La Navidad ha terminado, pero Jesús, que
nace para nuestra salvación…
La Navidad ha terminado, pero Jesús, que nace para nuestra salvación, se
queda con nosotros y nos acompaña a lo largo de todo el año que acaba de
comenzar.
Luego de las fiestas de Navidad debemos regresar al ritmo normal de
nuestras vidas y trabajos de la rutina diaria. Parece que la felicidad ha
terminado junto con la tranquilidad y el reposo de estas fechas. Sin embargo,
emprendemos un nuevo año con la compañía de Jesús que está siempre con nosotros
y nace para nuestra salvación.
La Navidad es para muchos una fiesta que llega y se termina. Sin embargo,
hay que recordar que con la Navidad Jesús comienza a vivir como nosotros la
aventura de la vida humana, y es con Él con quien comenzamos el año.
La fiesta de la Navidad es un principio y no un fin, por tanto, debemos
tomar en cuenta que vamos siempre en compañía de Jesús en el trayecto del año
que comienza.
Unos de los personajes de la Navidad que mejor representan la actitud que
el cristiano debe tener al retomar su vida diaria luego de las fiestas
navideñas es la de los pastores que adoraron al Niño Jesús en el pesebre de
Belén. El Evangelio nos cuenta que los pastores regresaron a sus campos
alabando a Dios y diciendo maravillas sobre el Niño a quienes contaban su
visita al pesebre. (Lc 2, 17,18,20)
El cristiano que vuelve a la normalidad de su vida sabe que Jesús es una
compañía constante a lo largo del año, e igualmente sabe que para hacer
fructífera y plena esa compañía, hace falta trabajar para ser amigos de Jesús
constantemente. Esto se puede lograr a través del estudio de la Sagrada
Escritura, la oración, las obras de caridad, el acercamiento a los sacramentos,
etc.
Por: Gabriel González Nares
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