"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

sábado, 19 de diciembre de 2015

Carta al Niño Dios

Quiero adelantarme a los pastores y a los Reyes Magos. Quiero llegar aquí cada mañana el primero. 


Querido Niño Jesús:

Te tengo aquí presente en este rato de adoración. Pienso en ti y te pienso. Sí, parece lo mismo pero en realidad no lo es. Muchas veces pienso en ti, me acuerdo de ti, pero no te pienso. Es como decir que falta algo de camino para que de mi mente llegues a mi corazón. Bueno, en realidad estoy enamorado de ti, pero mucho menos de lo que tú lo estás de mí. Y ese es el camino que quiero recorrer. En el fondo tú ya estás en mi corazón y yo, quizás, ni siquiera he llegado al mío porque me falta tanto amor.

Te agradezco
Hoy quiero agradecerte este esfuerzo de salir de tu cielo para venir a nuestra tierra, a mi tierra de cada día. Tanto tiempo peregrinos en busca de la Tierra Prometida y ahora en ti descubro esa promesa, ese amor, esa ternura: Dios con nosotros, Dios conmigo, Dios para mí, en una cueva, en Belén.

Te tengo en la Eucaristía. Te miro y me miras. No sé quién tiene más admiración, si yo de ti o tú de mí. Me amas y te amo. Naciste ya hecho Eucaristía, hecho pan para comerte, tanta fue tu ternura. Naciste en Belén, que quiere decir "Casa del Pan". Y con razón María te quería comer a besos. Eucaristía anticipada por aquella que te dio la vida.

¿Qué me dices, qué te digo?
Esto es lo que me dices hoy: hay que dar la vida, hacerse alimento para los demás. Cada día dejarse comer, ser Eucaristía para los hombres mis hermanos, tus hermanos. En tu cueva encuentro el ejemplo para lograrlo: la humildad del lugar, el silencio de la noche, la pobreza que elegiste, la mejor compañía: María y José. ¡Qué bien se está aquí contigo! Es una auténtica transfiguración: tu gloria se dibuja en tu pequeñez, tu amor en la sencillez y tu fuerza en tu debilidad. Tres virtudes que deben resonar en mi vida pero la verdad, ¡qué pronto se me olvidan!

Por eso quiero mirarte y aprender de ti como un espejo de amor. Que tu sonrisa me haga sonreír. Que tu sueño me dé paz, que tu silencio me haga aprender a escuchar.

Quiero adelantarme a los pastores y a los Reyes Magos. Quiero llegar aquí cada mañana el primero. Suena egoísta pero es que necesito verte, tocarte, olerte y besarte. Eres carne de mi carne, uno como yo, ¡eres real! Quiero que esta experiencia me acompañe durante el día. ¡He tocado, he visto, he abrazado el Verbo de Dios! ¡Ha dormido en mis brazos y ha llorado junto a mí y por mí!

Ser consuelo de tu corazón es mi mayor deseo. Verte dormir mi mayor paz. Ojalá pudiese vivir mi sacerdocio consolándote y diciéndote: "descansa, ahora me toca a mí". Pero en el fondo sé que tu corazón siempre está velando y soy yo el que es cuidado por ti. Al menos déjame intentarlo, déjame ser consuelo para tu corazón.

¿Qué te puedo regalar?
Con la emoción de verte entre nosotros, Jesús, no te he traído un regalo. ¡Qué despiste! Otros llegarán al rato con regalos preciosos del lejano oriente o con humildes ofrendas de pastor. Y yo, ¿qué te puedo regalar? Mi vida es tuya, ya lo sabes. Te la entregué hace más de 20 años. Soy pobre, aunque no tanto como tú. Algo debe quedarme, seguramente mi corazón te puede ofrecer un mayor amor, un esfuerzo más delicado en mi servicio, un desprendimiento más generoso cada día para encontrarme contigo, superando cansancio, tristeza, miedos y apegos. Sí, creo que este será mi regalo. Te dejaré aquí mi corazón para que te dé calor, te consuele, te entretenga y te alegre. Así cada día tendré que volver temprano en la mañana para alimentarme de tu amor, de tu mirada y de tu bondad. Con tu corazón en el mío caminaré más rápido, haré más bien al mundo, me amaré mejor y amaré a más personas.

Nos unimos en la Eucaristía
La Eucaristía que celebro cada día será nuestro encuentro, nuestro regalo, nuestro alimento y nuestro recuerdo. Nos uniremos y ya no tendremos dos corazones, sino que el mío se fundirá en el tuyo, mi voluntad en la tuya, mi mirada la de tus ojos, mi ternura la de tu amor.

Belén, casa del Pan, cueva silenciosa del milagro de Dios entre los hombres. Eucaristía anticipada hecha vida, ternura y gozo. En tu humilde morada dejo mi corazón en el pesebre.

Despedida
Me retiro antes de que lleguen los pastores. Me voy sin mi corazón pero sí con el tuyo. Qué gran regalo he recibido a cambio de lo poco que te dejo. Tu amor en mi pecho y el mío en tu pesebre. Descansa, duerme tranquilo. Mañana regreso de nuevo. Tu sacerdote por siempre, P. Guillermo Serra, L.C.

NB: no pienses que no me he dado cuenta, ¡tienes la madre más hermosa del mundo!


Por: P. Guillermo Serra, LC
Este artículo se puede reproducir sin fines comerciales y citando siempre el autor y la fuente www.la-oracion

viernes, 18 de diciembre de 2015

El silencio de san José


Reflexiones Adviento y Navidad


Dejémonos "contagiar" por el silencio de san José. Nos es muy necesario, en un mundo demasiado ruidoso, que no favorece el recogimiento.

Por: SS Benedicto XVI 


En estos últimos días del Adviento, la liturgia nos invita a contemplar de modo especial a la Virgen María y a san José, que vivieron con intensidad única el tiempo de la espera y de la preparación del nacimiento de Jesús. Hoy deseo dirigir mi mirada a la figura de san José. (......)

Desde luego, la función de san José no puede reducirse a un aspecto legal. Es modelo del hombre "justo" (Mt 1, 19), que en perfecta sintonía con su esposa acoge al Hijo de Dios hecho hombre y vela por su crecimiento humano. Por eso, en los días que preceden a la Navidad, es muy oportuno entablar una especie de coloquio espiritual con san José, para que él nos ayude a vivir en plenitud este gran misterio de la fe.

El amado Papa San Juan Pablo II, que era muy devoto de san José, nos ha dejado una admirable meditación dedicada a él en la exhortación apostólica Redemptoris Custos, "Custodio del Redentor". Entre los muchos aspectos que pone de relieve, pondera en especial el silencio de san José. Su silencio estaba impregnado de contemplación del misterio de Dios, con una actitud de total disponibilidad a la voluntad divina. En otras palabras, el silencio de san José no manifiesta un vacío interior, sino, al contrario, la plenitud de fe que lleva en su corazón y que guía todos sus pensamientos y todos sus actos.

Un silencio gracias al cual san José, al unísono con María, guarda la palabra de Dios, conocida a través de las Sagradas Escrituras, confrontándola continuamente con los acontecimientos de la vida de Jesús; un silencio entretejido de oración constante, oración de bendición del Señor, de adoración de su santísima voluntad y de confianza sin reservas en su providencia.

No se exagera si se piensa que, precisamente de su "padre" José, Jesús aprendió, en el plano humano, la fuerte interioridad que es presupuesto de la auténtica justicia, la "justicia superior", que él un día enseñará a sus discípulos (cf. Mt 5, 20).

Dejémonos "contagiar" por el silencio de san José. Nos es muy necesario, en un mundo a menudo demasiado ruidoso, que no favorece el recogimiento y la escucha de la voz de Dios. En este tiempo de preparación para la Navidad cultivemos el recogimiento interior, para acoger y tener siempre a Jesús en nuestra vida.



miércoles, 16 de diciembre de 2015

La antigua Navidad


Me gusta recordar cosas de mi niñez y de mi época de adolescente, cuando hoy tengo ya casi setenta y dos años, pero hay momentos en la vida que por alguna razón se te quedan grabados para siempre y cuando se está, digamos en la última etapa de la vida, gusta recordar y se siente cierto regocijo a hacerlo.

Una de las cosas que se me ha quedado muy grabada era la celebración de la Navidad  su preparación y todo lo que rodeaba a estas Fiestas.

Criado, en una Familia Cristiana de siete hermanos, donde se respiraba el verdadero aroma familiar, todos sentados alrededor de una mesa camilla de grandes dimensiones, (tan es así que albergaba dos braseros en su tarima), donde junto a mis  Padres se rezaba el Santo Rosario, donde cada uno contaba las vivencias de ese día, momento en el que los más mayores trataban de sacarnos los colores a los más pequeños, a lo mejor por habernos visto con una niña, por ejemplo.

Pero como les digo en estos días Navideños todo era especial, comenzábamos con la puesta del Belén, en su montaje participábamos todos, junto a mis Padres, que dirigían la obra, pero eran grandes belenes que algunos años ocupaban una habitación completa, y en esa época, las habitaciones eran grandes, más que las de los pisos de hoy día.

Fotografía tomada del Diario Regional Hoy de Badajoz
Así mas o menos eran los Belenes.

La preparación y acarreo de materiales la hacíamos entre todos los hermanos, había que traer mocos de fragua, para hacer la rocas, hierba para realizar las praderas y musgo para decorar algunas partes, no podía faltar la arena, el papel azul para hacer el cielo, papel de plata para las estrellas y así un montón de cosas, pero la mayor dificultad era montar la plataforma sobre la que iría puesto el Belén, era lo peor, ya que en ese época no existía la madera prensada, pero al final la plataforma se montaba y manos a la obra.
Otra de las cosas que había que fabricar sobre la marcha era la instalación eléctrica, que por no existir las guirnaldas era algo que entrañaba su dificultad y había que tratar de que no se vieran los cables.

Teníamos que realizar un circuito para el agua corriente, así poder simular los ríos y charcas.

En toda la instalación tardábamos al menos un par de días, al final  y una vez terminado, lo inscribíamos en un Concurso de Belenes que Organizaba el antiguo Frente de Juventudes. Venia un jurado a visitarlo y calificarlo y luego el dia de Reyes en el teatro López de Ayala (Badajoz), se  organizaba un festival donde se entregaban los premios a los diez primeros clasificados, nosotros hemos llegado a obtener un año el primer premio y varios el segundo.

La figura de Papa Noél, no se contemplaba, no se ponía Árbol alguno, quien no ponía Belén, al menos ponía el Misterio, no existía el consumismo que las grandes firmas comerciales nos han inculcado últimamente.

Eran fiestas muy familiares, se ensayaban villancicos que luego se cantaban delante del Belén, eran días en los que uno estaba mucho más sensible y todas las noches sentados en esa gran camilla de la que antes hablaba, recordábamos y pedíamos por esas Familias que no tenían medios para hacer ninguna celebración, o por aquellas que ese año no la celebrarían por haber perdido a algún miembro de su familia más directa.

Igual que cuando una Madre espera tener un hijo prepara su canastilla, nosotros la hacíamos para el Niño Jesús que iba a nacer, nuestra Canastilla consistía en ofrecer pequeños sacrificios, o determinadas obras que realizáramos y que también eran ofrecidas al Niño Jesús que iba a nacer.

El canto de villancicos lo hacíamos acompañándonos de guitarras, panderetas  y el instrumento más representativo de la Navidad, la zambomba, zambombas que en la mayoría de los casos eran construidas por nosotros mismos.










Todo cuanto estoy contando  rodeaba a estas fechas de un ambiente fraternal y religioso encargándose mis Padres de explicarnos a los más pequeños el verdadero sentido de la Navidad, solo así de esta manera se nos ha quedado grabada para toda una vida la celebración de estas entrañables fechas.

Por la tarde o la mañana del día veinticuatro llevamos la cena a un matrimonio que vivía en una choza muy cerca de nuestro chalet, no se me olvidan ella se llamaba Matilde y estaba muy enferma y el Agustín, eran dos excelentes personas a las que aun recuerdo con cariño.

Tras la cena Familiar de Noche Buena, todos íbamos a la famosa Misa del Gallo a las doce de la noche, en mi caso, por no existir en esa época Parroquia alguna en el Barrio, íbamos a la Santa Misa que se celebraba en la capilla de las Hermanitas de Los Ancianos Desamparados, eran unas Misas muy bonitas donde nos dábamos cita casi todo el barrio creando como una gran familia.

Los regalos venían el día de los Reyes Magos, para de esta forma, no asociar nada al día tan grande como es el nacimiento del Niño Jesús, día que brilla con luz propia.

Hoy en día y en esta sociedad que hemos ido creando, en la que la figura de la Familia se ve tan deteriorada en muchísimos casos, que se ha resaltado la figura de Papa Noél,  done el árbol y los adornos ha sustituido al Belén, donde el  niño asocia el día de la Navidad con los regalos, donde los mayores organizan su cenas o comidas de Empresas, en resumidas cuentas que se le ha ido quitando el verdadero significado a estas tan entrañables y bonitas fiestas.

Pidamos este año al Niño Jesús, nos de fuerza, primero para que vuelva a resplandecer la verdadera Familia, que la Navidad la sepamos celebrar como verdaderos Cristianos y que en todas las casas,  se recen al menos tres Ave María por aquellos más necesitados, por los enfermos, por todos lo que están sufriendo la crueldad de las guerras, para que el Niño Jesús que va a nacer les traiga Paz, Felicidad y sobre todo mucho Amor.


Desearía para todo el mundo, unas Navidades como las que yo recuerdo junto a mis Padres. 


El reto de la Navidad


¿Cómo podremos responder? 


El cristiano sabe muy bien que Jesús nos invita a visitarlo en nuestros hermanos pobres...


Todo cristiano se encuentra ante el reto de la pobreza escogida por Nuestro Señor.  Es el reto de la Navidad. El Mesías prometido no vino como se esperaba sino en pobreza radical.  Al Niño Dios no lo encontramos sino en un pobre establo, acostado en un comedero de animales.
La Virgen y San José estaban allí. Compartieron la realidad de Jesús. No hay otra manera de ser cristiano.  Allí también fueron los pastores y los magos. 
Un bebe es alguien muy hermoso, pero no es un juguete. Dar a luz no es algo casual. Tratemos de entender la preocupación, la angustia de un joven carpintero y su esposa al no tener lugar para el nacimiento. El parto de una mujer es siempre algo tremendo. El parto de María fue virginal, y tuvo  unas gracias únicas que no podemos del todo comprender. Pero no por eso dejo de ser humana. El rechazo, la falta de lugar, de agua limpia, de luz, de ropas, de cama....  Todo eso es la pobreza que abarcó su "si".  Pobreza real. Ella aceptó llena de amor el misterio. La Virgen y San José se llenaron íntimamente de la Luz que brilló en las tinieblas: Jesús. 
Lucas 2:7 «y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento».
¿Donde encontramos a Jesús hoy? El cristiano sabe muy bien que Jesús nos invita a visitarlo en nuestros hermanos pobres. No puede ser solo una visita sino todo un reto a nuestra forma de vida, una decisión de solidaridad.   Por eso el Niño Dios nos da miedo.  Su invitación es muy radical. Preferimos hacer del pesebre una linda y lejana historia romántica que armonice con nuestra opulencia. Pero la conciencia nos sigue pinchando y no tendremos paz ni felicidad hasta que de veras abramos el corazón.




Mateo 25:45 «Y él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo».
Mateo 18:10 «Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos».
Mateo 10:42 «Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa».
¿Cómo podremos responder? 
Requiere amor.  Dios nos da la gracia cuando ponemos en El nuestro corazón.  Hay que meditar el Evangelio y pedir la gracia. Entonces visitamos a los pobres.  Una forma de hacerlo es por medio de alguna comunidad religiosa que trabaje con ellos.  Pero no es suficiente dar "algo" de lejos.  Pidamos que nos permitan servir con ellos a los pobres. Veremos como nace un deseo de ser verdaderamente libres. Los pobres nos benefician mucho más de lo que nosotros a ellos. Por medio de ellos, Dios nos abre al amor. Entonces querremos responder a la necesidad porque el amor nos lo pide.  Nacerá un gozo, el gozo de amar, de darse, que no se puede comparar con el placer de tener cosas.  Es cierto que cuesta, hay que lanzarse y sacrificar muchas cosas, pero así se es libre y se es de Dios. El amor va a cambiar nuestra mentalidad.  Pronto nos parecerá increíble que antes derrochábamos el dinero en tantas cosas.  Ya no podremos hacerlo igual porque el amor es así, se hace uno con el amado, y a los pobres hay que amarlos si amamos a Jesús.
Si tienes una computadora, perteneces a un pequeño grupo de los económicamente privilegiados.  La mayoría de tus hermanos no tienen ni electricidad en sus casas.  Esta Navidad pídele a Jesús nazca de veras en tu corazón. Entonces da los pasos necesarios para que la gracia opere. Vete a los pobres.  Entra en esas casitas que no son diferentes al establo de Belén y veras lo que Dios hará en tu corazón.

Por: Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María | Fuente: corazones.org 

martes, 15 de diciembre de 2015

¡La Navidad es un encuentro!


Reflexiones Adviento


Y caminamos para encontrarlo: encontrarlo con el corazón; con la vida; encontrarlo vivo, como Él es; encontrarlo con fe.

Por: SS Francisco 


Fragmento de la homilía del Papa Francisco en Santa Marta el 2 de diciembre 2013

Prepararse para la Navidad con la oración, la caridad y la alabanza: con el corazón abierto para dejarse encontrar por el Señor que todo lo renueva.

En el Adviento empezamos un nuevo camino, un "camino de la Iglesia ... hacia la Navidad". Vayamos al encuentro del Señor, porque la Navidad no es sólo un acontecimiento temporal o un recuerdo de una cosa bonita.

La Navidad es algo más: vamos por este camino para encontrarnos con el Señor. ¡La Navidad es un encuentro! Y caminamos para encontrarlo: encontrarlo con el corazón; con la vida; encontrarlo vivo, como Él es; encontrarlo con fe. El Señor, en la palabra de Dios que escuchamos, se maravilló del centurión: se maravilló de la fe que el tenia. Él había hecho un camino para encontrarse con el Señor, pero lo había hecho con fe. Por eso no sólo él se ha encontrado con el Señor, sino que ha sentido la alegría de ser encontrado por el Señor. Y este es precisamente el encuentro que nosotros queremos: ¡el encuentro de la fe!

Pero más allá de ser nosotros los que encontremos al Señor, es importante "dejarnos encontrar por Él"

Cuando somos nosotros solos los que encontramos al Señor, somos nosotros –digámoslo, entre comillas – los dueños de este encuentro; pero cuando nos dejamos encontrar por Él, es Él quien entra en nosotros, es Él el que vuelve a hacer todo de nuevo, porque esta es la venida, lo que significa cuando viene Cristo: volver a hacer todo de nuevo, rehacer el corazón, el alma, la vida, la esperanza, el camino. Nosotros estamos en camino con fe, con la fe del centurión, para encontrar al Señor y, sobre todo, ¡para dejar que Él nos encuentre!

Pero se necesita un corazón abierto:¡para que Él me encuentre! Y me diga aquello que Él quiere decirme, ¡que no es siempre aquello que yo quiero que me diga! Él es Señor y Él me dirá lo que tiene para mí, porque el Señor no nos mira a todos juntos, como una masa. ¡No, no! Nos mira a cada uno a la cara, a los ojos, porque el amor no es un amor así, abstracto: ¡es un amor concreto! De persona a persona: el Señor persona me mira a mí persona. Dejarse encontrar por el Señor es precisamente esto: ¡dejarse amar por el Señor!

En este camino hacia la Navidad, nos ayudan algunas actitudes:

  1. ·         La perseverancia en la oración, rezar más;
  2. ·         La laboriosidad en la caridad fraterna, acercarnos un poco más a los que están necesitados;
  3. ·         La alegría en la alabanza del Señor.


Por tanto: la oración, la caridad y la alabanza, con el corazón abierto para que el Señor nos encuentre.

lunes, 14 de diciembre de 2015

LA VIDA ES UNA COPA LLENA DE FELICIDAD

La vida es una copa plena de felicidad, pero nunca se te da llena.
Te dan un sorbito de vez en cuando, un sorbito que tienes que ir llenando gota a gota todos los días, para sobrevivir.
No te la pases agitando tus desgracias, pronosticando tragedias imaginarias, asustado por posibles males que a lo mejor no llegan nunca.
Nacemos para luchar por la felicidad... casi para crearla, para hacerla a pesar de la tristeza, los desencantos, los errores, las malas jugadas y los irremediables imprevistos.
La felicidad no se va buscando en bienes y placeres. Se actúa bien y ella sola se nos va presentando.
La felicidad no es estar añorando y extrañando todo lo que nos falta sino encajar en todo lo que tenemos.
No vendas tu felicidad...¡regálala!
No busques para ella fórmulas sencillas ni baratas... Cuesta trabajo, son caros los ingredientes:
Compartir lo que tienes
Amar sin exigencias
Perdonar sin cicatrices
Aceptar sin perfecciones
Agradecer lo que te dan
¡Y no rendirte nunca!

Todo tiene que ir armonizando...... Del panal, un poquito de miel
Del mar un poquito de sal
De la vida un toquecito de optimismo
De la imaginación, algo de sueño
Del dolor, algo de raíz
¡ Y de la fe, algo de roca!

No somos felices, porque no sabemos como llenar nuestra copa, porque no sabemos dar a la vida un máximo de calidad y rendimiento, porque miramos al mundo como un esclavo, al camino empedrado como un imposible, a la mala suerte como una sombra que nos persigue, ¡ al ideal como algo inalcanzable !
No olvides que la más linda manera de ser Feliz es ocuparse de que otros lo sean.
Da mucho de ti mismo y la felicidad llegará SOLA

Llena tu copa...! y salda tu cuenta siendo Feliz.


domingo, 13 de diciembre de 2015

BENDICIÓN DEL HOGAR

¡Dios mío!, bendice mi casa, para que sea el hogar del amor y la paz.
Bendice, la puerta abierta como dos brazos extendidos que dan la bienvenida a mis invitados.
Bendice, las ventanas que dejan entrar el sol a raudales cada mañana, y por donde se asoman las estrellas del firmamento, que son luces de esperanza para la humanidad.
Bendice, los muros que nos defienden del viento, del frío, del calor, y que son nuestros amigos en las horas que pasamos en la casa.
Bendice, nuestra mesa, y los sitios de trabajo diario para que nos ayudes, y el lugar de reposo para que nos guardes del peligro.
Bendice, el techo que cobija los afanes de hoy, y los sueños de mañana, y que guarda para siempre entre los vivos, la memoria sagrada de los que se han ido al cielo.
Bendice, la luz de la casa, la madre, la fuerza, y el aliento..... el padre, y que sean benditos los hijos, luz de esperanza, y de sueños futuros.
Bendice, los sentimientos, las ternuras, el amor, los anhelos que florecerán en nuestras vidas cotidianas.
Bendice, nuestros pensamientos para que siempre sean puros, y las palabras para que sean rectas, y que nuestros actos en la tierra nos conduzcan a TÍ.
Bendice nuestras horas de paz y de silencio, para que fortalezcamos juntos nuestro espíritu, y este nos lleve puros hacia TÍ.
Bendice, nuestros dolores más profundos, y nuestras alegrías porque son el corazón de la familia.

¡SEÑOR!, QUÉDATE SIEMPRE CON NOSOTROS..... EN TU MORADA..... EN NUESTRA CASA!

sábado, 12 de diciembre de 2015

¡SACÚDETE Y SUBE!

Se cuenta de cierto campesino que tenía una mula ya vieja. En un lamentable descuido, la mula cayó en un pozo que había en la finca.

El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.
El campesino llamó a sus vecinos y les contó lo que estaba ocurriendo y los enlistó para que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo para que no continuara sufriendo.
Al principio, la mula se puso histérica.


Pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una palada de tierra cayera sobre sus lomos... ¡ELLA DEBÍA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA!


Esto hizo la mula palazo tras palazo.
Sacúdete y sube. Sacúdete y sube. Sacúdete y sube!! Repetía la mula para alentarse a sí misma.


No importaba cuán dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo tormentoso de la situación, la mula luchó contra el pánico, y continuó SACUDIÉNDOSE Y SUBIENDO. A sus pies se fue elevando de nivel el piso.


Los hombres sorprendidos captaron la estrategia de la mula, y eso los alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula cansada y abatida pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo.


La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrentó la adversidad.



viernes, 11 de diciembre de 2015

¿QUE ENSEÑARÍAS A TUS HIJOS PARA LA ÉPOCA QUE VIVIMOS?

Que aprendan que lo más valioso no es lo que tienen en sus vidas, sino a quien tienen en sus vidas.

Que aprendan que no es bueno compararse con los demás porque siempre habrá alguien mejor o peor que ellos.


Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame, lo que pueden hacer es dejarse amar.

Que aprendan que "rico" no es el que más tiene, sino el que menos necesita.

Que aprendan que deben controlar sus actitudes o sus actitudes los controlarán.

Que aprendan que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no saben cómo demostrarlo.

Que aprendan que los grandes sueños no requieren de grandes alas sino de un tren de aterrizaje para lograrlos.

Que aprendan que no siempre es suficiente ser perdonados por otros, algunas veces deben perdonarse a sí mismos.

Que aprendan que la felicidad no es cuestión de suerte sino producto de decisiones.

Que aprendan que dos personas pueden mirar una misma cosa y ver algo totalmente diferente.

Que aprendan que, al retener a la fuerza a las personas que aman, las alejan más rápidamente de ellos y, al dejarlas ir, las tienen para siempre a su lado.

Que aprendan que amar y querer no son sinónimos sino antónimos: el quererlo exige todo, el amar lo entrega todo.

Que aprendan que tardas años construir la confianza y sólo segundos destruirla.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Ya te falta poco para nacer....Oh Señor de la historia

Reflexiones Adviento y Navidad


En la mitad del Adviento... ¿Cómo estás nuestros caminos? ...y ahí andamos corriendo, para que no se nos olviden las "cosas" 


¡YA TE FALTA POCO PARA NACER.... OH, SEÑOR DE LA HISTORIA!

En la mitad del Adviento... ¿Cómo estás nuestros caminos?

Todos sabemos que falta poco para que llegue la Navidad....y ahí andamos corriendo, hasta hemos hecho una lista para que no se nos olviden las "cosas" que tenemos que hacer, regalos, alimentos para la cena de Nochebuena o la comida de Navidad.... ¡y los turrones!, ah, eso si no nos pueden faltar y los vinos....otra cosa importante para brindar....

Cada quién, según sus posibilidades, trataremos que esa noche o día, se pueda celebrar lo mejor posible y sobre todo, si es que llega a ser en nuestra casa, quedar con el mejor de los éxitos....

Todo esto está muy bien, pero.... ¿Cómo están nuestros caminos? Los "caminos" de nuestro interior, los "caminos" de nuestro corazón....

Hace muchísimos años, Juan, comenzó a predicar la penitencia, un bautismo para el perdón de los pecados y su arrepentimiento, es tiempo de mortificación por eso vemos que los sacerdotes visten de color morado al celebrar la misa, y todavía muchos miles de años antes, podemos leer al profeta Isaías: "Ha resonado una voz en el desierto: Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos. Todo valle será rellenado, toda montaña y colina, rebajada; lo tortuoso se hará derecho, los caminos ásperos serán allanados y todos los hombres verán la salvación de Dios".

Es ahora cuando ha llegado nuestro tiempo... ¿Cómo preparamos esos "caminos"... sin allanar las crestas de nuestra soberbia, de nuestra altanería... sin poner rectos nuestros deseos de ambición cambiándolos por generosidad, sin suavizar esa aspereza pidiendo perdón o dándolo con un gesto de amor....?

Es el momento de pensar, de "bucear" en nuestro interior para ver si nos hace falta cambiar nuestro modo de ser, cambiar nuestra vida... para poder ofrecer "algo", para poder "regalarle" algo al Hijo de Dios que ya no tarda en llegar, que ya no tarda en aparecer en nuestra Historia, siendo El el Señor y Dueño de la misma, y sin embargo
lo vamos a ver naciendo en la más profunda humildad y solo ý únicamente por amor.

Es tiempo de regalar. y de recibir regalos..., todo está bien.

Pero El solo vino a buscar mi corazón para que lo ame.... ¿se lo daré?......


Por: Ma Esther De Ariño.net