"La buena conciencia es la mejor almohada para dormir." (Socrates)

jueves, 10 de mayo de 2018

DIFICIL LO HACEMOS.


Autor: Jose Maria Murillo García

Sí que lo hacemos difícil, o a mi así me lo parece. En un momento que nos haría falta en esta nuestra España de las Comunidades, tener las relaciones más abiertas, y que diesen lugar a un mayor entendimiento entre sus moradores, lo estamos haciendo al revés.
Esto pensaba esta mañana, ya que he presenciado un momento que es el que me ha dado pie a ver lo que estamos haciendo, quizás, seguramente, sin darnos cuenta.
Tenía que llevar al médico unas pruebas, para más señas, era un traumatólogo, llegue unos diez minutos antes de la hora de mi citación, y observo lo siguiente:
 En el pequeño espacio, yo le llamaría pasillo, que hacía de sala de espera, había cuatro personas, las cuatro metidas en sus teléfonos – digo metidas – porque dije, ¡buenos días! No contesto nadie, vinieron otras dos personas, no dijeron nada, sacaron sus teléfonos y también se metieron en ellos. Durante el tiempo que permanecí en aquella estancia, pasaron a consulta cuatro de los siete que habíamos coincidido. De esos cuatro, ni uno, dijo algo al marcharse, nada, me figuro que como los veían –metidos en sus teléfonos- por no molestarlos, tan solo una señora, mayor, seguro que más de sesenta, y muy bajito dijo: adiós, fui yo solo el que contesto a la despedida.
No creo que la consulta de un medico sea el lugar idóneo para formar una tertulia, de acuerdo. Pero hay dos cosas que me llaman poderosamente la atención, una que ni a la llegada ni al marcharse, digan nada, y otra  que no muy bien se habían sentado –alguna llego ya con él en la mano- sacaron el aparatito y clavadas o clavados en el.
Esta forma de actuar, no la entiendo, seguro que muchas de estas personas a través de WhatsApp, estarían comunicándose con amigos o familiares, quizás fuese así, pero la sensación era, que a cada uno no lo interesaba nada de lo que pudiesen aportar los demás, la sensación era, como si no los viesen, y la distancia entre nosotros era mínima, pero en tales condiciones los sentías totalmente lejos, como a la persona que ves en el campo, pero que sabes que tu voz a esa distancia no es audible.
Ya decía antes, que el momento y el sitio no es para una tertulia, pero hay o había, unas reglas de urbanidad, de educación en una palabra, que creo te obligan a dar los buenos  días, y al marcharte, decir algo, despedirte.
Si a esto le unes lo de los teléfonos, ya sí que no sabes, que es lo que está pasando.
Para mi estas personas serán incapaces de entablar una conversación como no sea por teléfono, me parece una verdadera pena, creo que lo que hoy nos hace falta es dialogar, pero hacerlo en grupos, donde cada uno pueda tener una forma diferente de ver una situación, seguramente porque cada uno mira desde puntos diferentes a la misma figura, unos verán la figura iluminada y los otros puestos en sentido contrario, verán las sombras, la explicación que cada uno de, de esa misma figura nos llevara a conocerla con más exactitud. Quizás mi edad influya en ver así las cosas, pero lo cierto es que según mis cortas entendederas, bueno no es esta forma de actuar.
Y tampoco creo que sea buena, con la facilidad que hoy, se organiza una manifestación, ya sea de jubilados, de taxistas, de feministas, o independentistas y ahí si los ves dispuestos a hablar, bueno quizás no debería decir eso, la mayoría no hablan, vociferan y algunos o algunas con la cara desencajada.
¿Qué les dejamos a nuestros representantes en el Congreso, sentados en sus mullidos sillones y con todos los datos y medios a su alcance?
Otro día os contare más cosas, un saludo.
Badajoz, 7 de mayo del 2018.


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