"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

jueves, 23 de agosto de 2012

EL ABORTO ES UN MAL

EL  ABORTO  ES  UN  MAL
Autor: Pablo Cabellos Llorente
             Los lectores recordará aquellas películas de buenos y malos, en las que rápidamente se sabía quiénes eran unos y otros, lo que permitía al espectador posicionarse enseguida. Además, siempre ganaban los buenos. No es que el aborto sea una película de buenos y malos, porque no se puede juzgar a las personas sin conocerlas y -por el motivo que sea- sin asumir algún deber que lleve al ejercicio de esa tarea. No juzgo a nadie, ni deseo la cárcel para nadie, pero el aborto, en sí mismo, es malo. Incluso hemos perdido el guión de esta película.
            Cuando se tramitaba la primera ley del aborto, prácticamente todos coincidían en la afirmación de que el aborto es un drama, pero que había que dar un cauce a determinados supuestos. El aborto continuó siendo un crimen despenalizado pero realmente libre, sobre todo por el supuesto de enfermedad sicológica de la madre, causa de casi todos los abortos. Hubo médicos o clínicas que ni siquiera solicitaban el mínimo de documentación, asunto denunciado,   no sé con qué  conclusión.
            Luego vino la segunda ley, más ideológica que práctica, porque es posible que no haya aumentado el número de abortos, pero éste ha pasado de ser un crimen despenalizado, a constituir un derecho de la mujer. A esto se unió la facultad de ejercitar tal derecho a las menores de edad sin consentimiento de sus padres. Una ley machista -el hombre queda eximido de toda carga- e innecesaria, además de incumplir de la promesa electoral de que no iría en esa legislatura.
            Dije que también hemos perdido el guión, porque el nuestro es un aborto sin razones, sólo algunas sentimentales. Y ahora con opiniones sobre si es precisa una ecografía -todas las pruebas médicas deben ser conocidas por el paciente o familia-, o si es válido un Magistrado del Constitucional para  dictaminar si la supresión de los fetos con la ley actual se ajusta o no a nuestra Constitución. Pero no entramos al tema.
            El guión perdido es muy sencillo: ¿puede ser un derecho matar al ser más inocente en el que debía ser su lugar más seguro? ¿Alguien se ha molestado en hacer y publicar una encuesta sobre el estado de las madres que abortaron? Problemas psicológicos -depresiones, traumas, sentido de culpabilidad, etc.-, sentirse engañadas, haber considerado el aborto como un sistema anticonceptivo más, etc. La progresía parece amar siempre la ciencia experimental frente a la razón -o hay necesidad de oponerlas-, pero aquí no hay razones y la genética cada vez muestra más claramente la existencia de un ser vivo desde el momento de la fecundación, un ser que sólo puede ser humano, no una planta o un cangrejo. Éste es el guión.

¿QUÉ TENGO YO, QUE MI AMISTAD PROCURAS?

No te cansas, no abandonas, no te rindes. Porque quieres que te abramos y puedas entrar para entregarnos tu Corazón lleno de amor.

Una vez más estoy ante ti, Señor, Jesús Sacramentado. Ante el milagro y misterio de tu gran amor por todos los seres de este mundo sin distinción de clases sociales, de colores, razas y credos.

Tu amor abarca a todas las criaturas, santos y pecadores.... ¡Qué misterio tan profundo y qué poco pensamos en él!.

Con ese amor, con ese deseo de ser correspondido, llamas a nuestra puerta, a la puerta de nuestro corazón para que te abramos, y llamas siempre a lo largo de todo el día, en todos los instantes, en los momentos que menos podemos imaginar... siempre llamas, siempre estás. No te cansas, no abandonas, no te rindes. Porque lo único que persigues es que te abramos y puedas entrar para entregarnos tu Corazón lleno de amor.

¿Y qué nos pasa?. Tal vez tenemos miedo de que si te "dejamos entrar" nos vas a pedir que cambiemos nuestro modo de vivir, que nos apartemos de esa persona que...., que dejemos ese rencor que hasta nos parece que lo necesitamos para así, no perdonar..., que nos vas a "obligar" a cosas que... ¡nos cuestan tanto!

Somos cobardes, Jesús, cobardes y acomodaticios. Tal vez nos asusta ese amor tuyo tan inmenso, tan desbordado, tan auténtico, ¡tan loco, casi diría yo, porque entregaste tu vida y te quedaste encerrado en ese "trocito de pan y en ese vino" para ser nuestro alimento!. El Papa Juan Pablo II nos decía siempre: "¡No tengaís miedo, abirdle las puertas a Cristo!".

Y pensando en estas cosas, ahora que estoy frente a Ti, mi Señor, voy recordando las palabras del gran poeta Lope De Vega, en su verso que hace que el corazón duela porque habla de nuestra ingratitud para ese tu gran AMOR, por todos,...por mi.

Deja que te lo diga, Señor, de rodillas y con el corazón contrito porque esas palabras son mi verdad....

"Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío
que a mi puerta, cubierto de rocío
pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí!
¡Qué extraño desvarío si de mi ingratitud el hielo frío secó las llagas de tus plantas puras!

Cuántas veces el ángel me decía:
"Alma, asómate ahora a la ventana;
verás con cuánto amor llamar porfía"
Y cuántas, hermosura soberana,
"Mañana le abriremos", respondía
para lo mismo responder mañana!".


Si, Jesús, "mañana"... porque hoy estoy muy ocupada...
Porque hoy ... así como que "no me late".
Porque... no se lo que me vas a pedir...
Porque la verdad es que me asusta un poco ese TU AMOR POR MI y yo ...no se querer así...

Bueno...tal vez mañana... si, mañana si.
Autor: Ma. Esther De Ariño.

miércoles, 22 de agosto de 2012

CONCIENCIA Y CONSTITUCIONALIDAD

CONCIENCIA  Y  CONSTITUCIONALIDAD
Autor: Pablo Cabellos Llorente
            Un diario de los llamados nacionales ha mostrado reticencias a la posibilidad de  que el jurista Andrés Ollero sea ponente en los temas del aborto y del llamado matrimonio homosexual. Ese periódico anda preocupado porque el citado profesor ha expresado en alguna ocasión su antagonismo con tales leyes. Trataré de recordar después otras opiniones de miembros del Tribunal Constitucional que no parecen preocupar al diario de Madrid.
            Según el DRAE -para que no se me acuse de confesionalidad- la conciencia es todo esto:  Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta.  Conocimiento interior del bien y del mal.  Conocimiento reflexivo de las cosas. Por otro lado, lo constitucional se define: perteneciente o relativo a la Constitución de un Estado. Es obvio que el caso que nos ocupa se refiere a precisar si una ley pertenece y guarda relación adecuada con nuestra Ley de leyes. También del DRAE: constitucionalidad es cualidad de constitucional. Nada que ver con las tres acepciones de conciencia, que serían las aplicables al asunto.
            Ahora permítaseme afirmar que el citado rotativo yerra su disparo por confundir conciencia con constitucionalidad de una ley. Y mira que es simple: la conciencia puede y debe utilizarse al legislar, pero cuando se trata de juzgar si una ley es constitucional o no,  un buen jurista emitirá un dictamen que afirme o niegue llanamente eso. Yo no trato de defender al Magistrado de marras, sino de afirmar la libertad una vez más: a ver si va a resultar que los jueces cuya posición es conocida como favorable a la vida no pueden hacer un dictamen ajustado a derecho mientras que sí se reconoce esa facultad a los partidarios del aborto. Resultaría una libertad amplia para unos y reducida para otros.
            En cualquier caso, si se quiere tronar contra determinadas conciencias -a las que no se respeta- hágase contra el legislativo. Pero no inventemos, ni en un sitio ni en otro,   una libertad a dos velocidades: movimiento acelerado para los abortistas, divorcistas, investigadores con embriones vivos, partidarios de la ley de género, etc., y  marcha retardada para los partidarios de la vida, del respeto al embrión y a la fidelidad matrimonial, o de la correlación entre sexo y género. Éstos van servidos con el ralentí. La igualdad de los españoles ante la ley sólo vale cuando conviene a los que desean dominar.
            Un ejemplo de esa parcialidad: "La regulación del despido, que se presenta de manera rutinaria como una forma de crear empleo, obedece realmente a un diseño destinado a otorgar fáciles y baratos mecanismos de liquidación y ajuste de plantillas, tanto en el sector privado como en el sector público. Y de hacerlo, adicionalmente, al margen de todo control. (...). Como confiesa sin disimulo alguno el preámbulo de la norma, el propósito de la reforma es impedir el juicio de adecuación —con un evidente tono despectivo, el legislador excepcional lo denomina “juicio de oportunidad”— de los jueces sobre los despidos decididos por el empresario a partir de una definición justificativa que se mueve entre los dos extremos a descartar por cualquier legislador socialmente sensible: la mayor discrecionalidad y la más concreta identificación. La nueva regulación del despido no tiene más finalidad que reducir los costes del despido ilegal o improcedente, rebajando las indemnizaciones y suprimiendo los salarios de tramitación. (...) apartándose de manera burda de los propósitos confesados de lucha contra la dualidad de nuestro mercado de trabajo, la reforma ahonda la precariedad mediante dos criticables medidas: la implantación de un contrato especial (...) y el encadenamiento de contratos de formación para los jóvenes, que pueden estar formándose hasta los 32 años en una misma empresa para el ejercicio de los más dispares e inconexos oficios" (Fernando Valdés, Magistrado del Constitucional a  El País, 23.03.12). ¿Queda invalidado para un posible recurso de inconstitucionalidad sobre el tema?
            No es cuestión mía juzgar las palabras del Magistrado Valdés. Más bien, hago notar la diferencia de trato según quien sea el opinante. Tampoco se ha puesto objeción alguna a la Magistrada Roca por estas palabras:  su señoría recurre al ejemplo de que el Estado español quedó eximido de “pagar a los más de 450.000 afectados por la estafa de Afinsa y Fórum Filatélico…” según sentencia del Tribunal Supremo que consideró que el Estado no tenía responsabilidad alguna al respecto, su señoría comete una torpeza impropia de su magisterio (...). Siendo como es Magistrada de la Sala Primera de dicho Tribunal, sorprende la ligereza con que emplea el término «estafa» cuando sus compañeros magistrados evitan el empleo del mismo en su sentencia, porque la causa aún no ha sido juzgada. (Carta abierta de una cliente de Afinsa a Encarnación Roca).
            ¿Queda inhabilitada Roca? Yo sólo me apunto a la veracidad, a la libertad igual para todos, sin permitir que se pretenda arrinconar a nadie por su modo de pensar. Si el problema es la politización del Constitucional, soluciónese pero, "sic rebus stantibus", todos con los mismos derechos, porque todos somos iguales y hemos expresado opiniones diversas sobre variados asuntos.

LA EMPRESA DE LA VIDA, SALVAR EL ALMA

Tener esperanza, saber lo que se quiere, luchar por ello. ¿y tú, ya sabes lo que quieres?

La sociedad contemporánea nos ha intoxicado con la idea o la creencia de que las cosas se consiguen de forma rápida y cómoda. Todo está centrado alrededor del consumismo, de donde se desprende, que basta meter una moneda en la máquina, pulsar un botón y tener en mis manos una Coca Cola fresca...; quiere hacernos creer que la vida es tan fácil como el internet, aprieto un botón y ya me encuentro navegando por todos los museos o por las islas más exóticas del mundo... Todos sabemos que la vida es mucho más compleja que esto, aunque parece que nuestra sociedad nos facilita todo.

Se nos dan libros de instrucciones y manuales de procedimientos para casi todo, y así, antes de meter al microondas un paquete de palomitas, me leo las instrucciones y veo que tal parte de la bolsa tiene que ir hacia abajo, y por un tiempo de no más de 3 minutos..., todo son instrucciones; sin embargo, no existen instrucciones para salvar un alma, para llegar al cielo, para realizar la gran Misión que tienes la gran empresa que está en tus manos y que al final es la única que vale la pena, SALVAR TU ALMA.

Les comparto esta carta hermosísima de un joven de 21 años escrita a su novia un día antes de morir; esto es tener convicciones profundas y seguridades que dan valor de trascendencia a la vida.

Espero que la puedas compartir, especialmente con algún joven.

Nacido en Pozoblanco (Córdoba, España) en 1914, Bartolomé Banco fue arrestado como dirigente católico (era secretario de los Jóvenes de Acción Católica y delegado de los Sindicatos Católicos) el 18 de agosto de 1936. Fue fusilado el 2 de octubre de 1936 mientras gritaba «¡Viva Cristo Rey!».

Prisión Provincial. Jaén, 1 de octubre de 1936.

Maruja del alma:

Tu recuerdo me acompañará a la tumba,
y mientras haya un latido en mi corazón, éste palpitará en cariño hacia ti. Dios ha querido sublimar estos afectos terrenales, ennobleciéndolos cuando los amamos en Él.

Por eso, aunque en mis últimos días Dios es mi lumbrera y mi anhelo, no impide que el recuerdo de la persona más querida me acompañe hasta la hora de la muerte.

Estoy asistido por muchos sacerdotes que, cual bálsamo benéfico, van derramando los tesoros de la Gracia dentro de mi alma, fortificándola; miro la muerte de cara y en verdad te digo, que ni me asusta, ni la temo.

Mi sentencia en el tribunal de los hombres será mi mayor defensa ante el Tribunal de Dios; ellos, al querer denigrarme, me han ennoblecido; al querer sentenciarme, me han absuelto; y al intentar perderme, me han salvado. ¿Me entiendes? ¡Claro está! Puesto que al matarme, me dan la verdadera vida; y al condenarme por defender siempre los altos ideales de mi religión y mi familia, me abren de par en par las puertas de los cielos.

Mis restos serán inhumados en un nicho de este cementerio de Jaén; cuando me quedan pocas horas para el definitivo reposo, sólo quiero pedirte una cosa: que en recuerdo del amor que nos tuvimos, y que en este instante se acrecienta, atiendas como objetivo principal a la salvación de tu alma, porque de esa manera conseguiremos reunirnos en el cielo para toda la eternidad, donde nada nos separará.

¡Hasta entonces, pues, Maruja de mi alma!

No olvides que desde el cielo te miro, y procura ser modelo de mujer cristiana, pues al final de la partida, de nada sirven los bienes y goces terrenales, si no acertamos a salvar el alma.

Un pensamiento de reconocimiento para toda tu familia, y para ti, todo mi amor sublimado en las horas de la muerte. No me olvides, Maruja mía, y que mi recuerdo te sirva siempre para tener presente que existe otra vida mejor, y que el conseguirla debe ser la máxima aspiración.

Sé fuerte y rehace tu vida, eres joven y buena, y tendrás la ayuda de Dios que yo imploraré desde su Reino. Hasta la eternidad, pues, donde continuaremos amándonos por los siglos de los siglos.



El ejemplo de un joven que tenía clavada su mirada en lo más importante, llegar al cielo, salvar su alma y querer que el alma de su muy amada novia también se encontrase con Dios después de esta vida. Esto es tener esperanza, esto es saber lo que se quiere... ¿y tú, ya sabes lo que quieres?...
Autor: P. Dennis Doren L.C.

martes, 21 de agosto de 2012

ALÍATE CON MARÍA PARA ORAR MEJOR

Dios nos ha regalado en María una aliada para nuestro caminar, para nuestra oración. La presencia de María siempre ha sido un bálsamo.
Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la estrella, llama a María. Si eres agitado de las ondas de la soberbia, si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación, mira a la estrella, llama a María. Si la ira, o la avaricia, o el deleite carnal impele violentamente la navecilla de tu alma, mira a María. Si, turbado a la memoria de la enormidad de tus crímenes, confuso a vista de la fealdad de tu conciencia, aterrado a la idea del horror del juicio, comienzas a ser sumido en la sima sin suelo de la tristeza, en el abismo de la desesperación, piensa en María. En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir los sufragios de su intercesión, no te desvíes de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en ella piensas. Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás, si es tu guía; llegarás felizmente al puerto, si ella te ampara. (San Bernardo, Sobre la excelencias de la Virgen Madre, 2, 17).

La mayor parte de mi tiempo suelo pasarlo, por la misión que se me ha confiado, delante de una computadora. Horas y horas en las que el monitor me va mostrando diferentes mundos y a través de los cuales estoy intentando también transmitir a muchos el Evangelio. Prueba de ello son estas líneas que ahora mismo estás leyendo.

Pues bien, toda esta labor sería imposible sin la ayuda de mi buen amigo Renato, el informático de aquí del seminario. ¿Por qué? Su presencia es importantísima en los momentos en que algo le pasa a mi computadora, en los que internet no funciona, cuando parece que un virus amenaza con entrar... En cada una de estas circunstancias marco un número y el acento italiano de Renato me responde desde la otra línea para solucionar mis problemas: «¿Qué pasa ahora, padre?».


La última vez que le llamé para que viera por qué no podía ver unos videos que me habían mandado, se me vino a la mente que en la oración tendríamos que tener un "Renato", alguien que, cuando las cosas vayan mal, podamos llamarle por teléfono y decirle: «no siento nada, me aburro, qué tengo que hacer si..., etcétera». Y aquí es cuando San Bernardo viene en nuestra ayuda y nos deja el hermosísimo texto sobre María que he querido compartirles.

Dios nos ha regalado en María una aliada para nuestro caminar, para nuestra oración. Por ello, siempre es hermoso, además de ponerse en la presencia de Dios, pedirle a María que nos acompañe en cada oración que hacemos. Como si Ella pudiese tomar nuestras súplicas y decirle a Dios, con esos ojos de Madre, que nos escuche. Después de todo, San Maximilian María Kolbe tenía mucha razón cuando dijo que a María «ha confiado Dios toda la economía de su misericordia» porque «la voluntad de María, no hay duda alguna, es la voluntad del mismo Dios».

¿Nunca lo han experimentado ustedes? Personalmente, la presencia de María siempre ha sido un bálsamo en muchos momentos. Y en ocasiones no me doy cuenta sino hasta después de que Ella estuvo ahí. ¿Me permiten compartirles algo muy personal? Las fechas más importantes en mi vida en preparación al sacerdocio se dieron en fechas marianas: recibí el uniforme para el noviciado un 15 de septiembre, día de la Virgen de los Dolores; hice mi primera profesión de votos un 15 de agosto, día de la Asunción de María; mi profesión perpetua fue en el mes de octubre, mes del Rosario; mi ordenación sacerdotal fue el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe. ¿Verdad que es descarado el amor de María?

Les invito a leer una vez más el texto de San Bernardo; lentamente, con calma. Mientras escuchan todo lo que María es capaz de hacer, denle las gracias y pídanle que nunca les deje solos. Que como a Cristo camino del Calvario (y Mel Gibson lo pintó bellísimamente en esa conmovedora escena de su película "La Pasión") Ella también les acompañe en los claroscuros de su vida: que ría con ustedes en los momentos alegres y llore con ustedes en los tristes. Aunque, créanmelo, incluso si no se lo pidiesen, Ella lo haría...

¿A que ahora la oración parece un poco más sencilla? Es lo mismo que le digo yo a Renato con el tema de las computadoras. Cuando viene él, todo parece muy sencillo... pues él es el especialista. Como María lo es en la oración.
Autor: P. Juan Antonio Ruiz J., L.C.

lunes, 20 de agosto de 2012

¿QUÉ QUIERE DIOS DE MÍ?

Es difícil descubrir la voluntad de Dios. Si tenemos un corazón atento sabremos leer sus mensajes.

La pregunta surge en momentos clave de la propia vida: ¿qué quiere Dios de mí?

En ocasiones, esa pregunta encierra un error de fondo, pues uno llega a imaginar a Dios como un rey arbitrario que ordena y dispone según sus caprichos y sin interesarle el bien de sus "súbditos".

Pero Dios no actúa así: lo que busca es nuestro bien, aquello que nos permita alcanzar una vida plena, sana, justa, bella.

Si nos situamos en una correcta manera de ver a Dios, podemos empezar el camino que nos permita descubrir lo que Dios quiere de cada uno.

El punto de partida correcto es siempre el mismo: reconocer que Dios me ama. En otras palabras, lo primero que Dios quiere es mi propio bien, mi propia felicidad, mi propia existencia. Empezar a vivir es ya una respuesta, la más radical y profunda, a la pregunta sobre lo que Dios desea de mí. Esa es la primera voluntad de Dios para mí: que exista, que viva.
Desde esa primera respuesta, podemos avanzar en la búsqueda de algo más concreto: ¿hacia dónde dirigir mis pasos para recorrer el camino que Dios ha pensado para mí?

Tengo una voluntad libre. Con ella escojo el rumbo de mi vida. La nave humana avanza según las decisiones que cada uno toma cada día.
Aquí se hace más intensa la búsqueda: ¿qué voy a decidir hoy? ¿Cómo reconocer aquellos actos que están de acuerdo con lo que Dios espera de mí? Para responder, contamos con muchas señales. Dos tienen un valor especial y una visibilidad muy concreta.

La primera señal arranca de la misma historia personal, del pasado y de lo que ocurre en el presente. La voluntad de Dios para mí se manifiesta en hechos, en encuentros, en lecturas, en consejos buenos. Identifico así estrellas que iluminan el camino por el que debo avanzar.

Esas señales a veces son difíciles de entender. ¿Qué quiere Dios cuando empieza una enfermedad que me incapacita de golpe o poco a poco? ¿Qué me pide si a mi lado sufre un familiar que necesita continuamente ayuda? ¿Qué me ofrece tras una llamada telefónica que abre un interesante horizonte profesional? ¿Qué me diría ante la propuesta deshonesta de un "amigo" que me invita a colaborar con él en un negocio sucio?

Lo que ocurre cada día da pistas, pero no siempre son suficientes. Por eso necesitamos abrirnos a la segunda gran señal de Dios: su Evangelio. Quien lo toma entre sus manos como un libro vivo, como la enseñanza y el ejemplo de Jesús, Hijo de Dios e Hijo de María, descubrirá todo un mundo de indicaciones, exigentes y hermosas, que nos permiten avanzar, poco a poco, hacia la vida verdadera.

¿Es difícil descubrir la voluntad de Dios? Si tenemos un corazón atento sabremos leer sus mensajes. Si los comprendemos de modo adecuado, estaremos listos para la siguiente etapa, la que rezamos en el Padrenuestro: "hágase tu voluntad". Es decir, estaremos dispuestos a aceptar todo lo que Dios nos pida.

En ocasiones cuesta. Pero si reconocemos que Dios es un Padre bueno, aquello que nos propone será visto como lo que es: un camino para avanzar en el amor, una invitación a vivir un poco aquí en la tierra como viviremos, si actuamos como auténticos discípulos e hijos, eternamente en el cielo.
Autor: P. Fernando Pascual LC.

domingo, 19 de agosto de 2012

¿POR QUÉ HOY NO?

Si ya lo has pensado, si ya lo tienes decidido, ¿a qué esperar? Hoy es el día, ahora mismo
Autor: P Mariano de Blas LC.
San Agustín retaba a los paganos que retrasaban su conversión con semejantes palabras: "Si ya lo has pensado, si ya lo tienes decidido, ¿a qué esperar? Hoy es el día, ahora mismo; no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". Dejarlo para luego es exponerse a dar marcha atrás; no todos los días estás decidido, no a toda hora estás preparado para este paso´.

Pero no daban el paso, por temor a un cambio demasiado brusco; y, al verlos indecisos y afirmando que lo harían cualquier día, arremetía con una lógica de espada filosa: "Si ahora no te animas, ¿por qué dices y crees que lo harás algún día? No estés tan seguro, te costará más que hoy; quizás no tengas ya deseos del cambio; las fuerzas contrarias volverán a la carga". ¿Por qué dices que alguna vez lo harás?, ¿tendrás oportunidad?, ¿seguirás con vida mañana?, ¿te dará Dios la gracia de la conversión? Teme a Cristo que pasa y no vuelve.

Al demonio le encanta ilusionar a la gente y engañarla con la conversión de mañana; a Dios le gustan las cosas hoy y ahora: Hoy es el día de la conversión. "Hoy, si escucháis su voz, no endurezcáis el corazón".

sábado, 18 de agosto de 2012

¡Y ALLÍ NOS ESPERA!...

Necesitamos vivir más la esperanza y mirar allá arriba, donde tenemos la Patria verdadera. Cristo y María, glorificados, nos dicen: ¡Animo, que aquí los esperamos!...
¿Cuándo hablamos de la Resurrección de Jesucristo, sólo el día de Pascua?... No. La Resurrección es tema de cada día. En la Resurrección de Jesucristo se cimienta nuestra fe, y por Jesús resucitado recibimos el Espíritu Santo que nos santifica y completa nuestra salvación.

Esto nos debería pasar con la Asunción de la Virgen. Pasamos ya el 15 de Agosto para hacer conmemoración de ella, pero tenemos que recordarla siempre.

Porque María Asunta es la figura de la Iglesia en su esperanza de la glorificación final y un avance de lo que Dios quiere hacer con nosotros.

Aquel día en Jerusalén, donde residía la primera comunidad cristiana que había nacido en Pentecostés, había una alegría especial. Nadie se lo explicaba. Y nadie entablaba un diálogo como éste:
- ¿Sabes que ha muerto María?
- ¡Ay, qué pena! Con lo felices que nos sentíamos a su lado, cuando lográbamos arrancarle alguna noticia de Jesús.
- Sí, pues ya ves, se ha muerto...

La noticia corría de una manera muy diferente, y el diálogo se desarrollaba de otro modo:
- ¿No sabes? La Madre del Señor Jesús se ha dormido.
- ¡Qué feliz! Al fin se va a estar con Él para siempre. ¡Con lo que Ella suspiraba por este día!

Y María, la Madre del Señor Jesús, fue enterrada. Pero pronto comenzó a correr otra noticia que hacía aún más feliz el acontecimiento. Pedro, Juan, Santiago, a los que Pablo llamará columnas de la Iglesia, empezaron a propalar la noticia que a ellos les revelaba Dios:
- María, la Madre del Señor Jesús, ya no está en el sepulcro. El Señor se la ha llevado también en su cuerpo al Cielo, como antes se había llevado su alma bendita.

Y los cristianos que vinieron después, seguros de lo que sabían, porque se lo iban transmitiendo unos a otros en aquella Iglesia madre de Jerusalén, levantaron en honor de María un templo al que llamaron La Iglesia de la Dormición.

Porque todos estaban convencidos de que el sueño de María en el sepulcro había durado muy poco. No iba Jesús a esperar la resurrección final para despertar a su Madre de ese sueño que a todos nos espera.

Aunque no sea hoy el 15 de Agosto, fiesta de la Asunción, nosotros recordamos el misterio con toda razón. Porque debe ser éste un pensamiento perenne, propio de todos los días del año.

Necesitamos vivir un poco más la esperanza y hemos de mirar allá arriba, donde tenemos la Patria verdadera. Cristo y María, glorificados, nos van diciendo: -¡Animo, que aquí os esperamos!...

El cristiano, como nos dice San Pablo, tiene ya la cédula de identidad del Cielo, y allí está clavada su vida en Dios.

Entonces, nuestro paso por la tierra está lleno de la vida celestial.

Y la Asunción de María nos lo recuerda continuamente.

En Ella ha avanzado Jesucristo lo que quiere hacer con todos los miembros de la Iglesia.

Entonces, María en su Asunción se convierte para nosotros en un signo. Lo que Jesucristo ha hecho con su Madre, el miembro más insigne de la Iglesia y modelo nuestro, lo hará también con cada uno de nosotros.

Hoy necesitamos mucho la virtud de la esperanza en una felicidad del más allá. La técnica moderna ha puesto a nuestra disposición unos medios de disfrute de la vida muy grandes. Quienes los tienen, se apegan a ellos de modo que olvidan los bienes eternos. Quienes no los pueden tener, sienten el fracaso en sus vida. -¿Por qué los demás han de disfrutar de la vida y yo no?, se preguntan angustiados.

No podemos negar la razón a estos angustiados, así como no dejamos de ver el peligro que entraña para los satisfechos el abandonar a Dios porque ya tienen aquí todo lo que ansían.

Entonces, para los unos como para los otros, igual que para todos nosotros, la palabra de Jesús nos apunta nuestro destino final: -Cuando me vaya y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros.

¿Y no es éste un pensamiento que nos llena de paz y hasta de alegría verdadera? Es un pensamiento bello, aunque presintamos para nosotros el momento de la partida o bien el fin de un ser querido.

Puesto que somos aquí como María, al final correremos la misma suerte que María.

Ella fue llevada al Cielo porque había sido la morada viviente de Jesús. No podía corromperse en el sepulcro la carne que dio carne a Jesús, el Hijo de Dios, el Resucitado.

Así nosotros, cuando nos vamos, tenemos el mismo fin que María, porque hemos llevado por la Gracia a Cristo dentro de nosotros. Por la Comunión también, lo hemos metido miles de veces dentro de nosotros en la realidad de su misma carne, aunque haya sido de una manera misteriosa, bajo la apariencia de pan.

Si cada vez que nos deja un ser querido pensáramos de él como pensó de María la primera comunidad cristiana, nos daríamos cuenta de la mucha razón que tiene San Pablo cuando escribe que no debemos entristecernos como los que no tienen esperanza, sino mantenernos en una gran serenidad y hasta en la alegría. Porque la vida no se ha perdido. Al revés, se ha cambiado por otra mucho mejor....
Autor: Pedro García, Misionero Claretiano.

viernes, 17 de agosto de 2012

DAME UN POCO DE TU TIEMPO

Sufrir en soledad no es nada fácil. Sufrir con alguien nos permite sentir que en el dolor somos valiosos.

La enfermedad, el dolor, pueden ser aislantes. El que sufre siente la tentación de encerrarse en sí mismo, de guardar el dolor dentro de su alma, de no desvelar un secreto que le pertenece a él, que no puede ser comprendido del todo por los otros.

Pero otras veces la enfermedad nos impulsa a pedir ayuda. Sufrir en soledad no es nada fácil. Sufrir con alguien nos permite sentir que en el dolor somos valiosos, que nuestra incapacidad, nuestra pequeñez, nuestra nulidad, no resultan un obstáculo para que otros nos cuiden, nos amen, nos apoyen.

Las manos de muchos hombres y mujeres que sufren nos aprietan con firmeza. Nos piden una parte de nuestra vida. El enfermo necesita amor, cariño, cercanía, a veces tanto o más que una medicina, que una nueva dosis de calmante. El médico que sabe acariciar la frente de sus enfermos, que les conoce, que les da no sólo su ciencia y su técnica, sino su corazón, hace un bien incalculable. El enfermero o la enfermera que peina a una anciana, que le ayuda a refrescarse la boca, que le cuenta una historia del periódico o le pregunta por sus nietos, ofrece un bálsamo profundo, que llega al corazón. El familiar, el amigo, que pasa horas y horas junto al trabajador o al estudiante víctima de un accidente inesperado, hace un gesto de amor y de cariño que sólo los que han sufrido saben apreciar en toda su grandeza.

Es cierto que vivimos en un mundo de prisas. Es cierto que tenemos mil cosas por hacer. Es cierto que desde muy temprano hemos de luchar contra el tráfico, en medio de mil tensiones y problemas. Pero también es cierto que somos más hombres cuando podemos darnos al que sufre, para que su dolor no sea vacío, para que su pena no lo hunda en la soledad, para que su angustia no lo lleve a la desesperación.

Cuando algún enfermo nos apriete la mano y no nos deje ir, no tengamos miedo. Nos pide un poco de tiempo, pero sobre todo nos pide un poco de amor. Nos ofrece también, quizá sin saberlo, la oportunidad de ser un poco más buenos, de sentir lo hermoso que es ser hombre cuando el amor se convierte en lo más importante. Quizá incluso el enfermo sepa amarnos más de lo que nosotros le amemos. Entonces, de un modo misterioso, nuestro dar se convierte en recibir. Los dos somos así un reflejo de Dios, que supo amar sin buscar recompensa, que dio su sangre en una Cruz porque nos quiso, que ha iluminado cada lecho de hospital con un rayo de esperanza, con una lágrima de alegría. Lágrima de un enfermo y de un sano que supieron dejar algo de sí mismos para vivir, generosos, buenos, junto al que sigue allí, a nuestro lado.
Autor: P. Fernando Pascual LC.