"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

jueves, 16 de noviembre de 2017

El reino de Dios



Homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta
El Papa Francisco pide valentía para hacer crecer el Reino de Dios

Durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, el Papa Francisco pidió a la Iglesia valentía para hacer crecer el Reino de Dios, servirse de la esperanza, aunque parezca pequeña, para sembrar la semilla del Espíritu Santo.
“La esperanza es la que nos da la plenitud –explicó–, la esperanza de salir de nuestra cárcel, de nuestras limitaciones, de nuestra esclavitud, de la corrupción y llegar a la gloria. El camino hacia la plenitud es un camino de esperanza, y la esperanza es un regalo del Espíritu. Es justamente el Espíritu Santo el que, dentro de nosotros, nos proporciona algo grandioso: la liberación, la gran alegría. Por eso Jesús dice: ‘Del interior de una semilla de mostaza, de ese grano pequeño, surge una fuerza que genera un crecimiento inimaginable’”.
Esa fuerza “es el Espíritu Santo que habita en nosotros y que da esperanza”. Francisco explicó que esa fuerza interior, esa esperanza “crece en nosotros no por medio del proselitismo, sino mediante la fuerza del Espíritu Santo”.
En este sentido, el Santo Padre animó a los miembros de la Iglesia a dejar que crezca esa semilla con la fuerza del Espíritu, pues “muchas veces vemos que se prefiere una pastoral de conservación en vez de dejar que crezca el Reino de Dios. Para que el Reino crezca se necesita valentía, la valentía de dejar que crezca el grano y de mezclar la levadura”.
El Pontífice animó a no tener miedo a ensuciarse las manos a la hora de sembrar la semilla del Reino de Dios. “¡Ay de aquellos que predican el Reino de Dios con la intención de no ensuciarse las manos! Esos son custodios de museos: prefieren las cosas bellas antes que el gesto de sembrar y mezclar para que la fuerza crezca”.
Ese es el mensaje de Pablo en la carta a los Romanos: “esa tensión que va de la esclavitud del pecado a la plenitud de la gloria. La esperanza es la que va adelante, la esperanza no decepciona. A veces la esperanza puede parecer pequeña, como también parece pequeño el grano del que surge un gran árbol o la levadura que hace crecer”.
“La esperanza es la virtud más humilde”, explicó el Papa, y concluyó insistiendo en la valentía necesaria para “hacer crecer el Reino de Dios”.
Por: Redacción | Fuente: ACI Prensa/ 31 de Octubre 2017




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miércoles, 15 de noviembre de 2017

Gracias, sólo gracias



Si aprendemos a agradecer, nos daremos cuenta que en nuestro corazón aumenta el deseo de servir, es decir de donarse.

Hoy puede tener más sentido la frase: en vida hermano, en vida... después de la experiencia.

Siempre suele suceder así, que vamos aprendiendo en el camino, y que hay que estar despierto para que nuestros prejuicios o nuestras ocupaciones no nos permitan pasar de largo frente a quien nos esta pidiendo un "te quiero", o simplemente deseando que alguien lo valore.. para poder dar más.

Es verdaderamente una fortuna... desear estar despierto aún cuando las cosas no van como uno desearía.. lo importante es saber dar gracias. Vivir en gratuidad... porque todo es regalo, todo es don.

Un periódico italiano comentaba que el Papa Benedicto XVI, es el Papa de las gracias, porque a todos les da las gracias, a los gendarmes que lo custodian, a su secretario, al que le abre la puerta, a la que le pasa un vaso de agua... ¡que maravilla! Si aprendemos a dar las gracias, creo que nos cambiaría la vida y hasta los estados de ánimo... ¡recibimos tanto y damos tan poco!

Se nos regala un nuevo día, se nos regala las manos con estos dedos que teclean mis ideas y las van esculpiendo en la pantalla de la computadora y mis palabras como huellas llevan una dirección... son para alguien. Se nos regala la tecnología y en cada instante un poco de aire para seguir viviendo, se me regala la fe y la esperanza sin mérito alguno. Y bien se que doy muy poco, por eso tengo deseos de agradecer.

Gracias, sería una nueva palabra que podíamos agregar a nuestro diccionario diario. Pero no solo decirlo, es necesario que esa palabra nazca del silencio, después de tomar conciencia que somos consentidos de Dios, que se nos regala Él mismo en cada Eucaristía, en cada Evangelio.

Es curioso... pero también Dios nos da las gracias, porque nos bendice (bien dice), porque habla bien de nosotros y cuando damos gracias se multiplican las bendiciones y tenemos más para repartir y regalando lo que Dios nos da, más crecemos, somos más cristianos, somos más divinos.

Si aprendemos a agradecer, nos daremos cuenta que en nuestro corazón aumenta el deseo de servir, es decir de donarse. Decir gracias a cada regalo nos conduce a la paz y a la alegría y es que en el mundo siempre hay más bien que mal, hay mas personas buenas que malas y a nosotros Dios nos ha rodeado de personas maravillosas.

Es cierto que tenemos heridas... pero son buenas. Yo mismo soy una persona herida que busca bálsamo para sus heridas y solo en la gratuidad va uno encontrando la alegría siempre nueva del que se encuentra con la sorpresa del regalo.

Ser conciente de que hoy puedo caminar... ¡cómo lo he de agradecer! Darme cuenta que puedo ver... ¡cuánto he de agradecer! Darme cuenta que puedo oír... Todo es regalo, todo tiene su encanto, todo tiene su sorpresa.

Porque el amor hace nueva todas las cosas, el amor hace eterno el instante y es desde ahí donde puedo agradecer.

Gracias, la palabra puede no decirnos nada... pero unida a nuestra existencia puede decirlo todo porque toda nuestra vida será justamente eso "una acción de gracias" después de todo la misma Eucaristía es eso... "ACCIÓN DE GRACIAS".

Toda la vida como un don.. pero es cierto que hay que pasar por la experiencia de la ausencia del don para darse cuenta del valor de la presencia, es necesario, vivir la ausencia del don, para ser conciente de que nada nos corresponde como mérito, que he correspondido muy poco para lo mucho que se me ha dado.

Vivir la gratuidad puede cambiar nuestra vida y nuestra manera de ver la vida... y no lo digo como una "auto-ayuda" sino como la realidad misma de la existencia que veo dibujada en la existencia de Cristo y en su oración: "gracias padre porque así te ha parecido bien" o en la misma actitud de Job: "si de Dios recibimos los bienes porque no hemos de aceptar los males".

Dios nos quiere libres y un corazón agradecido no está atado a la criatura porque bien sabe que no es dueño sino solo administrador de todos los bienes que Dios le ha querido compartir.... y hemos de dar gracias también por nuestras limitaciones que nos hacen vivir en la realidad humana y no angelical y que nos permite vivir en humildad, sabiendo que no merecemos sino que todo se nos da por amor.

Y es verdad que Dios no se entrega a nosotros en pedazos sino que se da totalmente y a pesar de nuestras miserias el sigue hablando bien de nosotros y nos sigue bendiciendo...

Por todo lo anterior que bueno que hoy tengo la oportunidad de decir gracias, por compartir así como soy sin ese afán de llenar expectativas... sin ese afán de perfeccionista ni con la inquietud del "deber ser." Simplemente ser y ser lo que se es.

Que nuestra vida sea Eucarística y al final sea una acción de gracias y podamos dejar está vida con estás palabras: "gracias Padre porque así te pareció bien... "

Qué mayor alegría que recibir los regalos, viviendo cada día como algo totalmente nuevo. Vendrán otros 6 de febrero... vendrán otras horas, pero este día jamás se volvera a repetir... hoy es totalmente nuevo.... por eso hoy quiero que este día sea para tí y para mi... un motivo para decir GRACIAS y sentir muy dentro de nuestro corazón la alegría de saber dar gracias.
Por: P Idar Hidalgo




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martes, 14 de noviembre de 2017

El amor en el servicio



Los primeros depositarios o receptores de ese amor servicial deben ser los integrantes de nuestra propia familia

En una de las ocasiones que los discípulos vinieron a Jesús, le preguntaron quién podría ser el primero de entre todos ellos, y Él les respondió: “el de ustedes que quiera ser grande, que se haga el servidor de ustedes, y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre ustedes, que se haga el esclavo de todos; hagan como el Hijo del Hombre, que no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por una muchedumbre”. (Mateo 20:26-28)
El servicio fue una de las mayores manifestaciones del amor de Cristo hacia nosotros. Desde que inició su ministerio en la tierra, tras ser bautizado por Juan el Bautista, nuestro Señor dedicó su tiempo a enseñar sobre el reino de los cielos, sanar a los enfermos, ayudar a los necesitados, preparar a sus discípulos, ¡resucitar a los muertos!, etcétera.
Debió ser abrumador, día tras día, permanecer en esa actitud de servicio, ver a las multitudes venir en pos de Él en busca de ayuda, y ofrecer siempre compasión y misericordia a aquellos que lo necesitaban. Sin embargo, es obvio que su servicio era una respuesta natural de su amor. Era éste lo que lo impulsaba a continuar haciendo bien a los demás, y a seguir obedeciendo la voluntad de su Padre.
El servicio de Jesús era parte de su naturaleza humilde. Y dicho servicio fue tan legítimo, tan constante y tan extremo, que pronto se convirtió en sacrificio. El Padre lo envió, pero Jesús decidió entregar su vida voluntariamente por todos nosotros, a pesar de que sabía que al final el precio sería la muerte. Su tiempo, su dedicación, su vida entera fueron dedicados a un propósito específico, a una misión única: la salvación de la humanidad, y no se detuvo sino hasta llegar al final, la cruz.
Lo que debe inspirarnos a servir es el amor. El amor a Dios y el amor a los demás. Dice el apóstol Pablo: “Cualquier trabajo que hagan, háganlo de buena gana, pensando que trabajan para el Señor y no para los hombres”. (Colosenses 3:23). Sin embargo, sabemos que también el amor a los demás nos inspira a servirlos cuando tienen alguna necesidad. No para obtener alabanza y mérito, sino por un amor puro, no sólo incondicional sino sacrificial.


Los primeros depositarios o receptores de ese amor servicial deben ser los integrantes de nuestra propia familia, pues ¿cómo podemos ir y amar a otros si no amamos antes a nuestra familia y hacemos nuestro hogar el lugar óptimo para el servicio?
En la respuesta de Jesús a sus discípulos Él utiliza la palabra siervo, pero también la palabra “esclavo”. Si lo pensamos de manera coloquial, ser esclavo de algo o de alguien no hace sentido, especialmente en este siglo, cuando se habla tanto del amor propio, la autoestima, los derechos civiles, la equidad, etcétera. Pero lo que Cristo quería decir es que, cuando una persona decide servir a los demás, sin límites, aprovechando cada oportunidad, o incluso buscando la oportunidad, su dedicación y entrega pueden ser comparables a las de un esclavo, con la diferencia de que el esclavo lo es en contra de su voluntad, pero quien elige ser “esclavo” de otros sirviéndolos lo hace por deseo propio, y lo hace gozoso, no con amargura.
Dios ama a los que se humillan y los exalta; Dios ama a los que sirven y les da un lugar especial; Dios ama a los que aman y los recompensa abundantemente.
Por: Maleni Grider | Fuente: ACC Agencia de Contenido Católico




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lunes, 13 de noviembre de 2017

La omisión, el escándalo y algo más sobre la intención de nuestros actos



Confesión
Para el cristiano el pecado es siempre algo que procede de la libertad interior del hombre. Y una ofensa a Dios

¿A qué se llama escándalo?
+ Escándalo es poner a alguien en ocasión de pecado
- por incitarlo directamente al mal
- por darle un mal ejemplo
- por hacer alguna cosa a sabiendas de que con eso podemos arrastrarlo al mal

El amor al prójimo nos pide que, a no ser que haya una razón de importancia, dejemos de hacer determinadas cosas, incluso aunque no sean malas, si con ellas hacemos que otros cometan el mal, es decir si con ellas los escandalizamos. (Rom. 14, 13 ss; 19 ss; 1 Cor 8,10-13)

En general es fácil cometer escándalo con personas más débiles o inmaduras que uno.
El escándalo es una circunstancia que hace que frecuentemente nuestros pecados sean más graves.
(Mt. 18,6ss)
El que comete escándalo debe repararlo de alguna manera.
Omisión, ¿Que es hacer el bien a los demás?
+ Hacer el bien a los demás es ayudarlos a ser mejores y a vivir con mayor plenitud y felicidad en todos los aspectos de la vida y, en especial, en su dimensión cristiana.

Ej. Ayudarlos a corregir algún defecto, a pasar un buen rato, a aprender cosas buenas, anunciarles el Evangelio, consolar al triste, dar de comer al hambriento, defender al debil, curar al enfermo, ayudar a que los enemigos se reconcilien, instruir al ignorante, trabajar para que haya una política más honrada,...

+ "Aquel que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado" (Santiago 4,17)
+Parábola del Juicio Final: "Lo que ustedes dejaron de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo lo dejaron de hacer, vayanse, malditos, al fuego eterno" (Mt. 25,45)

+Parábola de los talentos: "Siervo malo y perezoso, sabías que cosecho donde no sembré; debías al menos entregado mi dinero a los banqueros y así al volver, Yo habría cobrado lo mío con intereses. A este siervo inútil echenlo a las tinieblas donde hay llanto y rechinar de dientes" (Mt. 25,6)

+Podemos decir que, hablando de la gente que no hace nada malo pero que tampoco quiere hacer el bien, Jesús afirmo que la higuera estéril que ocupa inútilmente la tierra será cortada" (Mc. 11,12-14, 20,21; Mt 8,9)
Posibles omisiones que posiblemente hemos cometido:


La defino como "el bien que podemos hacer y no hacemos"; he ahí tal vez el más grande pecado que cometemos, quedándonos de brazos cruzados.

Justificamos nuestra indiferencia diciendo "eso no tiene que ver conmigo", "yo no tengo la culpa" y otras frases de cajón, que adormecen la conciencia ante aquello que pudiéndolo dar, no lo dimos.

La lágrima que vimos rodar en el rostro de quien camina a nuestro lado y por no querernos involucrar, no la enjugamos... El papel que tirado en el piso, no lo recogimos; porque fue otro quien lo arrojó, nosotros no lo hicimos...

El pedazo de pan que no compartimos, porque nadie nos lo regaló, de nuestro propio esfuerzo lo obtuvimos... El no querer trabajar un minuto más, porque el contrato dice el tiempo exacto con el cual nos comprometimos...

La riña que no quisimos evitar, para no meternos en problemas que no son míos, la herida que no quisimos curar, porque no fuimos nosotros quién la hicimos... 
La palabra de aliento que nunca regalamos, a quien encontramos afligido; por temor o por cualquier cosa que justifique ese bien que pudiéndolo hacer, omitimos...

El tiempo que negamos para escuchar a alguien que necesitaba hablar; diciendo que no hay tiempo que perder, aún hay mucho por hacer y trabajar... 
La limosna que no ofrecimos, porque no queremos contribuir a la mendicidad y ociosidad; la mano que no estrechamos para que otros no piensen mal y no sentirnos juzgados...

La respuesta igual de desagravio que al que nos hirió le dimos; porque si callamos y no nos vengamos, creerán que somos idiotas y pueden siempre herirnos y pisotearnos... 
La sonrisa que no regalamos a aquel que encontramos en el camino, porque no tiene nada que ver conmigo...

La oración que no elevamos por el que nadie oró, el perdón que no ofrecimos, la carta que alguien esperó y nunca escribimos; la visita a ese enfermo que solo quedó en el olvido, tanto pero tanto bien, que pudiéndolo hacer, por mil excusas que inventamos para justificarnos, no lo hicimos...

Esa es la rutina en la que a diario vivimos, ese es el camino que se nos presenta cada día pero que no elegimos; porque nos dejamos llevar por lo que dicen y hacen los demás; pensamos en el bien propio e ignoramos lo que siente, piensa y necesita el resto de la humanidad...

Vivimos creyendo que con hacer lo que nos toca o evitar realizar algún mal, nos hemos ganado el cielo, y ya somos buenos... No nos damos cuenta que estamos haciendo lo que no nos cuesta, somos igual que los demás; es más valioso marcar la diferencia, si nos esforzamos un poco más en regalar amor al que lo ha de necesitar; eso es lo que nos hace semejantes a Dios; quien para salvar la humanidad, hizo realidad el amor, y no se conformó con sanar y predicar; sino que inventó una nueva definición del amor, algo que le da su inigualable valor, y es ser capaz de amar tan al extremo que la vida dar por amor... y no sólo lo dijo, sino que así lo vivió, porque por amor, su vida en la cruz entregó... 

¿Qué es una confesión sacrilega?
El que calla voluntariamente en la confesión un pecado grave, hace una mala confesión, no se le perdona ningun pecado, y además añade otro pecado terrible, que se llama sacrilegio.

 Todas las confesiones siguientes en que se vuelva a callar este pecado voluntariamente, también son sacrílegas.
Pero si se olvida, ese pecado queda perdonado, porque «pecado olvidado, pecado perdonado». Pero si después uno se acuerda, tiene que manifestarlo diciendo lo que pasó.

Para que haya obligación de confesar un pecado olvidado, hacen falta tres cosas: estar seguro de que:
 a) el pecado se cometió ciertamente.
b) que fue ciertamente grave.
c) que ciertamente no se ha confesado.
Si hay duda de alguna de estas tres cosas, no hay obligación de confesarlo. Pero estará mejor hacerlo, manifestando la duda.

(Num. 89.Libro Para Salvarte. P.Jorge Lorign SJ.)


¿Por qué se dice que a fin de cuentas lo que marca la mayor gravedad de nuestro pecado es la intención?
+ Porque "la intención", entendida tanto como el "deseo expreso" con el que hacemos algo o como "la finalidad" por la que lo hacemos, es la que hace que una acción y sus circunstancias sean realmente "nuestros".

La intención es la que les da a nuestros actos su verdadero valor de bondad o maldad, más que la cosa misma que hacemos.

Experimentamos más dificultad en perdonar aunque sean cosas pequeñas, cuando se capta que alguien nos está haciendo algo con verdaderos deseos de fastidiar, que cuando otros nos hacen cosas más graves pero sin una intención tan clara: esto indica que la intención es la que determina finalmente la gravedad de una ofensa.

¿Cuándo el pecado mortal nos lleva a lo que la Biblia llama la "segunda muerte" (Ap.21,8) es decir, a la muerte o condenación eterna?
+ El pecado mortal nos lleva a la muerte eterna o infierno cuando morimos en él sin arrepentimiento, es decir, cuando marca la decisión definitiva de separarnos de forma radical y para siempre de Dios y del prójimo.1

Más allá de la muerte no hay posibilidad de cambiar el destino que el hombre ....
 Ahora bien, como la muerte pone fin a la vida, el arrepentimiento se hace ya imposible, porque después de la muerte ya no habrá posibilidad de arrepentirse2

¿Cuáles son algunas maneras comunes pero imperfectas de entender lo que es el pecado?
Para el cristiano el pecado es siempre algo que procede de la libertad interior del hombre. Y una ofensa a Dios.

a) Muchos entienden por pecado el "hacer algo malo, pero sin relación con Dios" a quien ni siquiera tienen en cuenta.
Para el cristiano el verdadero pecado implica siempre una relación negativa para con Dios.

b) Otros lo definen como un "ir en contra de los 10 mandamientos" o "una transgresión a la ley Divina" (Cfr. Diccionario Larousse), pero entendiendo que el pecado es algo malo, no por ser malo en sí, por ser una mera desobediencia o trasgresión a la ley.

c) Otros consideran el pecado como algo que mancha o degrada al hombre en lo más intimo de su ser, pero simplemente por el hecho de haberlo cometido, aunque sea involuntariamente.
Por ejemplo: En el sistema legalista judío quedabas manchado o impuro por haber tocado cosas "impuras" aun sin querer. (ej. Lev. 11, 31-45; 15, 19-30)

¿Hay alguna ocasión en la que uno cometa pecado aunque no se esté dando cuenta de lo que hace?
+ ¡Sí! Cuando haces voluntariamente algo malo que te lleva luego a hacer otras cosas malas, también cometes pecado en estas otras cosas, aunque ya no te dés cuenta de ellas.

Ejemplo:
- Un drogadicto o un borracho que sabe que van a hacer cosas malas si toman drogas o alcohol y, sin embargo los comienzan a tomar, son responsables de lo que hacen.
   Por eso se dice que el alcoholismo no sólo es una enfermedad, sino también un vicio.
 - Un estudiante de medicina que sabe que, si no estudia bien, luego va dar medicinas equivocadas, será responsable del daño causado al prójimo ( o se puede aplicar a cualquier otra profesión)
-  En general el que por flojera es un ignorante, puede ser responsable de actos malos, que luego hace sin darse cuenta de su maldad, aunque su pecado es propiamente la ignorancia y la flojera.

A estos pecados los moralistas los llaman voluntarios "en causa", porque tú pusiste voluntariamente la causa que los produjo.
Esto indica que hay continuidad y conexión entre todos los actos de mi vida y que, por eso, soy responsable no sólo de mi presente, sino también de mi futuro; y que, si conozco las consecuencias futuras de mis actos presentes libres, soy responsable, de alguna manera, ya ahora, de esas consecuenciasd o efectos buenos o malos.

¿Qué quiere decir que el pecado se comete sólo "queriendo"?
+ Quiere decir que si uno hace una cosa sin darse cuenta de lo que está haciendo o sin decidirlo interiormente, eso no es pecado; tanto menos es pecado si lo fuerzan física o psicológicamente a uno para hacer el mal.

Ejemplos:
+ Si hice que se tropezara un compañero sin querer, no cometí "pecado", aunque sí hice algo malo
+ Lo que hace o piensa uno en sueños o sonámbulo, no es pecado, porque lo hace uno sin querer
+ Si un niño rompió cinco platos juntos sin querer, no cometió ningun pecado, aunque su mamá se haya puesto furiosa por el daño que causó
+ Si llegué a clase sin haber hecho una tarea porque se me olvidó que era para hoy, no cometí pecado. aunque el maestro me haya castigado por no haber cumplido mis deberes
+ Un enfermo de alcoholismo, aunque se dé cuenta de que está tomando vino y sepa que le está haciendo daño, no comete pecado si no puede decirle que no a su organismo: su verdadero pecado está en el momento de comenzar a tomar cuando habría podido haber dicho "no".

Una cosa es que uno sea consciente de lo que hace o de lo que le sucede, y otra cosa es que sea capaz física o moralmente de evitarlo. El crecer en libertad es crecer en responsabilidad.

Ejemplo: Un "cleptómano" puede ser muy consciente de sus actos, pero no tener la libertad necesaria para dejar de robar; puede ser como el adulto enfermo que al orinarse se da cuenta pero no tiene el control.

¿Qué quiere decir que el pecado se comete sólo "sabiendo"?
+ Quiere decir que si no sabes que una cosa es mala, no cometes pecado aunque la éstes haciendo o la hayas hecho.

Ejemplos:
+ Si un niño no sabía que quemar una llanta causaba daño al aire que respiramos, no estaba cometiendo pecado aunque lo hacía.
+ Si una persona no sabe que un alimento o bebida le hace mal, no comete pecado aunque se lo esté comiendo o bebiendo.
¿Qué quiere decir que el pecado sólo se comete "pudiendo"?
+ Quiere decir que si no tenemos capacidad física o moral para hacer una cosa buena o para evitar una cosa mala, no cometemos pecado.

Ejemplos:
+ Si tú, por no saber nadar, no puedes ayudar a una persona que se está ahogando, no cometes pecado.
+ Si no puedes ir a Misa porque estás enfermo, no cometes pecado.
+ Si atropellaste a una persona mayor con tu bicicleta, porque no sirvieron los frenos o porque se te atravesó y no pudiste ya frenar, no cometiste pecado.
+ Un niño chiquito cuando no tiene la capacidad para comprender si algo es malo, no comete pecado si lo hace.
+ Una muchacha o un niño a los que no dejan salir solos, no cometen pecado si un domingo no van a Misa porque no los llevaron.
+ Si te mandan varias cosas que no puedes hacer al mismo tiempo y tú haces solo lo que piensas que es más importante, no cometes pecado al no hacer lo demás.
Por: Catholic.net | Fuente: Moral básica, moral de la confesión / Varios




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