"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

jueves, 3 de noviembre de 2011

¡Nuestros queridos muertos!

No los podemos olvidar delante de Dios, desde el momento que los queremos tanto....
Muchas veces nos hemos preguntado en nuestra América Latina: -¿A qué viene, y cómo se explica, la devoción de nuestros pueblos a los Fieles Difuntos?

No podemos ni queremos establecer comparación con otras culturas no cristianas, que no tienen nuestra esperanza, y que son también muy apegadas al culto de sus muertos. Hablamos de nosotros porque tenemos fe. Sabemos que los que nos precedieron están en el seno de Dios. Y sin embargo, pensamos mucho en ellos, rezamos mucho por ellos, y los muertos están presentes en nuestra familias como lo estuvieron en vida.

No pasa así en otras civilizaciones también cristianas --que se dicen superiores (!)-- y que ante sus muertos se muestran bastante frías...

Hablando, pues, de nosotros, ciertamente que hay dos explicaciones, muy legítimas las dos, y también bastante claras, en este proceder nuestro con los difuntos: el amor familiar y el buen corazón de nuestras gentes.

La primera, el amor familiar, es evidente. Nuestros pueblos conservan, gracias a Dios, un gran apego a la familia. Y es natural que, al llegar este día, sintamos la necesidad de hacer más presentes entre nosotros a los seres queridos que se nos fueron.

La segunda explicación que se da es el buen corazón, que nos hace sentir muy de cerca el dolor de los demás. Y eso de pensar que nuestros difuntos están a lo mejor todavía purificándose en aquel fuego devorador que, según la piedad y la fe cristiana, llamamos Purgatorio, eso nos llega muy al fondo del alma. Y eso es también lo que nos mueve a intensificar nuestros sufragios ante Dios por las almas benditas.

Hablando de esta segunda razón --el buen corazón de nuestros pueblos--, explicaba un prestigioso sacerdote latinoamericano:
- Pasa con los Difuntos como lo que ocurre en nuestros pueblos con el Santo Cristo. Se le tiene una devoción muy especial. Por ejemplo, llega la Semana Santa, y hay que ver las plegarias ante el Señor que sufre y cómo se le acompaña en procesiones penitenciales... Pasa el Sábado Santo con el recuerdo de la Virgen Dolorosa, y dice poco la celebración del Señor que resucita. ¿A qué obedece este fenómeno, a sólo cultura o a un sentimiento muy profundo del corazón?...

Nosotros aceptamos esta realidad: los difuntos nos dicen mucho al corazón, y los recordamos, rogamos por ellos, y los seguiremos encomendando siempre al Señor.

Pero, ¿qué debemos pensar de las penas del Purgatorio, de las cuales queremos aliviar a nuestros queridos difuntos? Aquí deberíamos tener las ideas muy claras. La Iglesia, guiada siempre en su fe por el Espíritu Santo, es quien tiene la palabra. Y lo que nos enseña nuestra fe se puede resumir en dos o tres afirmaciones breves y seguras.

Es cierto que en la Gloria de Dios no puede entrar nada manchado. Quien tenga pecado mortal --que quiere decir esto: de muerte eterna-- no verá jamás a Dios.

¿Y quién no tenga pecado mortal, sino faltas ligeras, apego a las criaturas, amor muy imperfecto a Dios, mezclado con tanto polvo y tantas salpicaduras de fango que se nos apegan siempre?... A la condenación eterna no va el que muere en estas condiciones, pero tampoco puede entrar en un Cielo que no admite la más mínima mancha de culpa.

Para eso está el Purgatorio, que significa eso: lugar de limpieza, de purificación. Lo cual es una gran misericordia de Dios. Si no existiera esa purificación y limpieza, ¿quién entraría en el Cielo, fuera de niños inocentes y de grandes santos que apenas se han manchado con culpa alguna?

San Juan Bautista Vianney, el Párroco de Ars, lo explicaba así en sus catequesis famosas:
- Cuando el hombre muere, se halla de ordinario como un pedazo de hierro cubierto de orín, que necesita pasar por el fuego para limpiarse.

¿Y qué podemos hacer nosotros? Pues, mucho. Al ser cierto que todos los miembros de la Iglesia formamos un solo Cuerpo, y que está establecida entre todos la Comunión de los Santos --es decir, la comunicación de todos nuestros bienes de gracia--, todos podemos rogar los unos por los otros.

Nosotros rogamos por las almas benditas para que Dios les alivie sus penas y las purifique pronto, pronto, y salgan rápido del Purgatorio.

Y esas almas tan queridas de Dios, que tienen del todo segura su salvación, ruegan también por nosotros, para que el Señor nos llene de sus gracias y bendiciones.

Ésta ha sido siempre la fe de la Iglesia Católica.

Esto hacemos cada día cuando en la Misa ofrecemos a Dios la Víctima del Calvario, Nuestro Señor Jesucristo, glorificado ahora en el Cielo, pero que se hace presente en el Altar y sigue ofreciéndose por la salvación de todos: de los vivos para que nos salvemos, y de los difuntos que aún necesitan purificación.

Eso hacemos también con todas nuestras plegarias por los difuntos.

Esto hace la Iglesia especialmente en estos días de noviembre, con una conmemoración que nos llena el alma de dulces recuerdos, de cariños nunca muertos, de esperanza siempre viva...

¡Los Difuntos! ¡Nuestros queridos Difuntos! No los podemos olvidar delante de Dios, desde el momento que los queremos tanto....
Autor: Pedro García, misionero claretiano.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Un cementerio cristiano nunca es triste

La fiesta y el recuerdo de los que nos precedieron en el paso a la otra vida.
El dos de Noviembre es la fiesta y el recuerdo de los que nos precedieron en el paso a la otra vida. ¡Cuántos reos del Purgatorio escapan al cielo el dos de noviembre! Pero muchos se quedan, muchos aún necesitan purgar, aprender a fuerza de dolor que la sensualidad y soberbia a quienes sirvieron no eran su felicidad; con el dolor de la espera, del amor que siente ganas de volar al cielo y aún no puede, tienen que purificarse en humildad, pureza y mansedumbre. Pero este dolor tiene final; dolor fatal el otro, el que no termina, el que siempre está comenzando y doliendo, como el sufrimiento agudo, terrible que llega de improviso. El Infierno es un dolor que eternamente comienza.

Fuimos de noche al Cementerio de Tenancingo; se veía con dificultad, porque las velas junto a los sepulcros estaban agotándose, pero olía a perfume de muchas flores: nardos, rosas, claveles, azucenas.

Un cementerio cristiano nunca es triste, es un bosque de cruces sobre las lápidas que infunden perpetua y profunda paz a ese lugar; imágenes cristianas sobre las tumbas además de la cruz, parecen guardianes seguros de cada difunto; todo el cariño a los seres queridos muertos se resume en los epitafios y en las flores.

El cementerio el dos de Noviembre es un bellísimo jardín que reúne a las familias, recoge todas las flores de los jardines y eleva al cielo las más bellas oraciones.
Autor: P Mariano de Blas LC.

Nota de este Blog:

Cuando recen por sus difuntos, por favor recen al menos tres AVEMARIAS y dejen que Dios la asigne al alma más necesitada.

martes, 1 de noviembre de 2011

Consejos para asegurar tus datos ante el posible ataque a Facebook anunciado por Anonymous que se realizara el 5 de noviembre.

Ante el posible ataque a Facebook, que según varias revistas, como páginas Web, han anunciado para el día 5 de noviembre de 2011, me gustaría advertirle y hacerle las siguientes consideraciones:

Tengan muchísimo cuidado, desde ahora hasta esa fecha, pues tal vez reciban correos electrónicos, mensajes, tal vez eventos en Facebook, en los que le pedirán una serie de datos, promediándoles que con ello quedara su cuenta totalmente blindada ante cualquier ataque que pueda producirse, en el 99,99 %  de los casos, nada más lejos de la realidad.

No den ningún dato sobre su cuenta, su perfil, u otro tipo de dato que le sea requerido, rechace siempre esas peticiones, salvo que esté plenamente seguro y conozca muy bien a la persona o entidad que se lo solicite.
Este tipo de eventos se presta a miles de abusos y robo de información, para más tarde comercializarla o lucrarse de la misma.

Yo voy a aconsejarles una serie de tareas que deberían hacer ante del citado día  cinco de Noviembre.

Punto primero:

Sobre el día uno de noviembre saque una copia de seguridad de todos los datos de Facebook, les digo sobre el día uno, pues los últimos días habrá posiblemente tal demanda que no las puedan realizar.

Para aquellas personas que no saben cómo hacer la copia les pongo los pasos a seguir.

Entre normalmente en Facebook.

Vaya a la pestaña MI CUENTA,  ábrala.

Elija la opción Configuración de la cuenta, pulse esa opción.

Mire muy bien la pantalla que la ha salido, fíjese debajo de IDIOMA, ángulo inferior izquierdo de la pantalla que está viendo, y en letras azules, podrá leer “Descarga una copia de tu información, pulse sobre las letras azules.

Vera que le aparece una nueva pantalla, le explica el contenido que traerá la copia, y en verde vera una opción que pone “Crear mi archivo”, pues pulse ahí.

Le saldrá una nueva pantalla más pequeña donde vera Crear mi archivo, o cancelar. Dele a  Crear mi archivo.

Por ultimo le saldrá una última pantalla y que en el centro de la misma podrá leer:
Recibirás un mensaje de correo electrónico cuando el archivo esté listo para descargar
Pues dele en esta pantalla a la opción  Aceptar.
La copia ha sido pedida, recibirá en la cuenta de correo que tenga dada en Facebook, un correo electrónico, con el enlace para descargarse toda su información en un archivo comprimido. Lógicamente al llegar al enlace le pedirá el nombre de usuario y la clave para entrar en Facebook, la que utiliza normalmente.

Al descomprimir este archivo creara una carpeta llamada Facebook-nombre.apellidos, dentro de esta carpeta creara una con el nombre de nombre.apellidos, ejemplo manuel.murillogarcia, entre en esa carpeta y pulse sobre el archivo index y se abrirá como si estuviera en Facebook, aparecerá fu fotografía del perfil Con su Nombre y Apellidos y todo su perfil, a la izquierda tendrá la opciones, de MURO, FOTOS, VIDEOS, NOTAS, EVENTOS y MENSAJES.
Como puede ver ya tiene toda su información en su ordenador, y es poco el espacio que ocupa.

Punto Segundo:

Ya tenemos salvaguardada nuestra información, pues bien si el ataque está previsto para el día cinco, el tres o el cuatro, quitaría del perfil cuantos más datos personales mejor, para en caso de robo de información no poder ser identificado o localizado, ya que lo único que quedaría serian Nombre y Apellidos, ante un robo o un borrado masivo de información yo siempre tendría una copia, la que antes sacamos, en mi ordenador, y podría una vez restablecido el servicio volver a cargarla nuevamente.

CONCLUSION:

Desconfié de promesas en la que le asegure que su cuenta quedara blindada, lógicamente si atacan el servidor de Facebook (Ordenador de Facebook) en donde estén sus datos, ¿quién le va a impedir que tomen o borren sus datos? ¡¡¡Nadie!!! Luego no se fie y hago verdadero hincapié, nunca den un solo dato, no se fíen de nada. La seguridad es vital en estos casos y seguro que más de uno dará algún dato que comprometerá toda su información.

El día siete si todo sigue funcionando vuelva a rellenar los datos que borro de su perfil, como medida de seguridad, cambien su clave de acceso.
Como puse en el original publicado en su día “Esta nota volveré a publicarla a finales de octubre”, pues aquí la tienen nuevamente.

Espero haberle sido útil, un saludo.
 Manuel Murillo Garcia

Todos los Santos... que están en el Cielo

Todos los que están en la presencia del Señor son santos. Unos en los altares, otros anónimos, pero cerca del corazón del Padre Eterno.
La Iglesia católica recuerda y venera, en este día, a todos los Santos que están en el Cielo.

El objeto de esta fiesta es agradecer a Dios por la gracia que ha concedido a sus elegidos y movernos a imitar sus virtudes y a seguir su ejemplo o a implorar la divina misericordia por la intercesión de tan poderosos abogados.

Todos los que están en la presencia del Señor son santos. Unos en los altares, otros anónimos pero no por eso menos cerca del corazón del Padre Eterno.

Hay santos de todas las edades, de todas las razas y condiciones sociales para mostrarnos que todos los hombres y mujeres podemos y somos capaces de ser santos. Unos nacieron en el lujo de los palacios y otros en humildes chozas. Unos fueron militares, otros comerciantes, magistrados, pescadores, monjas , religiosos, personas casadas, reyes, viudas, esclavos y hombres libres y pecadores.

Los hay que llegaron a la santidad por el martirio y los hay que se santificaron día a día con el cumplimiento de las cosas cotidianas, con las pequeñas cosas. Se santificaron en las circunstancias ordinarias de su vida: lo mismo en la prosperidad que en la adversidad, en la salud o en la enfermedad, en la riqueza o en la pobreza. Siempre supieron hacer, de las circunstancias de su vida un medio de santificación.

En esta fiesta como en las demás conmemoraciones de los santos, es Dios quién constituye el objeto supremo de Adoración y a El va dirigida fundamentalmente la veneración que tributamos a sus siervos, pues El es el dador de todas las gracias.

Nuestras oraciones a los santos no tiene otro objeto que el de pedir y alcanzar que intercedan por nosotros ante Dios, por consiguiente el fervor con que celebremos esta fiesta debería ser un culto de reparación por la tibieza con que dejamos pasar todas las fiestas religiosas del año.

Recordaremos a todos los seres queridos que se han ido y que por la gran misericordia y el amor infinito de Dios están en su presencia y pidámosles que ellos que ya están en el regazo de Padre, nos iluminen para seguir por el camino de salvación.

Mañana, día 2, la Iglesia pedirá por todos los que ya no están con nosotros por ser un día dedicado a los que terminaron su misión en la tierra y que la Iglesia le da el nombre de DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS y que todos conocemos como el Día de Muertos.

Para ellos, nuestro recuerdo lleno de amor y nuestras oraciones. Tal vez no todos han purificado su alma y aún están en la necesidad de nuestras misas y oraciones para llegar a la presencia del Señor, pero de todas maneras es bueno que no olvidemos y pidamos por aquellas almas más necesitadas, porque tal vez no tienen a nadie que en este día las recuerde....

Sin duda, porque así nuestra fe nos lo dice, creemos que los que se nos fueron, no han muerto, siguen viviendo con las potencias de su alma: memoria, entendimiento y voluntad, y por lo tanto su amor sigue haciéndolos estar cerca de nosotros para cuidarnos y guiarnos con más plenitud y profundidad que como lo pudieron hacer aquí en su vida terrena. La vida no termina al separarse el alma de su envoltura ... no morimos nos transformamos y el amor perdura por siempre, eternamente.
Autor: Ma Esther De Ariño.

lunes, 31 de octubre de 2011

Noviembre, mes para meditar

Es el mes en que se habla de la muerte Jesús mio y... no nos gusta. No estamos preparados para ello y tan solo nos causa desasosiego.
El día está desapacible....soledad en la Capilla, la luz roja parpadea y tu estás ahí Señor... y yo como siempre estoy frente a ti y no se por qué tengo un sentimiento de melancolía...debe ser el mes de noviembre. Este mes que nos llena de recuerdos de los seres que ya no podemos ver, lugares vacíos, ecos de voces queridas ... que ya no oímos, siluetas y rostros que llevamos en nuestro corazón, pero...que ya no están.

Es el mes en que se habla de la muerte y los crepúsculos tienen una luz mortecina y el viento que va arrancando las hojas de los árboles nos habla de la proximidad del invierno. Si tuviera color le pondríamos un tono gris, serio y formal, con pinceladas de color cobre y oro....

Es el mes en que el pensamiento de la muerte nos pone inquietos pero solo por unos días pues pronto nos liberamos de este, para seguir, con alegría inconsciente, sumergiéndonos en el bullicio de la vida.

Pensar, meditar en la muerte no nos gusta. No estamos preparados para ello y tan solo nos causa desasosiego. Sabemos que algún día llegará... Tu, Jesús, nos dices: Velad, porque no sabeís ni el día ni la hora. Estad alerta, para no ser sorprendidos.

La muerte ha de llegar, eso no cabe duda, pero tu Señor, nos trajiste la esperanza de la resurrección. Creer en que vamos a resucitar es algo que nos aligera el alma y que en realidad no es la muerte sino una transformación de la propia vida.

Y San Pablo nos dice en su primera carta a los corintios: Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo andan diciendo algunos de entre vosotros que no hay resurrección de muertos?.Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó y si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe. Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos como primicia de los que se durmieron

Esta fe es la que nos alimenta, Señor, y hace que tengamos una esperanza en esa muerte como la puerta hacia la otra vida, hacia la vida eterna.

Pero eso si, ese viaje a la eternidad nos obliga a tener listo "el equipaje", nos hace vivir día a día con el esfuerzo y la voluntad de ser mejores. No podemos despreciar el momento presente para obtener méritos que serán presentados ante tu Juicio, Señor.

Los seres queridos que se fueron nos impelen de mil formas y momentos a que preparemos "ese camino" y ese final de nuestra vida terrena, porque ellos ya saben que el gozo será infinito cuando traspasemos esa temida puerta de la muerte y podamos contemplar el rostro de tu amado Padre, el tuyo , el de tu Santísima Madre y también el de todos los que se nos adelantaron.

Mes de noviembre.... mes para meditar.
Autor: Ma Esther De Ariño.

domingo, 30 de octubre de 2011

Nos faltan palabras para alabarte

Meditaciones de las letanías del Rosario. Tú y yo, requerimos urgente la mano que acaricia, el rostro que se inclina hacia nuestro dolor, el corazón que compadece y suaviza el sufrimiento.

Consuelo de los afligidos
Hoy se buscan calmantes, pastillas contra el dolor, porque el dolor se ha multiplicado por todas partes. Cuando no son las enfermedades del cuerpo, son las tribulaciones del alma. El hombre de hoy, tú y yo, requerimos como algo urgente la mano que acaricia, el rostro que se inclina hacia nuestro dolor, el corazón que compadece y suaviza el sufrimiento. Necesitamos las manos, el rostro, el corazón de María. A todos los que sufren sin esperanza vayamos a decir que tienen una Madre, que los ama mucho.....


Auxilio de los cristianos
Se requería esta ayuda porque, si el Demonio la trae con todos los hombres, principalmente se ensaña con los cristianos. Entrar en el Corazón de María es estar a salvo de todos los peligros. Y si en todo tiempo ha sido necesario este auxilio, hoy más que nunca, pues perece que todo el infierno ha salido de sus antros para hacer daño a la Iglesia y a los cristianos. Por eso, si invocar a María, rezar el rosario siempre ha sido necesario, hoy es de vida o muerte. A los que defienden lo contrario los veremos muertos por el camino, desangrados por ese vampiro infernal.


Reina de los ángeles, de los patriarcas, de los profetas. Reina de los apóstoles, de los mártires, de los confesores, de las vírgenes. Reina de todos los santos.
Nadie quiere estar fuera de su reinado. Hasta los ángeles, que no son humanos, han pedio y obtenido tenerla como Reina. No como Madre, que ese privilegio sólo a los humanos ha sido dado. Pero al menos como Reina. Ningún ángel la llama con el tierno nombre de Madre, sino con el nombre respetuoso de Reina mía.
Los patriarcas y los profetas, que son los grandes del Antiguo Testamento están bajo su protección. Su grandeza ha quedado pequeña ante la Gran Señora y Reina. Así me imagino yo a Abrahán, a Moisés, a Isaías y a los demás besando respetuosamente las manos de quien llevó en ellas a Dios mismo.
Los grandes del Nuevo Testamento son los que entran en esta lista envidiable: apóstoles, mártires, confesores, vírgenes. De todos es la Reina, la que los supera a todos, la que les ha dado la fortaleza en sus batallas, la que les ha guiado hasta el cielo y hasta la santidad. Reina de muchos, Reina de los mejores, porque eres la Mejor de todos.
Reina de los santos. Podría ser reina de ti y de mí, si llegamos a ser tales. Hay que ganarlo con esfuerzo. La posibilidad está abierta, mientras dura la vida. Todos los santos han amado de manera particular a su Reina. Y Dios los premia de manera muy especial en el cielo, por haber honrado tan hermosamente a su Joya.


Reina concebida sin pecado original
El privilegio de la Inmaculada Concepción. Estamos muy de acuerdo con que Dios hiciera una excepción con su Madre, que también es nuestra Madre. Nuestra Madre nació igual a nosotros en todos menos en el pecado original. ¡Bendita Tú, que no pasaste por la amargura del pecado! Así, no manchada por nada, puedes ayudar más eficazmente a los manchados con todos los pecados. Vemos que los doctores y enfermeras se ponen guantes y tapabocas para no contagiarse y poder curar mejor. María no necesita de eso. No necesita antivirus. Más bien los virus mueren en el acto en su presencia. A veces podría uno pensar que, como uno es pecador, si intenta tocar o dar un beso o una flor a María la contamina. No es cierto. Ella no se contagia de nuestra basura, sino que nosotros nos contagiamos de su pureza y de su santidad.


Reina elevada al cielo
Esto está defendido en un dogma, el de la Asunción. Alguien de nuestra raza, alguien muy especial ya está en el cielo en cuerpo y alma. Nuestra Madre nos dice que es verdad lo de los nombres escritos en el cielo; nos dice que vale la pena sufrir todo con tal de ganar el cielo. Nos anima, nos ayuda a conseguirlo. Puedes estar seguro de que para conseguir que tú vayas al cielo María Santísima hará todo lo que está en su mano para lograrlo, lo está haciendo. Déjala hacer, deja que te lleve al cielo, no la estorbes con tu ingratitud.
¡Qué alegría tan profunda y tan pura nos da el saber que nuestra Madre está ya para siempre en el cielo, eternamente feliz..! Solo faltamos nosotros. Ella lo sabe y ruega a diario para lograrlo. Suplica a su Hijo que tenga misericordia. En fin que, si bien fue Jesús el que me mereció la redención, será mi Madre la que al fin lo obtenga. ¡Gracias infinitas, Madre!


Reina del Santísimo Rosario
Es una Madre que nos pide rezar el Rosario. Es Ella y no algún fraile disgustado. Porque Dios mismo ha prometido gracias realmente excelentes. Si rezando el rosario todos los días se obtiene el cielo, díganme si vale la pena rezarlo. Desapreciar esta oración es despreciar a María y despreciar a Dios. Una de las mejores cosas que se pueden hacer es, precisamente, rezar el rosario y hacer que otros lo recen. El Papa instituyó un año del rosario. Nos consta que lo reza diariamente. Todos los grandes santos han sido devotos de María y han tenido un gran aprecio por la oración que más le gusta a la Madre de Dios.


Reina de las familias
Es un título que faltaba en las letanías y que Juan Pablo II se encargo de añadir. Las familias tenían necesidad de una Reina. Y una Reina fuerte, que fuera parte de una familia, abogada y defensora contra un enemigo abiertamente declarado contra las familias, el Demonio. Hoy tiene el maléfico pensamiento de destruir la familia. Y ya ha hecho bastante mal. Pero se le enfrenta su eterna rival, María Santísima. Todos somos miembros de una familia y todos queremos que las familias se sostengan en el amor y en la unidad. Invoquemos a la Reina de la Familia.


Reina de la paz
Tan necesaria en nuestros tiempos. Si invocáramos más a María, si rezáramos el rosario con más frecuencia y devoción se acabarían las guerras, todas las guerras. Está prometido. Pero no lo creemos. Seguimos tercamente empeñados en pelear con nuestras piedras, flechas, espadas, cañones y bombas.
A su Hijo se le llama entre otras cosas, Príncipe de la paz. Pues bien, este príncipe, cansado de que no le hagamos caso, nos ha dicho insistentemente: “ Si quieren la paz, hagan lo que Ella les diga”. Él nos ha pedido que recemos el rosario. Dios mismo ha prometido paz a cambio de rosarios.
María es una Reina bellísima, muy poderosa. María es una Madre amorosísima, la mejor de todas. María es la delicia de Dios. María es la flor más bella que ha producido la tierra. Su nombre es dulzura, es miel de colmena. Dios la hizo en molde de diamantes y rubíes, y luego rompió el molde. Le salió hermosísima, adornada de todas las virtudes, con sonrisa celestial. Y, cuando moría en la cruz, nos la regaló. Esa mujer es mi madre bendita...
Autor: P Mariano de Blas LC

sábado, 29 de octubre de 2011

Alabanzas a La Santísima Virgen

Meditaciones de las letanías del Rosario. Rezarlas con devoción es como ir llenando un cántaro, el de nuestro corazón, de más amor, alegría y admiración.
Rosa mística
Esta letanía la comprenden quienes aman las flores y son capaces de extasiarse ante alguna de ellas. Pues, bien, María es una flor bellísima, la más bella de todas. ¿Te gustan las flores, una rosa, un clavel...? María es una rosa que no se marchita, perfumada siempre, que nos hace mirarla, quererla como la flor más hermosa. La mejor rosa que ha producido la tierra.
Todas las bellas flores acaban marchitándose, no pueden mantener su encanto sino por un tiempo reducido. María ha florecido en el jardín del cielo y no se marchitará jamás. Por eso produce una ilusión perenne, un éxtasis eterno, una ternura inacabable.

Torre de David
La comparación se refiere a la muralla que rodea y defiende la ciudadela de Jerusalén, la Ciudad Santa. Una torre en la muralla es la parte mas fuerte. Así se quiere comparar a María como un bastión inexpugnable en la Iglesia, la nueva Jerusalén, una fuerza imbatible contra los enemigos de Dios y de nosotros, sobre todo del enemigo eterno de Dios y de los hombres, el Diablo. Contra la Torre de David nada puede el Demonio. Lo sabe desde hace mucho tiempo. Por eso él odia a María con todas sus fuerzas y a los hijos de María. Contra Ella y contra Dios nada puede, pero sí puede contra sus hijos. Ahí se centra su venganza. Se podría decir que ahí está la debilidad de Dios y de la Santísima Virgen. Pero depende de nosotros. Si estamos cerca de María no hay nada que temer. Si nos alejamos de Ella, hay que temer todo, y con razón.

Torre de marfil
El marfil es un elemento muy valioso, muy cotizado. Esto pone en serio peligro de extinción a los pobres elefantes que lo producen en sus colmillos. Se quiere significar que María está hecha de material precioso, de virtudes celestiales, de santidad, de pureza.

Casa de oro
Nuevamente se habla de un mineral precioso, el rey de los metales, el oro. Si una casa se construye completamente de oro, su valor es incalculable. Queremos decir que María vale más que el oro, vale tanto que no tiene precio en los mercados. Por ninguna criatura ha apostado Dios tanto como por María. La valora tanto que la ha hecho su Madre. Y nos valora tanto que la ha hecho nuestra Madre. Aquí podemos comprender el amor de Dios a nosotros. La casa de oro se llama María de Nazareth y se llama nuestra Madre.

Arca de la alianza
El Arca antigua de la Alianza era respetada fuertemente por los judíos, por una razón; encerraba las dos tablas de los mandamientos que Dios había revelado a Moisés. María encerró no las tablas de los mandamientos sino a Dios mismo, el autor de la Antigua y de la Nueva Alianza. De ahí que la veneración hacia Ella se alarga y se eleva casi hasta el infinito.
Rezar las letanías con devoción es como ir llenando un cántaro, el de nuestro corazón, de más amor, alegría y admiración. Al final, el cántaro se ha llenado de todas esas hermosas realidades. ¡Qué diferencia de los que las rezan sin amor, distraídos! Su cántaro se llena de nada.

Puerta del cielo
Si el cielo es la felicidad eterna, el lugar donde reside Dios y donde estamos destinados a vivir felices por toda la eternidad, la puerta de entrada es muy importante. Resulta que la puerta se llama María. Al cielo se entra por María. Quien ama a María, quien le tiene gran devoción, tiene el boleto asegurado y la puerta abierta para entrar.
Su sí a Dios abrió la puerta que estaba cerrada. Ella nos abrirá la puerta de la felicidad eterna; nos dará un abrazo cariñoso. y nos presentará a Jesús y al Padre. ¡Cuanta ilusión me da el pensar en ese momento!
A medida que conocemos a la Virgen, nos vamos enterando de su gran importancia en esta vida y en la otra vida. María nos es completamente necesaria e indispensable. Y los que opinan de otra manera, muy su opinión, que respetamos, pero andan muy equivocados.
Abrir la puerta, y encontrarnos con María Santísima es el comienzo del cielo, su preludio, el inicio del éxtasis eterno que comienza...pero no terminará jamás...

Estrella de la mañana
Lucero que precede a la salida del Sol, de Jesús. Estrella del Mar, que orienta a los que andan perdidos. Me llama mucho la atención la devoción que tienen a la Virgen los marineros de muchos puertos. Ellos saben de tormentas, de difíciles momentos pasados en alta mar. Por eso saben también invocar con todas sus fuerzas a la Estrella del Mar.

Salud de los enfermos
María lleva en sus manos y en su corazón la salud, tan necesaria para vivir en plenitud. Por eso, uno de los momentos en que más se invoca a María por parte de todos sus hijos es en la enfermedad. Uno de los momentos en que más necesitamos invocar a María es en los momentos de dolor. Y cuando más se acerca a sus hijos como buena madre es en esos dolorosos momentos...
Salud de los enfermos del alma. Sabe curar enfermedades del cuerpo, pero sobre todo del alma. Ella sabe otorgar algo tan grande como la salud, la paciencia y el amor en la enfermedad. Como buena Madre está a la cabecera de sus hijos enfermos. Y sobre todo en la hora de la muerte. Todos los buenos cristianos mueren en brazos de su Madre, de María. Y morir así, no es triste, todo lo contrario. Cada uno de nosotros nos preparamos la propia muerte. Si queremos morir en brazos de María, digámoselo.

Refugio de los pecadores
Es muy importante que lo sepan todos. El pecador se siente muy solo, terriblemente lejos de Dios y de los hombres. Pero hay un refugio seguro, donde vive una persona muy querida, muy nuestra, tan nuestra que es nuestra Madre. También en el pecado sigue siendo nuestra Madre. Es cuando más la necesitamos, cuando Ella sabe que la necesitamos más. A cuantos ha salvado, incluso en el último instante. No desesperes, mientras exista María.
Un recado urgente, un S.O.S. para todos los que han perdido la esperanza: Mientras exista María Santísima, hay remedio para todos los males, hay perdón para todos los pecados. De todos los títulos hermosos que tiene María, este es el más querido y más aprovechado precisamente por ellos, los pecadores.
Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Quien reza frecuentemente el rosario hace esta petición miles de veces y quien hace una petición miles de veces, la consigue. Mira por donde el rezo del rosario tanto tendrá que ver con nuestra salvación eterna.
Todos conocemos aquella bella reflexión :“Yo les cierro la puerta...pero tu Madre les abre la ventana”. Si tienes miedo de Dios, no lo tengas de María. La Virgen María, la Immaculada, la Madre de Dios no tiene repugnancia de besar las llagas purulentas de sus hijos enfermos.
Autor: P Mariano de Blas LC

viernes, 28 de octubre de 2011

Una sonrisa de María vale más que todos los cariños

Meditaciones de las letanias del Rosario. Ella es la puerta del cielo y la causa de nuestra alegría.
Virgen poderosa

A la más poderosa de las Reinas, Dios no le niega nada. Se le llama La omnipotencia suplicante. Semper vivens ad interpellandum pro filiis suis: Que vive siempre para interceder por sus hijos.
“No tienen vino”, dijo en una boda. Y qué vino más exquisito se bebió en Caná. Los que se acogen a Ella no deben tener miedo a nada. Ni al demonio, ni a la muerte, ni a los peligros.
El rosario parece una oración frágil, y como propia de abuelitas, pero Dios ha querido que sirva para detener los cañones y las bombas. La tierna Virgencita es el terror del infierno entero. Por eso los devotos de María no tienen nada que temer.
Buscar una alianza perpetua con María de Jesús equivale a ser inexpugnable en la lucha por el cielo. Ella es la puerta del cielo y la causa de nuestra alegría. Los hijos de María son personas muy alegres, como su Madre. No se explica que los hijos e hijas de María Santísima se dejen morder por la serpiente de la desesperanza y del temor. No tienen ningún temor.

Virgen clemente

Lo aprendió de Jesús. Es la Madre del Hijo pródigo. Sabe curar las heridas, consolas las penas, enjugar las lágrimas, suavizar todo, perdonar todo. Como Ella no debe juzgar, sólo perdona e intercede por sus hijos.
Cualquier madre es clemente, pero María más que todas juntas. Buena falta nos hace, pues la clemencia la requieren los malhechores. Hemos de saber que los tales no son los que andan en las cárceles, pues cada uno de nosotros, sumando todas sus maldades es un verdadero malhechor que necesita clemencia.. Cuando María intercede ante el Juez divino por uno de sus hijos, obtiene el perdón.
Oh Madre del Hijo pródigo, que aprendiste de Jesús a perdonar, a hacer una fiesta cuando éste regresa a casa. He huido de casa muchas veces, creyendo ingenuamente que sin Dios la vida es más atractiva y emocionante. Cuantas veces he regresado a casa herido, decepcionado, miserable. Tú has sido, junto con Dios, la que me ha puesto un anillo en el dedo, nuevas sandalias a mis pies descalzos, una túnica, y has mandado hacer la fiesta del becerro gordo. Si en el corazón de Dios hay más alegría por un pecador que se convierte, también en el tuyo una de las más grandes alegrías es la de recuperar un hijo perdido, un hijo muerto.
Hay un momento crucial en el que clemencia me es absolutamente necesaria: el día del juicio particular. No dejes de asistir, como abogada defensora, a la cita definitiva en la que se decide mi eternidad.

Virgen fiel

Es uno de sus títulos más grandes. La fidelidad hecha carne de mujer. Fidelidad a Dios, demostrada en su fórmula favorita: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
Fidelidad a sus hijos; aún a los hijos que se pierden los ha amado hasta el último segundo de su vida.
Estaba junto a la cruz... Ella no cayó en la tentación del sueño como Pedro y sus compañeros.
¿Qué más se te podía pedir, Virgen Fiel? Todo lo diste.

Espejo de justicia
 
Espejo de santidad...Es la Inmaculada. El tres veces Santo se refleja en Ella como en un espejo.
Pero no es espejo que, cuando la imagen desaparece, también del espejo desaparece. María es, más bien, una copia muy bien hecha, del Modelo, la más perfecta, hermosa y fiel que se haya dado. María nos aventaja con mucho. Irradia la santidad, la transmite. Quisiera que todos sus hijos se parecieran a Ella. Con más verdad que san Pablo puede decirnos:”Hijos, sed imitadores míos, como yo lo soy de Jesús”.
Debemos parecernos a nuestra Madre. “Sed santos como yo soy santa”, podría decir, al estilo de Jesús. Cualquier virtud adquiere un brillo y un encanto particular en María. Ella no hace amables practicar dichas virtudes. Es una Maestra incomparable que hace amar y apasionarse por la vida cristiana. Queremos ser discípulos en tu escuela, María.

Trono de sabiduría
 
Lugar donde se asienta la sabiduría. La sabiduría del arte de vivir: Maestra del vivir, porque es maestra del amor. Vivir, en su esencia más alta, es amar. Maestra en el arte del amor: Madre del amor hermoso se le llama. Maestra de todas las virtudes cristianas: Enséñame a ser un discípulo excelente.
Por ser la mejor discípula de Jesús se convirtió en la mejor Maestra de los hombres.
Ella nos enseña la sabiduría más alta, la de cumplir la voluntad de Dios, de la santidad. De acuerdo a la frase: “El que se salva sabe, y el que no, no sabe nada”.
Nos enseña la verdad de Dios en las Escrituras. Nos ha dado al Verbo, la Palabra de Dios, de una forma en que le podemos tocar, abrazar, mirar, comer. “Haced lo que Él os diga”. Esta frase pronunciada en las bodas de Caná resuena en todos los corazones de los cristianos. Si le hiciéramos más caso a Jesús, nos iría mucho mejor.
Es una sabiduría humilde. No es fácil hallar sabios humildes, porque la ciencia suele hinchar. María nunca reclamó a su esposo nada, nunca insistió en las preguntas, aceptaba las respuestas que le resolvían solo en parte los misterios.

Causa de nuestra alegría

Ella lo sabe. Se lo recordó a Juan Diego. “¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la causa de tu alegría?”
¿Quién es esa persona? ¿Dónde vive? ¿Cómo se llama? Me muero por verla.
El que se junta con María es un ser alegre por contagio. Porque Ella contagia la alegría a los hijos de Dios.
Su sí a Díos abrió la puerta que estaba cerrada. Nos abrió la puerta de la felicidad eterna. Nos dará un abrazo y nos presentará a Jesús y al Padre.¡Qué ilusión me da el pensar en ese momento!
Las legítimas alegrías humanas tienen color y sabor mariano. Pienso en la sonrisa de María; lo más entrañable de su rostro. Una sonrisa de María vale más que todos los cariños humanos del mundo, por hermosos que sean.

Vaso espiritual, vaso digno de honor, vaso insigne de devoción
Se habla aquí de los vasos sagrados, como son el cáliz y la patena. María es un vaso sagrado, como una patena que ha encerrado al Verbo en sus entrañas; es un cáliz precioso, porque encerró en sus venas la sangre de Jesús, la que se derramaría en Getsemaní, en la flagelación y en el Calvario.
Vaso digno de ser honrado por todos. A María no se le puede faltar al respeto, es una ingratitud y una grosería sin nombre. Pienso en los que, con la Biblia en la mano, predican que María no es la Madre de Dios. Al llegar al cielo, les va a abrir María la puerta. Antes que nada tendrán que pedir atentas disculpas. Y al presentarse ante Dios las disculpas deben ser muy serias, porque, aunque de buena fe, toda la vida dijeron que la Madre de Dios no era su Madre. Eso es muy fuerte.
Cuando se habla de devoción a la Santísima Virgen, a esto se refieren. Por eso los que sinceramente tienen una gran devoción a María están en el justo y recto camino. Dios los bendice y los premia. Amar y bendecir a su Madre, es amarlo y bendecidlo a Él mismo. Si Él dijo: “Todo lo que hacéis a uno de mis hermanos más pequeños me lo hacéis a Mí”, ¿qué decir cuando se lo hacen a la hermana más grande y a su misma Madre? Se lo hacen a Él en persona. No tengan miedo, por tanto, los que aman a María, Madre de Dios. Sepan que cuentan con la bendición de Dios.
Vaso insigne de devoción, es decir que merece nuestra devoción, amor y cariño como nadie.
Autor: P Mariano de Blas LC .

jueves, 27 de octubre de 2011

De María siempre hay algo más que decir

Las letanías del Rosario. Son alabanzas, piropos de amor, de ternura a María.
Madre admirable

De María nunca se dirá todo. No se puede. Siempre hay algo más que decir de hermoso, de dulce, de grande. Las letanías son un amable intento de decir todas las grandezas de María, pero se quedan cortas.
Admirable por sus privilegios: gentilezas de Dios para su Flor: Inmaculada es su nombre, lo que la distingue y la hace brillar en la noche del mundo. Admirable por su sencillez: Tan grande y tan chica. Con una mano toca a Dios Omnipotente y con otra a sus niños de la tierra. “He aquí la esclava del Señor”. Queremos conocer a la esclava más maravillosa del mundo. Sirve en los atrios del Señor. Nos han contado tantas cosas de su santidad, de su belleza. Dicen que sus manos son las más bellas y que las usa solamente para servir, para hacer el bien... Admirable como el paisaje que se mira y se vuelve a mirar y nunca se quiere dejar de contemplar, porque infunde alegría, ternura, admiración.
Oh Madre admirable, maravillosa...Todos los adjetivos se quedan chicos porque eres demasiado grande, santa y hermosa. Quiero mirarme en tus ojos purísimos, en ese océano de amor y pureza para que, por contagio, algo de Ti se pase a mí: algo de tu pujreza, de tu amor, de tu santidad.
Eres un paisaje que han admirado millones de seres antes que nosotros, y detrás de nosotros seguirán admirándote sin cansarse jamás. ¿¡Qué tienes, criatura celestial, que todos se enamoran de Tú...?


Madre del buen consejo

Gentil Pastora que sabe guiar a la vida eterna y a la vida digna de vivirse. “El Señor es mi Pastor”.También quiero decir : María es mi pastora. Maestra insuperable: Dichosos los alumnos de tu escuela, María. Consejera única, porque le asiste el Espíritu Santo en persona.
Yo necesito tu maravilloso consejo para los mil asuntos que ignoro. Yo tengo los problemas y Tú tienes las soluciones. Guíame a la vida eterna, mi destino final, aquello por lo que existo y para lo que fui creado.
Dame algo de tu sabiduría para resolver amablemente las dificultades de miles de hermanos míos que sufren, que lloran y no saben para qué sirve el vivir. Enséñame cuál es el sentido del vivir, de sufrir, de morir. Ayúdame a amar mucho esta vida, pero infinitamente más la otra.
Aconseja al Jesús de la tierra, al Vicario de tu Hijo, a los obispos, sacerdotes...Enséñanos a discernir los engaños del Padre de la Mentira de las luces del Espíritu Santo. Madre del buen consejo, te necesitamos tanto en un mundo lleno de confusión y de sombras...


Madre del Creador

El Creador quiso ser creado en su naturaleza humana y por eso requirió de una madre. Eres madre del Creador por eso, porque le diste la naturaleza humana, un cuerpo de hombre. Madre del que creó el mundo. Por un lado criatura y por otra creadora de la vida humana del Creador. Tú tuviste entre tus brazos y alimentaste al Creador niño. Lo acunaste, le enseñaste a caminar, a hablar, a rezar, a vivir como hombre. Y te obedeció durante treinta años.
Engendradora del Camino, la Verdad y la Vida. Cuánto nos diste a nosotros al darla la vida a Él. Porque hiciste hermano nuestro al Dios, nuestro Salvador. Y Él, a su vez, te convirtió en Madre nuestra también. Y todo por amor de Dios a Ti y a nosotros. Estableciste un parentesco inusitado: Hija del Padre, Madre del Hijo, Esposa del Espíritu Santo, Madre nuestra.


Madre del Salvador

Como el Creador de mundos se hizo Salvador del Hombre, Tú adquiriste un nuevo título y parentesco: Madre del Salvador. Cuando otra mujer escuchó a tu Hijo Salvador pensó amorosamente en Ti. “Bendito el seno que te llevó y los pechos que te criaron”. Te llamó bendita. Te llamamos bendita porque eres la fuente de la fuente de aguas vivas y eres la Madre de la salvación que se llama Jesús. Al dar las gracias a Cristo, volvemos la mirada a quien fue su Madre.
El Salvador debía morir en una cruz< y en una montaña. En esa montaña estuviste Tú. No podías faltar. Allí fuiste nombrada solemnemente madre de todos los salvados. Tu maternidad es inmensa; tus hijos incontables. No sólo fuiste madre del Redentor, sino Corredentora, compañera de martirio como nueva Eva junto al nuevo Adán. Jesús ha salvado al hombre con tu ayuda, con tu sufrimiento. Colaboraste en la salvación de tus hermanos, antes de ser Madre de todos ellos.


Virgen prudentísima

Hablas cuando se requiere y callas cuando debes callar. No hablaste cuando José, ignorante del milagro que crecía en Ti, sufría sin saber. A los doce años de Jesús le preguntaste por qué. Pero cuando Él te respondió con otro por qué, callaste, aunque no tenías la respuesta. Conservabas todas aquellas palabras y misterios en tu corazón.
Pero en Caná hablaste, insististe, porque era necesario el milagro. No sólo conseguiste el mejor vino del mundo, para alegría de los comensales, sino que hiciste crecer la fe de los apóstoles.
Yo suelo hablar cuando debo y también cuando no debo. Y callo, por cobardía, muchas veces que debida hablar. ;e sobra cobardía y me falta prudencia. Virgen prudente, me inscribo en tu escuela para aprender esta difícil virtud.
Te apareces a gente sencilla y humilde, porque no quieres inquietar a los poderosos Eso es también prudencia, Sigues siendo en el cielo la Niña eterna que aquí fuiste..En los primeros siglos de la Iglesia dejaste actuar a Pedro y a los Apóstoles, y Tú actúas y ayudas desde la segunda fila. No quieres ser protagonista.

Virgen digna de veneración, de alabanza

He visto cientos de fervorosas procesiones de la Virgen, altares adornados con millares de flores, las flores más bellas, desde niño. En el calendario abundan las fiestas dedicadas a María, comenzando por la del primero de enero, María Madre de Dios, Esta fiesta invita a colocar el nuevo año en sui corazón.
Un mes primaveral, Mayo, se le dedica entero a la Virgen María. ¿Quién no ha llevado flores a la Virgen en el mes de Mayo? Tanto derroche de flores, ¿por qué? La flor es en sí hermosa, pero además es portadora de cariño, de ternura. En los altares de María hay infinidad de bellas flores, porque es mucho el amor de sus hijos.
Y las advocaciones tratan de obligar a María a quedarse en una región, a emparentar con un pueblo. Y así, la Virgen del Carmen, del Perpetuo Socorro, La Virgen de Guadalupe, Fátima, Lourdes... Así, la Madre de todos se convierte especialmente en Madre de los habitantes de un pueblo, añadiéndole su título particular.
El amor también canta. No podían faltar las hermosas canciones a la Virgen, que, si las juntáramos, serían miles y miles. Lo mejor dela cariño se muestra cantando. Millones de cristianos cantan a diario a su Madre del cielo. El que nunca te lleve una flor o te entone una canción, no sabe nada del amor...
Autor: P Mariano de Blas LC

miércoles, 26 de octubre de 2011

ESTADO DE DERECHO



Escribió un filósofo que toda la maquinaria administrativa, legislativa, judicial y ejecutiva son las instituciones políticas que, entendidas en sentido amplio, son el Estado. Y éste debe estar al servicio de la organización de la sociedad, de la división del trabajo, y de la promoción de las instituciones comunitarias. Hoy día -seguía apuntando- su tamaño es tan grande que puede hacer difícil ver la relación con la vida buena (en el más noble sentido de la expresión), que es el fin de la vida social (Yepes).

He recordado estas ideas -particularmente lo relativo a la vida buena- al escuchar una vez más a Benedicto XVI unos conceptos desgranados en el Reichstag alemán, que son convergentes con los vertidos ante el Parlamento británico y en otros muchos lugares. Anteriormente, en su obra 'Una mirada a Europa', el cardenal Ratzinger escribía que «la moral no es la cárcel del hombre, sino aquello que de divino hay en él». Esta proposición está en consonancia con lo que explicitaba hace unos días ante las Cámaras de su país, recordando cómo en Alemania se pisoteó el derecho hasta transformar el Estado en su instrumento destructor, en una cuadrilla de bandidos muy bien organizada, capaz de llevar el mundo al borde del abismo.

La historia ha demostrado que el hombre se puede manipular a sí mismo, puede privar de su humanidad a otros seres humanos. Entonces -se preguntaba-, ¿cómo reconocer lo justo?, ¿cómo distinguir entre el bien y el mal, el verdadero derecho del que sólo lo es aparentemente? Nunca fue fácil la respuesta a estos interrogantes, aunque es obvio que, en muchos momentos de la historia, se ha luchado hasta la muerte contra lo que se consideraba injusto. Podríamos preguntarnos por qué ha sucedido así tantas veces. Benedicto XVI venía a responder que los ordenamientos jurídicos han estado casi siempre originados por un motivo religioso, si bien la diferencia del cristianismo, con respecto a otras religiones, está en que nunca ha impuesto al Estado un ordenamiento jurídico derivado de la revelación, sino que siempre ha remitido a la naturaleza y a la razón como verdaderas fuentes del derecho.

Después de un recorrido por la filosofía, teología y Sagrada Escritura, recordó que, aunque hasta hace bien poco tiempo parecía clara la fundamentación del derecho, más recientemente se ha producido un cambio dramático de la situación al pensar en el derecho natural como algo propio del mundo católico que no vale la pena considerar. Tras describir brillantemente cómo se ha llegado a la situación de valorar en exclusiva el derecho positivo, afirmó con valentía que «donde la razón positivista es considerada como la única cultura suficiente, relegando todas las demás realidades a subculturas, ésta reduce al hombre, amenaza a la humanidad». Apeló al descubrimiento de la ecología como un darse cuenta de que algo no funcionaba en nuestras relaciones con la naturaleza. Y cuando nuestra vinculación con la realidad no marcha, es preciso revisar el conjunto de la misma. Pues también el hombre es alguien que posee una naturaleza, no se crea a sí mismo y no puede manipular a su antojo. El ser humano goza también de una ecología. Debe replantearse hondamente.

Todo esto hace pensar en la necesidad de volver a los conceptos fundamentales de naturaleza y razón. Kelsen -el gran teórico del positivismo jurídico- abandonó el dualismo ser-deber ser. Antes había afirmado que las normas sólo podían derivar de la voluntad, añadiendo que la naturaleza sólo podría contener en sí normas, si una voluntad las hubiese puesto en ella, lo que supondría un Dios creador. Ahí está el quid de la cuestión: sin Dios, no hay creación, no existe naturaleza, no hay ley natural que sea anterior a cualquier ordenamiento jurídico. El Papa invitaba a reflexionar si la razón objetiva que se manifiesta en la naturaleza no presupone una razón creadora.

Pienso que si no fuera así, no cabría hablar derechos del hombre. Cuando la reina Sofía se refirió a la ley natural, un periódico la tachó de utilizar conceptos obsoletos. Pienso que si ese concepto está acabado, han terminado la libertad y todos los derechos del hombre. Quedamos a merced del tirano, aunque éste hubiera sido elegido por sufragio universal, como sucedió con Hitler. Disfrutaríamos de aquéllos que benévolamente se nos otorgasen. Así está sucediendo con el Estado de Derecho, un estado progresivamente vaciado de su propia naturaleza, justo por legislar cuestiones antropológicas fundamentales sin otra referencia que la decisión mayoritaria.

Buscando ante el Parlamento británico la fundamentación ética de las decisiones políticas, afirmó que el papel de la religión no es proporcionar normas accesibles a la razón como si no pudieran conocerlas los no creyentes; mucho menos proponer soluciones políticas concretas. Su papel consiste más bien en ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos. Con esa ayuda correctora, pienso que la fe ayudará a salvar el Estado de Derecho, la misma democracia y, sobre todo, al hombre. Salomón pidió a Dios un corazón dócil para saber juzgar a su pueblo y distinguir entre el bien y el mal. ¿Buscamos eso?

Autor: Pablo Cabellos Llorente