La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni disfrute superficial... sino un Don que pide una respuesta libre.
Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmición de la Fe.
Papa Benedigto XVI.
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