Puedes
ponerte en presencia de Dios y presentar tus no sé a Cristo, escuchando
cómo Él te va respondiendo.
La oración es fácil y difícil a la vez.
Es fácil porque es Dios el que toma la iniciativa y a nosotros nos toca
responder. Es difícil porque nos gustaría "saber" muchas cosas en
esta relación con Dios, pero con humildad tenemos que reconocer que no sabemos.
Pero es precisamente en este "no saber" donde encontramos una gran
riqueza si dejamos que Jesús nos hable...
Les presento una oración sencilla para poder rezar con humildad aprovechando nuestras debilidades.
1. Mi alma le dice a Jesús: no sé, y Jesús le contesta a mi alma...
Mi alma: no sé qué decir...
Jesús: es que no tienes que decir nada, tan sólo escucha.
Mi alma: no sé cómo comenzar...
Jesús: es que no hay que comenzar lo que inició desde toda la eternidad. Yo te amé con amor eterno.
Mi alma: no sé cómo entrar en presencia de Dios...
Jesús: me tienes dentro, busca bien, eres templo de Dios, haz silencio
Mi alma: no sé qué hacer en la oración...
Jesús: no tienes que hacer nada, sino dejarte mirar por mí, escucharme, lo demás, llega sólo.
Mi alma: no sé cómo escuchar...
Jesús: mi Palabra es eterna, inclínate hacia tu corazón, escúchalo, ahí está grabada
2. La oración del no sé en algunos personajes del Nuevo Testamento
Magdalena: no sé perdonarme...
Jesús: no tienes que perdonarte, Yo te perdono y te levanto con dignidad, porque eres hija de un Rey.
Tomás: no sé cuál es el camino...
Jesús: ¿no ves el camino? Soy Yo, tócame, si te sujetas de mí y caminas a mi lado ya estás en el Camino y llegarás a la Verdad y la Vida.
Felipe: no sé quién es el Padre, no lo veo...
Jesús: quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. Yo hago lo que es de su agrado.
Pedro: no sé caminar sobre el agua...
Jesús: fija en mí la mirada y podrás caminar sobre cualquier obstáculo. Si quitas tu mirada, te hundirás.
Samaritana: no sé dónde puedo saciar mi sed...
Jesús: ven a saciarte en mi fuente, Y soy el Agua que salta hasta la vida eterna.
Lázaro: no sé cómo asumir el dolor y la muerte...
Jesús: ¡no temas!, Yo Soy el Médico y la Medicina; la Resurrección y la Vida. El que cree en mí no morirá para siempre.
Zaqueo: no sé cómo llenar el vacío de mi vida...
Jesús: déjame entrar en tu casa y llenarte con mi compañía.
Juan: no sé permanecer de pie junto a la cruz sin sentirme desfallecer...
Jesús: si te caes, yo te sostendré. La fidelidad pasa por la valentía de reconocer que sin mí nada puedes, que tu fuerza soy yo.
Marta: no sé qué hacer con mis cansancios y preocupaciones...
Jesús: siéntate a mis pies, escucha mis Palabras, no te afanes tanto, no necesito que hagas mucho sino que ames mucho.
Buen ladrón: no sé cómo reparar mi daño, devolver lo que he robado...
Jesús: déjame robarte el corazón y llevarlo conmigo al cielo.
3. Ejercicio para la oración:
Puedes ponerte en presencia de Dios y presentar tus no sé a Cristo, escuchando cómo Él te va respondiendo y así, dejar que te llene de su sabiduría. Nosotros no sabemosÉl es la sabiduría infinita que nos ama, nos conoce y nos abraza.
Nos quiere enriquecer y por eso: "si quieres saber algo, no quieras saber algo en nada" (San Juan de la Cruz, Subida al Monte Carmelo)
Este artículo se puede reproducir sin fines comerciales y citando siempre el autor y la fuente www.la-oracion
Les presento una oración sencilla para poder rezar con humildad aprovechando nuestras debilidades.
1. Mi alma le dice a Jesús: no sé, y Jesús le contesta a mi alma...
Mi alma: no sé qué decir...
Jesús: es que no tienes que decir nada, tan sólo escucha.
Mi alma: no sé cómo comenzar...
Jesús: es que no hay que comenzar lo que inició desde toda la eternidad. Yo te amé con amor eterno.
Mi alma: no sé cómo entrar en presencia de Dios...
Jesús: me tienes dentro, busca bien, eres templo de Dios, haz silencio
Mi alma: no sé qué hacer en la oración...
Jesús: no tienes que hacer nada, sino dejarte mirar por mí, escucharme, lo demás, llega sólo.
Mi alma: no sé cómo escuchar...
Jesús: mi Palabra es eterna, inclínate hacia tu corazón, escúchalo, ahí está grabada
2. La oración del no sé en algunos personajes del Nuevo Testamento
Magdalena: no sé perdonarme...
Jesús: no tienes que perdonarte, Yo te perdono y te levanto con dignidad, porque eres hija de un Rey.
Tomás: no sé cuál es el camino...
Jesús: ¿no ves el camino? Soy Yo, tócame, si te sujetas de mí y caminas a mi lado ya estás en el Camino y llegarás a la Verdad y la Vida.
Felipe: no sé quién es el Padre, no lo veo...
Jesús: quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. Yo hago lo que es de su agrado.
Pedro: no sé caminar sobre el agua...
Jesús: fija en mí la mirada y podrás caminar sobre cualquier obstáculo. Si quitas tu mirada, te hundirás.
Samaritana: no sé dónde puedo saciar mi sed...
Jesús: ven a saciarte en mi fuente, Y soy el Agua que salta hasta la vida eterna.
Lázaro: no sé cómo asumir el dolor y la muerte...
Jesús: ¡no temas!, Yo Soy el Médico y la Medicina; la Resurrección y la Vida. El que cree en mí no morirá para siempre.
Zaqueo: no sé cómo llenar el vacío de mi vida...
Jesús: déjame entrar en tu casa y llenarte con mi compañía.
Juan: no sé permanecer de pie junto a la cruz sin sentirme desfallecer...
Jesús: si te caes, yo te sostendré. La fidelidad pasa por la valentía de reconocer que sin mí nada puedes, que tu fuerza soy yo.
Marta: no sé qué hacer con mis cansancios y preocupaciones...
Jesús: siéntate a mis pies, escucha mis Palabras, no te afanes tanto, no necesito que hagas mucho sino que ames mucho.
Buen ladrón: no sé cómo reparar mi daño, devolver lo que he robado...
Jesús: déjame robarte el corazón y llevarlo conmigo al cielo.
3. Ejercicio para la oración:
Puedes ponerte en presencia de Dios y presentar tus no sé a Cristo, escuchando cómo Él te va respondiendo y así, dejar que te llene de su sabiduría. Nosotros no sabemosÉl es la sabiduría infinita que nos ama, nos conoce y nos abraza.
Nos quiere enriquecer y por eso: "si quieres saber algo, no quieras saber algo en nada" (San Juan de la Cruz, Subida al Monte Carmelo)
Este artículo se puede reproducir sin fines comerciales y citando siempre el autor y la fuente www.la-oracion
Por: P. Guillermo Serra, L.C | Fuente: la-oracion.com