"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

lunes, 28 de octubre de 2013

Aborto y eutanasia

Autor: Carolina Crespo Fernández 
En Bélgica, país en el que ya está en vigor la ley que permite la eutanasia en determinados supuestos desde el año 2002, está a punto de aprobarse la eutanasia infantil –algo similar a lo que sería un aborto post-parto–, como siempre interpelando a la compasión por los más débiles, por los niños, por los enfermos y por los discapacitados. 
Esto no está sucediendo en la Alemania de Hitler, sino en la Europa del siglo XXI. El término "eutanasia", de origen griego, significa "buena muerte"; es decir, "muerte apacible y sin dolor". Esto es algo totalmente distinto a lo que hoy se esconde bajo este concepto: provocar la muerte a enfermos terminales o ancianos para librarles a ellos de sufrimiento y a los demás de una "carga". En definitiva, lo mismo que se hace con los perros.

Hay dos tipos de eutanasia: la "eugénica", que elimina a los deformes, y la "económica", que extermina a los ancianos, inválidos y dementes.
Por supuesto, el deseo de dejar de sufrir es algo muy humano, pero hay que mitigar ese sufrimiento por medios lícitos. La eutanasia se quiere enmascarar con la etiqueta de "muerte digna", lo mismo que el aborto se maquilla con la "interrupción voluntaria del embarazo." Una cosa es la muerte digna y otra bien distinta es la muerte provocada y por lo tanto indigna. Por la misma razón que se puede matar a los niños no deseados, que son considerados como un error o fallo, también se podrá exterminar a seres humanos enfermos o ancianos que estorban. Tanto el aborto como la eutanasia, a la que la progresía consideran un derecho, podría ser el paso previo a una dictadura política en la que se elimine a toda aquella persona que disienta con el poder establecido.
Los que defienden hoy el aborto, el día de mañana serán ellos mismos eliminados por sus hijos –si los han dejado nacer–, que los considerarán una carga inútil ¿Qué diferencia hay entre el aborto y la eutanasia? La edad de la víctima. Las clínicas abortistas, que aceptan dinero manchado de sangre para matar al nasciturus, ampliarán su negocio con una nueva especialidad: acabar con la vida de seres humanos que estorban. Todo será posible y, lo peor de todo, lícito: se podrá matar a las personas ante la necesidad de camas en los hospitales, se podrá acelerar el proceso de una enfermedad irreversible de un familiar para que no tengamos que anular las vacaciones previstas.
Sí a la vida, dejémosles vivir.

ANDRÉS MANJÓN “Padre Manjón” -Fundador de las escuelas del Ave María-

ANDRÉS MANJÓN Y MANJÓN nace en Sargentes de la Lora (Burgos) el 30 de Noviembre de 1846, hijo de Lino Manjón y Manjón y Sebastiana Manjón Puente. Fue el mayor de cinco hermanos : Marta, María , Justa y Julián. Desde los siete a los once años asistió a la escuela de su pueblo, completando estudios en la cercana localidad de Sedano. Una escuela tradicional “ la letra con sangre entra “ donde se cultivaba la memoria mecánica y repetitiva.
Esta experiencia frustrante le marcaría para toda su vida y contra la que reaccionaría al fundar las Escuelas del Ave María. Entre 1861 y 1868 continúa su formación en el Seminario de Burgos , estudiando tres años de Filosofía escolástica y cuatro de Teología. Culmina su preparación en la Universidad de Valladolid, donde simultanea los estudios de Derecho con los inacabados de Teología.
Imparte clases durante un semestre en la Universidad de Valladolid. Otro semestre estará como auxiliar de la Cátedra de Derecho Romano en la Universidad de Salamanca. Reside posteriormente en Madrid, mientras prepara las oposiciones a cátedra universitaria, dando clase en la Academia de San Isidoro , para poder subsistir .
Obtiene la Cátedra de Instituciones eclesiásticas en Santiago de Compostela en 1879, y por concurso de traslado a Granada en 1880.
Después de unos años intensos de duro trabajo para redactar su obra “ Derecho eclesiástico “ y de trabajar apostólicamente en la Juventud Católica granadina , nace en él la vocación al sacerdocio y recibe la ordenación de presbítero, a los cuarenta años de edad, formando parte del Cabildo de Canónigos de la Abadía del Sacro Monte.
 Andrés fue siempre modelo de Catedráticos en todas partes, desempeñando este oficio con el mayor celo y diligencia y con competencia de todos conocida y alabada .  En sus cátedras  fue siempre el apologista de la verdad, y su fe ortodoxa y su pureza de doctrina fueron siempre el distintivo de su Magisterio. 
 En la dirección y educación de sus alumnos se valía de la ironía para corregirles vicios y defectos, y reconociéndolo ellos así , se lo agradecían y pagaban con respeto y admiración hacia Andrés Manjón, a quien tenían por hombre de extraordinarias virtudes.

    Cuando paseaba por las afueras y arrabales de la ciudad, lamentaba el desamparo de tantos niños pobres abandonados, sin escuela ni educación cristina; y este anhelo creció al ser nombrado Canónigo del Sacro-Monte y tener que bajar diariamente a su cátedra de la Universidad.  




Andrés Manjón contaba así como fue el comeinzo de las escuelas que él fundó:

“ El principio de las Escuelas del Ave María fue así : Llevaba en mi mente hacía años la idea de poner Escuelas en el campo, y cuando paseaba por los alrededores de Granada ( que era siempre que podía ), se me recrecían los deseos , y más cuando en 1886 subí de Canónigo al Sacro-Monte y vi despacio aquellos caminos, cármenes y cuevas ….

Más he aquí que un día que bajaba sobre mi burra mansa, para la Universidad ( y montado como siempre en el borriquito de mi fijo pensamiento), oí sorprendido canturrear la Doctrina Cristiana en una cueva que caía sobre el camino, y me dio un salto el corazón.
Descendí de la burra , trepé por las veredas y hallé en una cueva una mujer pequeña y vulgar, rodeada de diez chiquillas, algunas de cuales eran gitanas. Entonces me avergoncé de no haber hecho yo siquiera lo que aquella mujer salida del Hospicio estaba haciendo”
Habiéndose retirado la Maestra,  Andrés , con la lección aprendida, resolvió continuar su obra, diciendo que aquella pobre le había enseñado más que todos los sabios y todos los libros; compró un carmen o huerto, al pié de la casa-cueva, buscó una Maestra con título , y abrió una escuela formal el día 1 de octubre de 1889, inaugurándola solemnemente el día de la Virgen del Pilar. Teniéndose este día como fecha oficial de la Fundación. 
Andrés fue un hombre humilde dedicado a sus niños, tanto en vida como en su muerte recibió extraordinarios honores que el humildemente rechazaba o no le daba importancia. En 1895 fue propuesto para el cargo de Abreviador de la Nunciatura Apostólica : D. Andrés se excusó humildemente de aceptarlo : “ Que otros con mayores merecimientos que los míos ocupen esas vacantes; yo entre mis niños estoy como el pez en el agua; este es el cargo y carga que más me agrada”.
Fue nombrado en 1896 Hijo Adoptivo y en 1900 Hijo Predilecto de Granada, como tributo por la obra redentora que venía haciendo con sus Escuelas en la educación moral y cristiana de los niños pobres de Granada.
En 1896 fue nombrado Caballero de la Orden de Carlos III, y en 1902 Jefe Superior de Administración Civil, no aceptando ninguna de las dos condecoraciones. En 1902 rehusó ser elegido Abad del Sacro-Monte.
En 1903 fue nombrado Caballero de la Orden de Alfonso XII; no habiendo podido pagar los derechos de expedición, los amigos y admiradores reunieron la cantidad, que le entregaron, empleándola él en pan para sus niños; lo cual sabido por el Rey D. Alfonso XIII en su visita a las Escuelas , pagó los gastos y le regaló el Diploma. Meses antes de su muerte , el Ayuntamiento de Granada acuerda levantarle una estatua en Plaza Nueva que el rechaza. Fallece el 10 de Julio de 1923.
El año 1909, estando todavía en vida y pese a la lejanía geográfica, fue nombrado hijo predilecto de Burgos.

NOTA DE ESTE BLOG:

Manuel Murillo Garcia, Administrador y dueño exclusivo de este Blog tiene el gran Honor de ser Hijo de Gonzalo Murillo Garcia, destacado Maestro Nacional, quien fundo las Escuelas del Ave María en Extremadura más concretamente en Fuente de Cantos (Badajoz).
Pueden comprobarlo en el enlace que les adjunto, que solo es una de las entradas de mis Blog, en el rinconcito que tengo dedicados a mis Padres, de los que siempre me he sentido tremendamente orgulloso.

AQUÍ PUEDEN VERLO:

http://murillogarciam.blogspot.com.es/2010/06/los-origenes-de-la-educacion-reglada_19.html

Judas y Simón, hombres que cambiaron sus valores

Hombres que cambiaron sus valores políticos y religiosos por una vida de humildad y perdón, al lado de Cristo. 

Vamos a contemplar en estos dos Apóstoles ese cambio profundo de vida. Son para nosotros los hombres que cambiaron sus valores políticos religiosos por una vida al lado de Cristo basada en la humildad, en la mansedumbre y en el perdón.

Pertenecían según podemos saber al grupo de los celotes, un grupo de judíos convencidos de su fe y de sus tradiciones, pero que combatían al opresor romano y esperaban un Mesías que los liberara de aquella opresión. Cristo les sale al paso, sin importarle su militancia y sus convicciones, y les invita a seguirle. Ello va a suponer un cambio de mentalidad, una conversión interior, un abandono de algo muy metido en sus corazones. Así se convertirán con el tiempo en hombres que lucharán por liberar al hombre de otras esclavitudes distintas a las políticas: la esclavitud del pecado, la esclavitud de las pasiones, la esclavitud, sobre todo, del propio yo. En este contexto vamos a contemplar el cambio que lógicamente se tuvo que realizar en ellos.


Del odio al amor.

Sabemos que todo judío odiaba a los romanos. Aquello sólo era símbolo de una realidad que se repite en el corazón del hombre: el rencor, el odio, la acepción de personas. Al ser llamados por Cristo Judas y Simón empiezan a comprender que el Maestro centra su mensaje en el amor, en el perdón, en el olvido de las ofensas. Sin duda, en su interior tuvo que darse una revolución profunda, difícil, sangrante. Pero poco a poco empezó a entrar en ellos la comprensión de una nueva visión del hombre, no como enemigo, sino como hermano, hijo del mismo Padre, que ama a todos y hace salir el sol sobre buenos y malos. Así el odio, el rencor, la venganza fueron desapareciendo y en su lugar se situaron la paz, la oración por los enemigos, el amor.


De la ira a la mansedumbre.

Los celotas emprendían campañas de acoso violentas contra los romanos, aunque casi siempre llevaron las de perder. Les movía en rencor, y el rencor engendra ira y violencia. Desde el principio Judas y Simón empezaron a escuchar del Maestro palabras de mansedumbre: Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra (Mt 5,4). ¡Qué difícil debió ser para ellos abandonar el camino de la ira para acercarse a los hombres con bondad, con respeto, con comprensión! Sin embargo, estamos seguros de que pronto comprendieron que aquel camino lograba mejores frutos en la relación entre los hombres. No les pedía Cristo que destruyeran su forma de ser, sino que emplearan para el bien aquella fuerza interior que un día usaron mal, porque la pusieron al servicio de sus pasiones.


Del Dios de la venganza al Dios del amor.

También Judas y Simón tuvieron que entrar por medio de Cristo, Dios hecho hombre, a la comprensión de un Dios distinto, un Dios que es Padre bondadoso, amable, bueno. Esta conversión debió ser dura para hombres que tenían una clara conciencia de ser parte del pueblo elegido y que precisamente rechazaban a los romanos porque éstos intentaban arrebatarles su fe, sus costumbres, sus tradiciones. Es curioso, pero Dios nos pide que amemos incluso a quienes le odian a Él, a quienes le persiguen en su Iglesia, a quienes parecen enemigos irreconciliables de la fe. Más aún, nos asegura que con el amor convenceremos al mundo de la autenticidad de nuestra fe.


A la luz del Evangelio de Cristo y del ejemplo de estos dos Apóstoles, nosotros, hombres de hoy, tenemos que revisar nuestra vida y decidir qué cambios debemos realizar para ser cristianos de veras. ¿Qué nos puede pedir Dios tomando como punto de referencia los valores de la humildad, de la pobreza y de la abnegación? Sin duda, podrían ser muchísimas cosas e, incluso, cada uno tendrá necesidades distintas. Sin embargo, vamos a repasar algunas de las exigencias contenidas en estos valores para nosotros, hombres, padres de familia, esposos, profesionales, miembros de la Iglesia.
·  Dios nos pide en primer lugar un cambio de mentalidad. Con frecuencia nuestra mente, nuestra inteligencia, nuestra razón están prisioneras de lo material, de lo cotidiano, de lo intrascendente, de lo inmediato. Parecemos ciudadanos de una tierra sin horizontes y sin futuro. Nos parecemos a aquel hombre rico que, tras una buena cosecha, se construye unos grandes graneros y se invita a sí mismo a vivir bien (Lc 12, 16-21). ¡Cómo necesitamos levantar nuestra mirada a la eternidad, dar prioridad a lo espiritual, apreciar más las realidades importantes de la vida como la fe, la familia, la amistad! No nos resulta fácil esta liberación, porque además vivimos en una sociedad que sólo nos habla de bienestar, de comodidad, de éxito, de eficacia. Sin embargo, con los días y con los años vamos saboreando el sabor amargo de una vida que se encierra sobre sí misma sin horizontes y sin futuro.

Tenemos que decidirnos, pues, por dar prioridad al espíritu y a sus cosas sobre la materia, poniendo a Dios como centro de nuestro vida, y no a nosotros como centro de Dios. Tenemos que optar por la oración, por los sacramentos, por las practicas religiosas en lugar de dejarlas relegadas por culpa de nuestras ocupaciones. Tenemos que ser hombres de vida interior más que de acción. Tenemos que defender más la familia que el trabajo. Tenemos que cuidar más la paz interior que las cuentas bancarias.

·  Dios nos pide en segundo lugar un cambio de corazón. Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne (Ez 36, 26). El corazón de piedra es ese corazón endurecido por el racionalismo, el orgullo, la autosuficiencia, la vanidad, el sentido de superioridad. Y el corazón de carne es ese otro corazón humilde, anclado en la fe, sencillo, sin complicaciones, cordial. Es muy necesario para nosotros los hombres abandonar esa falsa madurez que nos conduce frecuentemente a actitudes marcadas por el individualismo, la seguridad, la fuerza, pero que encierran tal vez posturas egoístas, cobardías inconfesables, miedo a la verdad. Tenemos que hacernos como niños. Tenemos que aceptarnos como limitados. Tenemos que aprender a equivocarnos sin rubores. Tenemos que decidirnos a pedir ayuda a los demás y a recibir de los demás con paz sugerencias, correcciones. Tenemos, en definitiva, que dejar los hábitos del hombre viejo para asumir los del hombre nuevo, creado a imagen de Cristo.
·  Dios nos pide en tercer lugar un cambio de actitudes. Con frecuencia nuestra vida responde a un esquema que difícilmente alteramos con los años. Nos convencemos de unas prioridades que casi sacralizamos; nos instalamos en unas costumbres que no dejamos por ningún motivo; nos hacemos dueños de unos prejuicios que nadie nos hará cambiar; nos aficionamos a un estilo de vida que no nos complique nuestra relación con el entorno; nos ponemos unos límites para no dar más de nosotros mismos; nos diferenciamos de todos para poder vivir a gusto con nuestra mediocridad. Hay que cambiar en todos estos campos, tras los cuales se puede ocultar desde la pereza hasta la presunción, desde la mentira hasta la avaricia, desde la cobardía hasta la falsa prudencia.

Por el contrario, tenemos que abrirnos al cambio, abandonar prejuicios, convencernos de nuestras mentiras, romper con nuestros hábitos egoístas, abrir las puertas a una vida más marcada por los sentimientos y la afectividad. Y evidentemente todo ello para ser personas equilibradas, ricas interiormente, abiertas a la felicidad, pues Dios nos quiere así.

 Autor: P Juan J. Ferrán.

domingo, 27 de octubre de 2013

RESPETAR LA LIBERTAD DEL PAPA

Autor: Pablo Cabellos Llorente

        Recientemente, ha escrito Vittorio Messori un artículo referido a la preocupación de algunos católicos por ciertas expresiones del Papa Francisco, seguramente mal comprendidas. Después de citar los últimos pontífices, escribe: ¿Quién, por alejado o contrario a la Iglesia que sea, podrá negar que se trata de personalidades de insólito relieve, unidas por la misma fe y por el mismo compromiso en su función, pero con grandes diferencias de carácter, distintas historias y culturas, distintos estilos pastorales? Y es éste precisamente el punto que para muchos, incluso católicos, parece no estar claro: independientemente de quién sea el hombre que ha llegado al papado y cuáles sean nuestras consonancias o disonancias humorales en relación con el mismo, siempre será el sucesor de Pedro, responsable y guardián de la ortodoxia, por lo tanto un hombre de Dios que no sólo se debe aceptar, sino también hay que rezar por él y obedecerle con respeto y amor filial.

        Aquí podría finalizar mi artículo y dejar tranquilas algunas conciencias católicas más dadas a opinar de todo que a considerar que el Papa siempre será el sucesor de Pedro y por tanto gozará de la asistencia del Espíritu Santo cuando haga Magisterio. Pero están también los no católicos e incluso medios abiertamente anticatólicos, que desean llevar el agua a un molino que perdurará seco porque esas aguas jamás se verterán en él. Son, por ejemplo, quienes hacen al Papa de izquierdas cuando se declara que no era de la derecha, refiriéndose al término con que en Argentina se designaba a la dictadura militar. Otros, por el contrario, le acusan de connivencia con ese régimen porque Francisco se desentiende de su propia defensa. Tal vez la única vez que lo hizo fue cuando empleó ese término confuso para quien no conoce los vocablos de aquel país en ese tiempo.

        Volando de vuelta a Roma desde Río, le preguntaron la razón por la que no había hablado del matrimonio homosexual, a lo que respondió: "La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso. No era necesario volver sobre eso, como tampoco hablé sobre la estafa o la mentira, o otras cosas, en las cuales la iglesia tiene una doctrina clara". En otro momento declaró su respeto por los homosexuales. Una y otra declaración han hecho concluir a personas interesadas que Francisco estaría a favor de esas uniones. Y es obvio que no es lo mismo respetar a las personas que autorizar a no vivir la virtud de la castidad a nadie: homosexual o heterosexual, soltero o casado.


        Afirmó también que la Iglesia no puede estar continuamente hablando de divorcio, aborto o de esas uniones de personas del mismo sexo. Interpretación sesgada: estas cuestiones cambiarán. Pero lo evidente es que la Iglesia ha de centrarse en lo positivo, en anunciar a Cristo, porque esa es su misión. Todo lo restante será proclamado en servicio de ese anuncio y de enraizarnos en la vida de Cristo, que es el objetivo del cristiano. Si la predicación se centra en el pecado, además de ser fea, se descentra de su cometido. San Pablo escribió: "vivo, pero ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí". Ahí está la fascinación del vivir cristiano, en la identificación con el Dios hecho Hombre.

sábado, 26 de octubre de 2013

Las letanías son alabanzas, piropos de amor, de ternura

Las Letanías del Rosario. ¿Te aburres rezándolas? No amas, no comprendes. Sólo quien ama a María las entiende.

Las letanías son alabanzas, piropos de amor, de ternura. ¿Te aburres rezándolas? No amas, no comprendes. ¿Te gustan? Sí amas, sí comprendes.

El que las inventó sí amaba, sí comprendía. Son, en definitiva, un poema de amor; sólo quien ama a María lo entiende. Dile a los enamorados que son aburridos porque repiten con frecuencia frases de amor.

Santa María
Es el nombre de la mujer más maravillosa... ¡Cuantas iglesias dedicadas a su nombre!¡Cuantas mujeres llevan este nombre de María! Por algo será. Yo me llamo Mariano y me alegro de llevar ese nombre. Cuanta gente canta, reza, dice ese nombre que a los mismos ángeles impresiona y enternece el corazón de Dios. Los ángeles obedecen a Dios y luego a su Reina, a una mujer, una criatura humana, a María.

Nosotros le hemos puesto un sobrenombre llamándola Santa María de Guadalupe. Cuanto significa este nombre para los mexicanos.

María es amor, toda amor; es el lado misericordioso y tierno del amor de Dios para nosotros.

Santa Madre de Dios
Esta es su grandeza incomparable, Nos merece un respeto tremendo. Pero su amor y humildad la convierten en una Madre incomparable, única. Podía el Hijo de Dios habérsela quedado. Era suya, solo suya y toda suya. Pero el amor es donación y entrega. Y por amor -¡qué grande amor!- nos la regaló. Cristo nos dio el derecho de ser sus hijos.
La sangre que Cristo derramó en el Calvario esa la sangre de una mártir,, era su propia sangre. Dios lleva en sus venas la sangre de María.

Santa Virgen de las vírgenes
Es la inmaculada, la llena de gracia, La hicieron las manos del tres veces santo para ser digna morada del Hijo de Dios.
Está a la cabeza de todas las vírgenes, es reina de todas ejemplo para cada una de ellas.

Madre de Cristo
La sangre que derramó en el Calvario era la sangre de una mártir, María, la Corredentora. Madre del Niño Jesús que nació de Ella en Belén. Madre del Cristo que predicó en Palestina. Madre del Cristo del Calvario: Madre mártir.

Madre de la Iglesia
Pablo VI le otorgó ese título durante el Concilio Vaticano II. Madre de Cristo Cabeza, Madre de su cuerpo, la Iglesia. Madre de todos nosotros: madre tuya, madre mía. Una prueba de que Jesús nos ha tomado en serio como hermanos es que nos ha dado a su Madre, y para siempre.
Te cuida y te ama como si fueras el único. Pero María no puede besar al hijo que la rechaza, no puede curar al hijo que no la quiere, no puede ayudar al hijo que la rehuye. No puede ser Madre de quien no quiere ser su hijo. Y es más madre de quien desea con toda su alma ser hijo suyo.
Madre que cuida de una manera especial a sus hijos enfermos, pecadores, tristes... Madre de las almas consagradas. Para Jesús son sagrados, para María también.
Mexicano, si alguna vez has sentido en tu corazón un algo de ternura por la Morenita del Tepeyac, ten cuidado, te la quieren arrebatar. Te habrán quitado mucho. Ya solo nos falta que nos quiten la fe en Dios y en la Virgen de Guadalupe. Y a ver qué nos queda de mexicanos.

Madre de la divina gracia
No en el sentido de productora de la gracia, sino distribuidora, medianera de la misma. Todas las gracias que recibes pasan por las manos de una Madre, por voluntad de Dios. Al ser la Madre de Cristo m de alguna manera es la madre de esa gracia que Cristo nos dio. Porque el sí de María pondría en marcha la Redención de los hombres, la redención que nos otorgaría la gracia.

Madre purísima. Castísima, virginal, inmaculada
Un abismo de pureza. La Mujer con mayúscula fue una mujer purísima. Cualquier mujer que quiera conservar su grandeza, no puede menospreciar esta virtud. La impureza te hace menos mujer y te acerca al reino inferior de la naturaleza. Las mujeres, las muchachas que hoy aman la pureza y la tratan de vivir tienen el beneplácito de Dios y la sonrisa de la Mujer ideal.
Con ello no quiero decir que las caídas en este campo no se puedan reparar. Como nadie dice que un vestido manchado no se puede lavar.
Los gustos del cielo tan distintos a los del mundo. ¿Qué han hecho de la mujer? Hoy la mujer ideal es totalmente distinta. Si eres mujer, escoge el perfil del cielo o el de la tierra.
La pureza no roba belleza a una persona, al contrario, la realza. El rostro más bellos y los ojos más hermosos son aquellos en los que se refleja Dios. La mujer pura tiene un encanto adicional, un toque de cielo azul, aunque hoy no se le quiera tener en cuanta. Si se quiere rescatar al mundo debe ser desde la mujer, Y gran parte del recate de la mujer se llama castidad.

Madre amable
Digna de todo nuestro amor.
Por lo buena que es
Por lo santa
Por ser mi Madre
Por todo lo que le debo
Porque, después de Dios, nadie me quiere tanto
Por su encantadora sencillez.
María es digna de todo nuestro amor. Totus tuus. Todo tuyo y para siempre. 
Te quiero, madre dela cielo, como quiero al mismo cielo, como quiero los bellos paisajes, los mares, los ríos, las montañas... Te quiero en los amaneceres y puestas de sol, en las flores de la pradera. Lo mismo que siento a Dios, te siento a Ti en cada rosa, en el canto del jilguero, en las estrellas de la noche. Algo de tu hermosura ha quedado en la naturaleza. Y por eso te veo en todas partes.
 Autor: P Mariano de Blas LC

viernes, 25 de octubre de 2013

UNA BONITA ORACION

"Ayúdame Señor a comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que quieren decirme, y a responderles todas sus preguntas con amabilidad. Evítame que les interrumpa, que les dispute o contradiga. Hazme cortés con ellos, para que ellos sean conmigo de igual manera. Dame el valor de confesar mis errores, y pedirles perdón cuando comprenda que he cometido una falta. Impídeme que lastime los sentimientos de mis hijos. Prohíbeme que me ría de sus errores, o que recurra a la afrenta y a la burla como castigo. No me permitas que induzca a mis hijos a mentir o a robar. Guíame hora tras hora para que confirme, por lo que digo y hago, que la honestidad es fuente de felicidad. Modera, te ruego, la maldad en mí. Evítame que los incomode, y cuando esté malhumorado, ayúdame, Dios mío, a callarme. Hazme ciego ante los pequeños errores de mis hijos, y auxíliame a ver las cosas buenas que ellos hacen. Ayúdame a tratar a mis hijos como niños de su edad, y no me permitas exigirles el juicio y convicciones de los adultos. Facúltame para no robarles la oportunidad de confiar en sí mismos, pensar, escoger o tomar decisiones. Oponte a que los castigue para satisfacer mi egoísmo. Socórreme, para concederles todos los deseos que sean razonables, y apóyame, para tener el valor de negarles las comodidades que yo comprendo que les harán daño. Hazme justo y ecuánime, considerado y sociable para con mis hijos, de tal manera que ellos sientan todo mi amor". Amén.

jueves, 24 de octubre de 2013

El Papa Francisco advierte de que la avaricia destruye a las personas

Efe.  Ciudad del Vaticano.
El Papa Francisco manifestó hoy que mientras el dinero puede servir para realizar cosas buenas, la avaricia "destruye a las personas, a las familias y la sociedad", así como "la fraternidad humana".
El pontífice hizo estas manifestaciones en la misa que celebró en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde se aloja, y durante la que aludió al gran número de familias que se han visto destruidas por problemas de dinero con enfrentamientos de "hermano contra hermano y padre contra hijo".
"El dinero puede ser útil para hacer cosas buenas y la pobreza no va buscada como tal, sino como instrumento para entender la medida de la existencia e ir en busca del Señor. El apego al dinero, en cambio, destruye la fraternidad humana y corrompe a las personas", explicó el pontífice.
El Papa Bergoglio recordó, además, las enseñanzas de la parábola del hombre rico: "lo que destruye es la avaricia, el querer tener cada vez más".
Así, subrayó que la avaricia lleva "a la idolatría" destruyendo las relaciones con los demás y corrompe al hombre porque "hace que todas las acciones que lleva a cabo se realicen en función del dinero".
"La avaricia es un instrumento de la idolatría, porque avanza por el camino contrario al que hizo Dios con nosotros", aseveró Francisco, quien indicó que ése es el motivo por el cual "Jesús dice cosas duras contra el apego al dinero".


miércoles, 23 de octubre de 2013

Los éxitos del Hijo son también de su madre



Meditaciones del Rosario. Segundo Misterio Glorioso. La Ascensión del Señor.

Tú estuviste allí, no podías faltar. Con los apóstoles: tus nuevos hijos, la Iglesia naciente que Jesús dejó a tu cuidado.
Lo viste subir, triunfar para siempre. Subía y regresaba al cielo como triunfador. Derrotados quedaban sus enemigos: la muerte, el demonio, el mundo.

Era tu triunfo también. Si los éxitos del hijo son también de su madre, la ascensión de Jesús tú la vivías como propia; era el anticipo de tu asunción.

Aquel Hijo tuyo, nacido en Belén, que había venido a la tierra a través de tu carne, ahora se iba a la patria definitiva. Aquel hijo, perdido durante la eternidad de tres días en el templo, ahora no sabías cuantos años estarías sin verlo. ¡Qué dolor, dolor nuevo, que hacía casi intolerable, insufrible, la separación del Hijo amado!

A partir de entonces tu corazón estaría más en el cielo que en la tierra. Allí estaba José, tu esposo, el compañero maravilloso de la infancia y juventud de Jesús. ¡Qué ratos tan inefables, tan difíciles también, en su compañía! Él se te había adelantado. Él vería llegar a Jesús al cielo, y recibiría de Él las más sentidas gracias por haber cumplido tan perfectamente su misión de padre. Allí estaría desde ese momento Jesús. Pero Tú te quedabas en la tierra sola, muy sola. Porque tu amor se iba, y te dejaba sola en la tierra.

Sólo quien ha estado locamente enamorado y pierde a la persona amada sabe de este dolor. Tú eras la enamorada por excelencia de Jesús. Por eso, tu dolor no tenía límites ni comparación.

Pero tu voluntad no se sumergía en la tristeza, porque Jesús te había entregado una nueva misión: la Iglesia naciente. Con cuánto amor repetiste tu oración favorita: "He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra".

Con tu oración, tu amor, tus consejos y tu prudencia, la Iglesia niña crecía incontenible. Crecía en sabiduría y en gracia ante Dios y ante los hombres, como en otro tiempo tu Jesús. ¡OH Madre de la Iglesia, que acunaste nuevamente en tus brazos aquella criatura que Jesús te entregó!

Se mezclaban la nostalgia -la fuerza que te lanzaba hacia el cielo- y el amor a la Iglesia que necesitaba tu cariño, tu presencia, tu oración. La nostalgia era desgarradora, la esperanza larguísima. Tú veías en la Iglesia la continuación de Jesús en la historia como ningún teólogo lo ha visto. Toda la Iglesia estaba llena de la presencia de Jesús.

Tus nuevos hijos eran más débiles que Jesús. Los lobos acechaban. Satanás, que había devorado a Judas, seguía esperando matar a toda la grey, cuando aún era débil e indefensa. Pero contaba con tu defensa irresistible. Nostalgia, espera y certeza de llegar al cielo para ti y tus hijos. Él ya, faltamos nosotros...

Ahora Tú también estás en el cielo. Faltamos nosotros...Acuérdate de nosotros.

Nueva etapa de fe: Volviste a encender la lámpara que había alumbrado tu caminar por la vida, con aceite nuevo, con nuevo vigor. Era el comienzo fresco y pujante del cristianismo. Tú eras la primera cristiana, la que debías vivir y contagiar a todos la alegría recién estrenada del hombre y mujer nuevos, del nuevo estilo de vida, la religión del amor.


Oh Madre, se nos ha olvidado muy pronto que la religión fundada por tu Hijo es la religión del amor, la religión de las bienaventuranzas. Nos hemos quedado con unas pocas ideas rancias y con un aburrimiento vital. Resucita en nosotros la alegría del "mirad cómo se aman" que avasalló a los primeros.

¿Qué hemos hecho de la religión del amor? Los cristianos hemos vaciado la religión del amor para quedarnos con los mandamientos mal cumplidos. Y nos resulta aburrida, pesada, inaguantable.

La misma religión que a los primeros los entusiasmó hasta el extremo, los arrastró hasta el martirio sin pestañear, a nosotros nos resulta sosa y aburrida. ¿No será que hemos perdido la savia vital? Y ¿qué somos, que queda de nosotros si nos falta el amor? Nada. Pura fachada.

Tú comulgabas con más fe que ninguno, llegando a sentir a Jesús en tus entrañas como cuando crecía en tu seno. Te absorbías, te elevabas de la tierra, te ibas...Vivías de la comunión anterior y vivías para la siguiente, como la enamorada que no puede separarse del Amado.

Enséñanos a comulgar con el fervor con que Tú lo hacías en los años de tu soledad. Los cristianos observaban con respeto y emoción tu actitud. Y seguro que, como a Jesús, te pedían: "Enséñanos a comulgar con el fervor con que Tú lo haces".En la forma de recibir a Jesús se confirma el amor o la indiferencia de los cristianos de hoy.

Quiero imaginar las palabras que dirigías a los apóstoles: El primer evangelio pasado por la mente y el corazón de su Madre. Y así entendían de manera entrañable las enseñanzas de Jesús: Tú les abrías el sentido, pero, sobre todo, encendías sus corazones. Cuantas veces Pedro, Juan y los demás debían comentar como los discípulos de Emaús: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos explicaba María los misterios de la vida de Jesús?"

Cuanto necesitamos, María, que nos vuelvas a explicar los misterios y la enseñanza de Jesús, sobre todo el amor que nos tiene, para que nuestro corazón arda de amor por Él y por Ti. ¡Cómo motivarías a Pedro, cada vez que el pesimismo y las dificultades de guiar a la Iglesia querían doblarlo! ¡Qué firme y gentil pastora guiaba al primer Papa, lo mismo que al actual Benedicto XVI! ¡Cómo les hablarías del cielo, repitiéndoles con apasionado acento las palabras de Jesús: "Alegraos de que vuestros nombres están escritos en el cielo"! Hay que merecerlo, hay que ganarlo. Ahí estaremos juntos para siempre...
Autor: P Mariano de Blas LC.

jueves, 17 de octubre de 2013

Francisco: «Es un escándalo que aún haya hambre en el mundo»


El Papa saluda a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro

Efe.  Ciudad del Vaticano.

El Papa Francisco calificó hoy de "escándalo" que exista el hambre y la malnutrición en el mundo y criticó "el consumismo, el desperdicio y el despilfarro de alimento" en un mensaje enviado al director de la FAO, José Graziano da Silva, en ocasión de la Jornada Mundial de la Alimentación.
En su mensaje, que fue leído hoy durante la celebración de esta jornada en la sede, en Roma, de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), el papa consideró que uno "de los desafíos más serios para la humanidad es el de la trágica condición en la que viven todavía millones de personas hambrientas y malnutridas, entre ellas muchos niños".
El Papa Jorge Mario Bergoglio instó a todas las partes de la sociedad a "afrontar juntos" este problema "para lograr una solución justa y duradera" y para que "nadie se vea obligado a abandonar su tierra y su propio entorno cultural por la falta de los medios esenciales de subsistencia".
Bergoglio hizo notar la paradoja de cómo la globalización permite conocer las situaciones de necesidad de las personas en todo el mundo, pero sin embargo "crece la tendencia al individualismo" y a "la indiferencia tanto a nivel personal como de las instituciones y de los estados, respecto a quien muere de hambre o padece malnutrición".
"El hambre y la desnutrición nunca pueden ser consideradas un hecho normal al que hay que acostumbrarse, como si formara parte del sistema. Algo tiene que cambiar en nosotros mismos, en nuestra mentalidad, en nuestras sociedades", insto el pontífice argentino.
Para el Papa, es necesario, "hoy más que nunca, educar a la solidaridad, redescubrir el valor y el significado de esta palabra tan incómoda, y muy frecuentemente dejada de lado, y hacer que se convierta en actitud de fondo en las decisiones en el plano político, económico y financiero, en las relaciones entre las personas, entre los pueblos y entre las naciones".
"Sólo superando visiones egoístas e intereses de parte, también se podrá lograr finalmente el objetivo de eliminar las formas de indigencia determinadas por la carencia de alimentos", agregó.
Pero además, si se consideran las, según datos de la FAO, 1.300 millones toneladas de alimentos que se desperdician anualmente, Francisco abrió el interrogante: "Sobre la necesidad de cambiar realmente nuestro estilo de vida, incluido el alimentario".
Un estilo de vida, agregó, que "en tantas áreas del planeta está marcado por el consumismo, el desperdicio y el despilfarro de alimentos".
Los datos proporcionados por la FAO indican que, aproximadamente un tercio de la producción mundial de alimentos no está disponible a causa de pérdidas y derroches cada vez mayores.
"Bastaría eliminarlos para reducir drásticamente el número de hambrientos", clamó el Papa.
Para Bergoglio, el "desperdicio de alimentos no es sino uno de los frutos de la 'cultura del descarte' que a menudo lleva a sacrificar hombres y mujeres a los ídolos de las ganancias y del consumo".
Ante los datos de 870 millones de personas que sufren hambre y malnutrición, el papa lamentó: "El triste signo de la 'globalización de la indiferencia', que nos acostumbra lentamente al sufrimiento de los otros, como si fuera algo normal".

miércoles, 16 de octubre de 2013

Honestidad

Autor: Carolina Crespo Fernández

Para cambiar el mundo, no basta con cambiar estructuras, sino fomentar una sociedad donde primen los valores humanos. Vivimos en una sociedad materialista en la que se ha levantado un altar a los ídolos del dinero y del poder a costa de una humanidad deshumanizada donde fracasan las familias y donde muchos negocios se convierten en nidos de malhechores. Por desgracia, hoy son muchos los que piensan que la honestidad está más presente en los libros o en las películas que en la vida real. La honestidad expresa lo mejor del ser humano. La calidad humana de una sociedad se define por lo extendida que está esta virtud en ella. Las personas honestas deben ser un estímulo moral para todos, pero hoy el mundo idolatra el dinero --da igual cómo se consiga--, el poder y el sexo.

La honestidad va ligada al concepto de autenticidad, a la verdad. Una persona auténtica es una persona honesta, que es coherente y enriquece a la sociedad con su modo de ser sincero, que la aleja de toda falsedad, incoherencia y doblez. Estas últimas cualidades siempre se desvanecen como una brizna ante un soplo de viento.
La honestidad es la perfección moral del ser humano y está ligada a una exigente rectitud de conciencia así como al resto de las demás virtudes. La honestidad es símbolo de transparencia; la falsedad, la apariencia, van unidas a las tinieblas. La persona auténtica vive de principios sólidos, que le otorgan la capacidad de discernir lo que es justo o injusto, lo que es noble o ruin. 
Ser honesto no es sinónimo de ser idiota; ser honesto es una virtud a la que algunos idiotas no les interesa entender ni practicar.