseo a todos que puedan acoger en su propia vida la misericordia de Dios. ¡Así haremos crecer la paz!



martes, 29 de diciembre de 2015

Se termina el año...

Han pasado ya las penas y las alegrías. De ellas sólo quedan el mérito de haber sufrido con espíritu sobrenatural, y de haber agradecido a Dios. 

El tiempo pasa volando. Han pasado ya las penas y las alegrías. De ellas sólo quedan el mérito de haber sufrido con espíritu sobrenatural, y de haber agradecido a Dios las satisfacciones. El pasado deja huella en la biografía que Dios tiene de mí.

El día de hoy podríamos considerar tres cosas:
a) El tiempo pasa.
b) La muerte se acerca.
c) La eternidad nos espera.

La muerte se acerca. Cada día que pasa estoy más cerca de ella. Es necio no querer pensar esto. Muchos de los que murieron el año pasado se creían que iban a seguir vivos en éste, pero se equivocaron. Puede que este año sea el último de nuestra vida. No es probable, pero sí posible. Debo tenerlo en cuenta. En ese momento trascendental, ¿qué querré haber hecho? ¿Qué NO querré haber hecho? Conviene hacer ahora lo que entonces me alegraré de haber hecho, y no lo que me pesará haber hecho.

La eternidad nos espera. Nos preocupamos mucho de lo terrenal que va durar muy poco. Nos preocupamos de la salud, del dinero, del éxito, de nuestra imagen, etc. Todo esto es transitorio. Lo único que va a perdurar es lo espiritual. El cuerpo se lo van a comer los gusanos. Lo único que va a quedar de nosotros es el alma espiritual e inmortal.

Con la muerte no termina la vida del hombre: se transforma, como dice el Prefacio de Difuntos. Palabras de Santo Tomás Moro sobre la morada en el cambio de destino.

Los que niegan la vida eterna es porque no les conviene. Pero negarla no es destruirla. La verdad es lo que Dios nos ha revelado.

Hoy es el momento de hacer balance. No sólo económico, sino también espiritual y moral.

Hagamos examen del año que termina.

Sin duda que habrá páginas maravillosas, que besaremos con alegría.

Pero también puede haber páginas negras que desearíamos arrancar. Pero eso ya no es posible. Lo escrito, escrito está.

Hoy abrimos un libro nuevo que tiene todas las páginas en blanco. ¿Qué vamos a escribir en él?

Que al finalizar el año 2016, podamos besar con alegría cada una de sus páginas.

Que no haya páginas negras que deseemos arrancar.

Puede que en ese libro haya cosas desagradables que no dependen de nosotros.

Lo importante es que todo lo que dependa de nosotros sea bueno.

Pidamos a Dios que dirija nuestra mano para que a fin de año podamos besar con alegría todo lo que hemos escrito.

También es el momento de examinar todas las ocasiones perdidas de hacer el bien.

Ocasiones irrecuperables. Pueden venir otras; pero las perdidas, no se recuperarán.

Finalmente, demos gracias a Dios de todo lo bueno recibido en el año que termina.

De la paciencia que Dios a tenido con nosotros.

Y de su gran misericordia.


Por: P. Jorge Loring SJ

lunes, 28 de diciembre de 2015

LA ESCALERA DE LA VIDA

Sube los escalones de tu existencia. Despacio, cauteloso, con mucha calma, inteligencia y  buena voluntad, sube los escalones.

Pensando siempre en la gloria que se encuentra en lo más alto de la escalera que estás subiendo.
No cedas ni un segundo al desánimo; no permitas que la indecisión te domine.

Aprende a superarlos. El mundo pertenece a los seres optimistas, positivos y sinceros; nunca será de los cobardes, quejosos, indecisos, mentirosos y deshonestos, estos últimos se quedan en los primeros escalones de la gran escalera.

Prosigue en línea recta, buscando tus sagrados objetivos, en nombre del Creador a quien debemos la vida, hónrala.

Si alguien no te recibe de buena gana, ni acepta tu buena intención, no pierdas el tiempo en comentarios y sentencias acusatorias, pues tal actitud no soluciona el problema.

Y si te caes antes de llegar al escalón al que te propusiste llegar, no te desanimes, porque el caer es una oportunidad para levantarte y reaccionar, continua subiendo nuevamente con más fuerza y altruismo.

Victoria no es nunca haber caído, sino levantarse de la caída y seguir alegremente, prometiéndote a ti mismo, mirar con orgullo los demás escalones que se encuentran adelante y altivamente seguir subiendo.

Sube, sube siempre con coraje, con firmeza con sabiduría y un fuerte deseo de vencer, imponiéndote el más alto concepto de una vida digna, honrada y bien vivida.

Acuérdate, la victoria es de los que luchan contra las situaciones desfavorables, sin perder el vigor, la fe, y el ideal de la vida.
Si no vences es porque te dejaste contaminar por la ola negra del mal y perdiste el deseo de luchar hasta el final porque, quien lucha, dando el verdadero esplendor a la vida, al bien y persiste sin retroceder... 

¡Vencerá!
TODOS LOS QUE CREEN EN SUS IDEALES Y  SE ESFUERZAN

POR ALCANZARLOS, CON LA AYUDA  DE  DIOS… VENCEN

sábado, 26 de diciembre de 2015

En el clima de la alegría navideña.. ¿el martirio de San Esteban?

En la óptica de la fe, la fiesta de san Esteban está en plena sintonía con el significado profundo de la Navidad.

Por: SS Papa Francisco 



Duante la octava de Navidad, en la alegría de la Navidad se inserta la fiesta de san Esteban, el primer martir de la Iglesia. El libro de los Hechos de los Apóstoles nos lo presenta como "un hombre lleno de fe y de Espíritu Santo", elegido con otros seis para dar servicio a las viudas y a los pobres en la primera comunidad de Jerusalén. Y nos cuenta su martirio, cuando después de un fogoso discurso que suscitó la ira de los miembros del Sanedrín, fue arrastrado afuera de las murallas de la ciudad y lapidado.

Esteban murió como Jesús, pidiendo perdón por sus asesinos. En el clima de la alegría navideña, esta conmemoración podría parecer fuera de contexto. De hecho la Navidad es la fiesta de la vida y nos infunde sentimientos de serenidad y de paz. ¿Por qué entonces turbar su encanto con el recuerdo de una violencia tan atroz? En realidad en la óptica de la fe, la fiesta de san Esteban está en plena sintonía con el significado profundo de la Navidad.

En el martirio, de hecho, el amor derrota a la violencia, la vida a la muerte. La Iglesia ve en el sacrificio de los martires su "nacimiento al cielo". Celebramos por lo tanto hoy la "navidad" de Esteban, que en profundidad se desprende de la Navidad de Cristo. ¡Jesús transforma la muerte de quienes lo aman en aurora de vida nueva!

En el martirio de Esteban se reproduce la misma lucha entre el bien y el mal, entre el odio y el perdón, entre la mansedumbre y la violencia, que tuvo su culminación en la cruz de Cristo. La memoria del primer mártir acaba así con una falsa imagen de la Navidad: ¡una imagen de fábula y duzurosa, que en el evangelio no existe!

La liturgia nos trae el sentido auténtico de la Encarnación, relacionando Belén al Calvario y recordándonos que la salvación divina implica que la lucha al pecado, pasa por la puerta estrecha de la cruz.

Este es el camino que Jesús ha indicado claramente a sus discípulos: "Serán todos odiados a causa de mi nombre. Pero quién habrá perseverado hasta el final será salvado".

Por eso hoy rezamos de manera particular por los cristianos que sufren discriminación a causa del testimonio que dan de Cristo y del evangelio. Estamos cerca de estos hermanos y hermanas que como san Esteban, son acusados injustamente y objeto de violencias de varios tipos.

Estoy seguro que, lamentablemente, son más numerosos hoy que en los primeros tiempos de la Iglesia y que son tantos. Esto sucede especialmente en los lugares en donde la libertad religiosa no está todavía garantizada o no está plenamente realizada. Sucede también en países y ambientes que en sus papeles tutelan la libertad y los derechos humanos, pero donde de hecho los creyentes, especialmente los cristianos, encuentran limitaciones y discriminaciones.

A un cristiano esto no lo maravilla, porque Jesús lo ha anunciado como ocasión propicia para dar testimonio. Entretanto en el plano civil, la injusticia va denunciada y eliminada. Que María Reina de los Mártires nos ayude a vivir este tiempo de Navidad con aquel ardor de fe y de amor que refulge en san Esteban y en todos los mártires de la Iglesia.