"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

miércoles, 22 de julio de 2020

¿SABES AMAR?



Estoy aprendiendo...
Estoy aprendiendo a aceptar a las personas, aun cuando ellas me decepcionan, cuando huyen del ideal que tengo para ellas, cuando me hieren con palabras ásperas o acciones impensadas.
Es difícil aceptar las personas como ellas son, sin que sean como deseamos que ellas sean.
Es difícil, muy difícil, pero estoy aprendiendo.
Estoy aprendiendo a amar.
Estoy aprendiendo a escuchar. Escuchar con los ojos y oídos.
A escuchar con el alma y con todos los sentidos.
Escuchar lo que dice el corazón, lo que dicen los hombros caídos, los ojos, las manos inquietas.
Escuchar el mensaje que se esconde por entre las palabras vanas, superficiales.
Descubrir la angustia disfrazada, La inseguridad mascarada, la soledad encubierta.
Penetrar la sonrisa fingida,la alegría simulada, la vanagloria exagerada.
Descubrir el dolor de cada corazón.
Poco a poco, estoy aprendiendo a amar.
Estoy aprendiendo a perdonar. Pues el amor perdona, quita los rencores, y cura las heridas que la incomprensión e insensibilidad lo lastimaron.
El amor no alimenta resentimientos con pensamientos dolorosos.
No cultiva ofensas con lástimas y autoconmiseración. El amor perdona, olvida, extingue todos los esquicios de dolor en el corazón.
Poco a poco...
Estoy aprendiendo a perdonar.
Estoy aprendiendo a descubrir el valor que se encuentra dentro de cada vida, de todas las vidas.
Valor soterrado por el rechazo, por la falta de comprensión.
Cariño y aceptación, por las experiencias desagradables vividas a lo largo de los años.
Estoy aprendiendo a ver,en las personas su alma, y las posibilidades que Dios les dio.
Estoy aprendiendo,
¡Pero cómo es de lento el aprendizaje!,
¡Cómo es difícil amar, amar como Cristo amó!
Todavía, tropezando, errando, estoy aprendiendo...
Aprendiendo a no ver solamente ...mis propios dolores, mis intereses, mi ambición, mi orgullo, cuando estos impiden el bienestar y la felicidad de alguien !
¡¡Cómo es difícil amar, pero estoy aprendiendo!!.


martes, 21 de julio de 2020

EL VERDADERO AMOR



Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio. Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando este se apaga, en lugar de entrar a la hueca monotonía del matrimonio.
El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relató lo siguiente:
"Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó. Mi padre la alcanzo, la levantó como pudo y casi a rastras la subió a la camioneta. A toda velocidad, rebasando, sin respetar los altos, condujo hasta el hospital. Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido. Durante el sepelio, mi padre no habló, su mirada estaba perdida. Casi no lloró. Esa noche sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas. Él pidió a mi hermano teólogo que le dijera donde estaría mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturó como y donde estaría ella. Mi padre escuchaba con gran atención. De pronto pidió: "llévenme al cementerio". "Papá" -respondimos-, "son las 11 de la noche, ¡no podemos ir al cementerio ahora!" Alzó la voz y con una mirada vidriosa dijo: "No discutan conmigo por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años". Se produjo un momento de respetuoso silencio. No discutimos más. Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador, con una linterna llegamos a la lápida. Mi padre la acarició, lloró y nos dijo a sus hijos que veíamos la escena conmovidos: "Fueron 55 buenos años, ¿saben? Nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así". Hizo una pausa y se limpio la cara. "Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis, el cambio de empleo", continuó, "hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad, compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro a partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad, y perdonamos nuestros errores... Hijos, ahora se ha ido y estoy contento, ¿saben por qué?. Porque se fue antes que yo, no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera... ".Cuando mi padre termino de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lagrimas. Lo abrazamos y él nos consoló: "Todo esta bien hijos, podemos irnos a casa; ha sido un buen día". Esa noche entendí lo que es el verdadero amor. Dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, mas bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas."
Cuando el maestro terminó de hablar, los jóvenes universitarios no pudieron debatirle, ese tipo de amor era algo que no conocían.
Reflexión:
Para saber el valor de un semestre: Pregúntale a un estudiante que reprobó el examen final.
Para saber el valor de un mes: Pregúntale a una madre que ha dado a luz prematuramente.
Para saber el valor de una semana: Pregúntale a un editor de la revista semanal.
Para saber el valor de una hora: Pregúntale a los amantes que esperan para verse.
Para saber el valor de un minuto: Pregúntale a la persona que perdió el tren, el autobús o el avión.
Para saber el valor de un segundo: Pregúntale a quien haya sobrevivido de un accidente.
Para saber el valor de una milésima de segundo: Pregúntale al atleta que gano una medalla de plata en las Olimpiadas.
El tiempo no espera a nadie. Atesora cada momento que tienes. Lo atesorarás mucho mas si lo compartes con alguien especial.



lunes, 20 de julio de 2020

ALMAS EN EL HORIZONTE



Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre solo que a veces no la vemos porque nos quedamos paralizados frente a la que se cerró.
No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos... pero otras veces no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.
Deja que crezca el amor en el corazón de otra persona, y si no crece, se feliz porque creció en el tuyo.
Ama hasta consentirte en lo amado y mas aun hasta convertirte en el mismísimo amor.
El amor llega a aquel que tiene fe y espera, aunque lo hayan decepcionado...
A aquel que aun cree y sueña, aunque haya sido traicionado...
A aquel que todavía anhela amar, aunque antes haya sido lastimado...
...Y por sobre todo. llega al que tiene el coraje y la fe de seguir amando sin ser recompensado.
Dejemos que los demás sean auténticos, que sean ellos mismos, de lo contrario amaríamos el reflejo de nosotros en ellos.
No debemos fijar nuestra mirada en lo externo, ya que esto se puede perder en el camino de la vida.
No nos inclinemos tampoco por las cosas materiales, ya que nada es eterno.
Siente por alguien que te comprenda, que te haga sonreír, y que transforme tus amarguras en dulzuras.
Alguien que haga que un día oscuro brille solo para ti.
Alguien que cautive tu corazón y lo libere de sus cadenas... y que lo deje ser libre para sentir de verdad...
Hay momentos en los que uno extraña a alguien sin control, y no sabe por que...
Hay momentos en que nos invade un fuerte deseo de abrazar, besar y querer por siempre...
Es en esos momentos en que sentimos el amor de una manera única... el corazón se pierde en un estallido y vibra el alma tratando de llegar a ese ser que tanto deseamos...
Que bello es soñar con la persona amada, atravesar el tiempo y el espacio para unirse mas allá de nuestra imaginación, en ese mundo en el que soñamos estando despiertos, con sueños tan vivénciales que nos hacen sentir que ese ser esta ahí, solo esperando que demos un paso para cobijarnos entre sus brazos...
La felicidad espera a aquellos que sueñan...
Hay otras puertas que conducen nuevamente al amor...
La felicidad espera a aquellos que tratan de abrir esas puertas y que dejan de mirar la que en un momento los paraliza...
Solo hace falta entregarse a esa nueva ilusión, dejarse consumir por el fuego de esa llama y proponerse no poner límites a esas sensaciones.
Porque el verdadero amor no conoce de límites ni de fronteras y podemos encontrar nuevamente a quien amar, más allá del horizonte.



domingo, 19 de julio de 2020

LA ORACIÓN



«La oración ensancha el corazón, hasta hacerlo capaz de contener el don de Dios. Sin Él, no podemos nada».
«Orar a Cristo es amarlo y amarlo significa cumplir sus palabras. La oración significa para mí la posibilidad de unirme a Cristo las 24 horas del día para vivir con Él, en Él y para Él. Si oramos, creemos. Si creemos, amaremos. Si amamos, serviremos».
«Es imposible comprometerse en un apostolado directo, si no es desde una auténtica oración. Debemos tratar de ser uno con el Padre. Nuestra actividad no será verdaderamente apostólica si no le permitimos obrar en nosotros, a través de nosotros, gracias a su poder, a sus planes y a su amor».
«Para que la oración sea realmente fructuosa, ha de brotar del corazón y debe ser capaz de tocar el corazón de Dios».
«Yo estoy perfectamente convencida de que cuantas veces decimos Padre nuestro, Dios mira sus manos, que nos han plasmado... "Te he esculpido en la palma de mi mano"... mira Sus manos y nos ve en ellas. ¡Qué maravillosos son la ternura y el amor de Dios omnipotente!
«Orad sencillamente, como los niños, movidos por un fuerte deseo de amar mucho y de convertir en objeto de propio amor a aquellos que no son amados».
«Debemos ser conscientes de nuestra unión y de convertir con Cristo, así como El tenía clara conciencia de su unión con el Padre».
«La plegaria perfecta no consiste en una palabrería, sino en el fervor del deseo que eleva los corazones hasta Jesús».
«Nuestras acciones sólo pueden producir frutos, cuando son expresión verdadera de una plegaria sincera».
«Frecuentemente nuestra oración no produce efecto por no haber fijado nuestra mente y nuestro corazón en Jesús, por medio de quien únicamente nuestra oración puede ir directamente a Dios».
«"Yo lo miro y El me mira" constituye la perfecta oración.
«Nunca debiéramos ceder a la costumbre de aplazar nuestra oración, sino hacerla con la comunidad».
«El fracaso o la perdida de la vocación proviene también de la desidia en la oración».
«La oración ensancha el corazón delicado hasta el punto de estar en condiciones de acoger el don del propio Dios».
«Dios se compadece de la debilidad pero no quiere el desánimo».
«"En El vivimos, nos movemos y existimos"».
«No basta orar generosamente, hemos de orar con fervor y devoción».
«El conocimiento que comunicamos debe ser el de Jesús crucificado y, como dice san Agustín: "Antes de dejar de hablar a la boca, el apóstol ha de elevar su propia alma sedienta a Dios para luego poder entregar cuanto ha bebido, vertiendo en los demás aquello de lo cual estamos colmados", o como nos enseña santo Tomás: "Aquellos que son llamados a la labor de una vida activa, cometen una grave equivocación si piensan que su compromiso les dispensa de la vida contemplativa. Tal obligación se añade a aquélla y no la hace menos indispensable"».
«La oración que brota de nuestra mente y de nuestro corazón y que recitamos sin necesidad de leer en ningún libro se llama oración mental».
«Sólo por medio de la oración mental y la lectura espiritual, podemos cultivar el don de la oración. La oración mental es una gran aliada de la pureza de alma».
«Los mejores medios para alcanzar un franco progreso espiritual son la oración y la lectura espiritual».
«Si a ustedes les resulta difícil orar, rueguen insistentemente: "¡Jesús ven a mi corazón, ora dentro de mí y conmigo, hazme aprender de Ti cómo orar"».
«La Misa es el alimento espiritual que me sustenta y sin el cual no podría vivir un solo día o una sola hora de mi vida».
«La cosa más importante no es lo que decimos nosotros, sino lo que Dios nos dice a nosotros. Jesús está siempre allí, esperándonos. En el silencio nosotros escuchamos su voz».
«Debemos amar la oración. La oración dilata el corazón hasta el punto de hacerlo capaz de contener el don que Dios nos hace de Sí mismo».
LA ORACIÓN Y EL SILENCIO
«El silencio es lo más importante para orar. Las almas de oración son almas de profundo silencio. Y lo necesitamos para poder ponernos verdaderamente en presencia de Dios y escuchar lo que nos quiere decir».
«Este silencio debe ser tanto exterior como interior, dejando de lado nuestras preocupaciones. Debemos acostumbrarnos al silencio del corazón, de los ojos y de la lengua».
«El silencio de la lengua nos ayuda a hablarle a Dios. El de los ojos, a ver a Dios. Y el silencio del corazón, como el de la Virgen, a conservar todo en nuestro corazón».
«Dios es amigo del silencio, que nos da una visión nueva de las cosas. No es esencial lo que nosotros decimos, sino lo que Dios nos dice y dice a través de nosotros».
«El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz».


viernes, 17 de julio de 2020

AMIGOS



Hace poco, me di cuenta que cada día conozco nuevas personas que quizás me hacen sentir por un momento bien, me divierten o a lo mejor, solo me hacen pasar malos ratos e intento olvidarlas.
Siento que pocas veces he podido sentarme a pensar sobre lo que en verdad valen para nosotros los amigos, pues como los tenemos ahí siempre, no necesitamos más nada, solo su presencia.
Un día, yo tenía un amigo, un buen amigo, al que le entregué toda mi confianza, al que me cegué porque creí que como yo lo quería, él me quería también... Y no era así, y mis otros compañeros me hicieron abrir los ojos (aquellos que nunca tomaba en cuenta) y abrí mis ojos, y me di cuenta que era verdad, pues solo me recostaba a él, sin pensar en todos los que perdía en esos momentos.
Y cuando empecé a abrirme a ellos pude entender lo que en verdad valen los Amigos, pues: ¿A quién no le gusta que nos llamen para decirnos solo 'hola" y saber cómo estamos? Que al abrir nuestro e-mail, aparezcan cientos de mensajes de ellos, solo para decirnos que les caemos bien, o para mandarnos otra insoportable cadena de amor, que por más que sea, nos hace recordarnos de todos ellos... Nuestros Amigos.
¿No es buenísimo que cuando cumplimos años, todos nos recuerdan y se aparecen en nuestras casas para desearnos un feliz cumpleaños y deseos de que cumplamos muchos más?
Que cuando nos vamos de viaje, ellos intentan localizarnos, pues piensan que nos hemos perdido, o simplemente les hacemos falta.
Que cuando quieren hablar con alguien y contarles sus mayores penas ¡Nos buscan a nosotros! pues nos tienen confianza y sienten que los ayudaremos!
Qué bueno es cuando encontramos a un amigo que nos dice lo que siente en nuestra cara, y no habla detrás de nosotros, siendo hipócritas muchas veces, y puede ser que envidiosos.
Es agradable sentirlos presentes cuando tenemos ganas de llorar, de reir, de gozar un poco más de nuestras vidas.
Qué bueno es cuando nuestros amigos nos dicen: ¡Anoche pensé en tí!, o ¡Soñé contigo!... En realidad creemos siempre que son pocos los que son nuestros amigos, pero pensemos bien, y ese que ahora tú tanto no llamas, o no ves, ¡Tenemos Muchos Amigos! Solo nos hace falta volver a contarlos, y veremos que perderemos la cuenta, porque olvidamos a muchos que nos quieren mucho.