"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

martes, 7 de julio de 2020

DECÁLOGO PARA VACACIONES


Meditación. Una guía muy útil
1. Vive la naturaleza. En la playa, en la montaña, en la serranía, descubre la presencia de Dios. Alábale por haber hecho la naturaleza tan hermosa.
2. Vive tu nombre y condición de cristiano. No te avergüences en verano de ser cristiano. Falsearías tu identidad.
3. Vive el domingo, que en vacaciones sigue siendo el Día del Señor. Dios no se va de vacaciones. Tienes más tiempo libre, acude a la Eucaristía dominical.
4. Vive la familia. Dialoga, juega, goza con ellos sin prisas. Reza en familia. Asiste al templo también con ellos.
5. Vive la vida. La vida es el gran don de Dios, no hagas peligrar tu propia vida, y evita riesgos a la vida de los demás.
6. Vive la amistad. Desde la escucha, la confianza, la ayuda, el diálogo, el enriquecimiento y el respeto a la dignidad sagrada de las demás personas.
7. Vive la justicia. No esperes que todo te lo den hecho. Otros trabajan para que tú tengas vacaciones. Ellos también tienen sus derechos. Respétalos y respeta sus bienes.
8. Vive la verdad. Evita la hipocresía, la mentira, la crítica, la presunción engañosa e interesada o la vanagloria.
9. Vive la limpieza de corazón. Supera la codicia, el egoísmo y el hedonismo. Vacación no equivale a permisividad.
10. Vive la solidaridad. No lo quieras todo para ti. Piensa en quienes no tienen vacaciones, porque ni siquiera tienen el pan de cada día. La caridad tampoco toma vacaciones.
Estos diez puntos se resumen en dos: En vacaciones, sigue acordándote de Dios y del prójimo.

Y ESTE AÑO AÑADE: PONDE LA MASCARILLA Y GUARDA LAS DISTANCIAS DE SEGURIDAD,  SI NO LO HACES ESTARAS JUGANDO CON LA VIDA DE LOS DEMAS, EN DEFINITIVA SE PRUDENTE, SE SOLIDARIO.


lunes, 6 de julio de 2020

LO QUE LE DIRIA A UN AMIGO O AMIGA



Gracias por haberme brindado tu amistad
Gracias por darme tu mano cuando mas la necesité
Gracias por ser quien eres
Gracias por la sonrisa que me has brindado
Gracias por darme la alegría
Gracias por el abrazo necesitado
Gracias por abrirme el corazón
Gracias por el consejo oportuno
Gracias por tu cariño
Gracias por tu comprensión
Gracias por tu apoyo incondicional
Gracias por las palabras de aliento
Gracias por todo lo que me has podido dar
Gracias por ser mi amigo
Gracias por no defraudarme
Gracias por el amor que tú me das
Gracias por decirme la verdad
Gracias por lo bello y grato que me has dado
Gracias por los momentos felices y agradables que me has dado
Gracias por ser tú quien me ha enseñado a llamar por su nombre a las cosas...
Gracias
Pero sobre todo te doy las GRACIAS POR HACERME MUY FELIZ.


domingo, 5 de julio de 2020

ASÍ SON LOS VERDADEROS AMIGOS



Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por una calle.
Después de mucho caminar, el hombre se dió cuenta que los tres habían muerto en un accidente.
Hay veces que lleva un tiempo para que los muertos se den cuenta de su nueva condición.
La caminata era muy larga, cuesta arriba, el sol era fuerte y los tres estaban empapados en sudor y con mucha sed. Precisaban desesperadamente agua.
En una curva del camino, avistaron un portón magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba agua cristalina.
El caminante se dirigió al hombre que desde una garita cuidaba de la entrada.
- Buen día - dijo el caminante
- Buen día - respondió el hombre
- ¿Qué lugar es éste, tan lindo? - preguntó el caminante
- Esto es el cielo - fue la respuesta
- ¡Qué bueno que nosotros llegamos al cielo, estamos con mucha sed!- dijo el caminante
- Usted puede entrar a beber agua a voluntad - dijo el guardián, indicándole la fuente.
- Mi caballo y mi perro también están con sed.
- Lo lamento mucho - le dijo el guardia - Aquí no se permite la entrada de animales.
El hombre se sintió muy decepcionado porque su sed era grande. Más el no bebería, dejando a sus amigos con sed. De esta manera, prosiguió su camino.
Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un sitio, cuya entrada estaba marcada por un portón viejo semi-abierto. El portón daba a un camino de tierra, con árboles de ambos lados que le hacían sombra. A la sombra de uno de los árboles, un hombre estaba recostado, con la cabeza cubierta por un sombrero, parecía que dormía...
- Buen día - dijo el caminante
- Buen día - respondió el hombre
- Estamos con mucha sed, yo, mi caballo y mi perro.
- Hay una fuente en aquellas piedras - dijo el hombre indicando el lugar - Pueden beber a voluntad.
El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed.
- Muchas gracias - dijo el caminante al salir.
- Vuelvan cuando quieran - respondió el hombre
- A propósito - dijo el caminante - ¿cuál es el nombre de este lugar?
- Cielo – respondió el hombre.
- ¿Cielo? ¡Más si el hombre en la guardia de al lado del portón de mármol me dijo que allí era el cielo!
- Aquello no es el cielo, aquello es el infierno.
El caminante quedó perplejo
- Más entonces - dijo el caminante - esa información falsa debe causar grandes confusiones.
- De ninguna manera - respondió el hombre - En verdad ellos nos hacen un gran favor. Porque allí quedan aquéllos que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.


sábado, 4 de julio de 2020

LUZ PARA EL CAMINO



Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.
En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...
- No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...
¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás!